La ciudad en el sur de Colorado alberga a algunas de las entidades más contaminantes en Colorado, pero poco se sabe sobre sus impactos en el aire. Eso está por cambiar.
Preocupadas por el aumento en el desarrollo petrolero y gasífero, algunas municipalidades han empezado a recolectar sus propios datos para determinar las posibles consecuencias.
Iniciativas de capacitación están trabajando para proporcionar a agricultores nuevos y las herramientas que necesitan para mantener sobre la mesa alimentos cultivados localmente.
Estudiar la manera como los niños responden al cambio climático, y crear planes de acción climática, especialmente en los condados más pobres de Colorado, son medidas vitales conforme las temperaturas siguen aumentando.
Hasta en una de las zonas más reconocidas por su ambiente rural en Colorado, la mala calidad del aire y sus impactos se han convertido en factores imposibles de ignorar.
Los automóviles, los incendios forestales y el calentamiento global están creando como nunca antes peligros para la salud del sistema respiratorio, y las agencias correspondientes temen que no suficientes personas lo sepan.
En Colorado existe uno de los niveles más altos de radón residencial en el país. Un programa estatal busca asegurar que se haga una prueba de radón, y que se resuelva el problema, en todos los hogares.
Mientras Colorado lucha para cumplir con estándares más estrictos en la calidad del aire, los niños, los habitantes con bajos ingresos y otras comunidades continúan siendo las más vulnerables a la constante contaminación del aire.