COVID-19
Mauro Ortiz había planeado ponerse la vacuna contra COVID-19, pero el trabajo siempre se interponía con sus planes. Además, el residente de Denver de 45 años, quien trabaja manejando una grúa, había tenido una prueba positiva con el virus dos veces durante la pandemia, sin sentirse enfermo. Por eso, ponerse la vacuna no le parecía que valía la pena.
Pero durante una reciente visita a la Iglesia del Arcángel San Miguel en Aurora, Ortiz cambió de parecer. Casi al final de la misa dominical, Julissa Soto, una consultora independiente de equidad en salud que trabaja para mejorar las tasas de vacunación entre los hispanos de Colorado, se paró frente al micrófono.
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