Hasta en una de las zonas más reconocidas por su ambiente rural en Colorado, la mala calidad del aire y sus impactos se han convertido en factores imposibles de ignorar.
Los automóviles, los incendios forestales y el calentamiento global están creando como nunca antes peligros para la salud del sistema respiratorio, y las agencias correspondientes temen que no suficientes personas lo sepan.
Programas piloto en Colorado han resultado en cantidades mucho más bajas de personas arrestadas o transportadas a salas de emergencia. En lugar de hacer eso, están proporcionando a estas personas el apoyo de salud mental que necesitan.
Las consecuencias económicas prolongadas causadas por la pandemia significan que una reciente oleada de desplazamientos forzados podría ser solo el comienzo.
Las personas con discapacidades dicen seguir enfrentando desafíos con el acceso desigual a la vivienda independiente y las oportunidades laborales en todo el estado.
Los precios nacionales de la insulina, el acceso a microinfusoras que la administran y COVID-19 están exacerbando las disparidades históricas en los resultados de las personas con diabetes.
Las personas en Colorado acostumbradas a ser “las últimas que contratan, las primeras que despiden” temen por su seguridad financiera en los días, semanas y meses que se aproximan.
Colorado ha reunido muy pocos datos sobre el grupo racial de los pacientes con COVID-19. Ahora, los funcionarios estatales se apresuran para corregir la situación.