Ocho años después de que se agregara a las personas transgénero a las leyes antidiscriminatorias de Colorado, protegiéndolas contra todo tipo de discriminación, integrantes de la comunidad transgénero en el área metropolitana de Denver dicen que la discriminación descontrolada para obtener vivienda sigue existiendo.
Nevaeh Anderson lo sabe por experiencia propia. Mientras estaba trabajando como gerente de programas en It Takes A Village, una organización sin fines de lucro en Aurora que ofrece servicios a la comunidad transgénero afroamericana, se encontró viviendo una realidad dual a la vez irónica y frustrante.
Durante el día, Anderson trabajada esmeradamente ayudando a hombres y mujeres transgénero, un grupo especialmente afectado, según estudios nacionales, para que tuvieran acceso a pruebas e información sobre el VIH, recursos médicos y de salud mental, oportunidades de empleo y opciones asequibles de vivienda en el área metropolitana de Denver.
Por la noche y en su tiempo personal, Anderson estaba pasando por su propia búsqueda exasperante tratando de encontrar un lugar para vivir.
“Era realmente frustrante. Por mucho tiempo, ni siquiera quería decirles a mis colegas lo que me estaba pasando”, Anderson dijo.
“Como una mujer transgénero de color, [encontrar un lugar para vivir es] aún más difícil porque nos enfrentamos a una discriminación dual. Estamos aplicando nuestro instinto de conservación todos los días”.
Anderson y otras personas que promueven la causa de la comunidad transgénero en el área metropolitana de Denver dicen que la discriminación a la cual se enfrentan regularmente las personas transgénero con frecuencia resulta en opciones limitadas de empleo y las desigualdades de ingreso que le siguen. Esto a su vez puede limitar su habilidad de encontrar una vivienda asequible y de calidad. La falta de vivienda asequible en Denver, dicen, solo ha empeorado el dilema al que se enfrentan.
“La mayoría de los propietarios no quieren alquilar [su propiedad] a las personas trans, no quieren tener nada que ver con nosotros, porque tienen ciertos sentimientos al respecto. Entonces, cuando una persona trans se aparece, de repente dicen que el lugar ya no está disponible”, Anderson explicó, hablando por experiencia propia y por la de sus clientes. “La mayoría del tiempo, [las personas transgénero] se quedan en hoteles o se tienen que cambiarse de una casa a otra; con suerte suerte, se quedan con parientes”.
Anderson terminó pagando $850 al mes por vivir en un hotel de mala fama en la Avenida Colfax en Denver, todo esto mientras se recuperaba de una lesión seria en la pierna.
“Al principio fue deprimente, pero mantuve mi distancia e hice lo que tuve que hacer”, recuenta. “Fue lo que fue”.
Anderson vivió ahí por ocho meses hasta que ahorró el dinero suficiente y encontró un lugar en alquiler. Ahora paga cerca de $800 al mes por un apartamento pequeño pero acogedor estilo estudio en el norte de Aurora. Anderson dijo que fue un alivio dejar atrás esa dura experiencia emocional.
Estudios de investigación tanto a nivel estatal como nacional sugieren que el tratamiento discriminatorio que Anderson dice haber sufrido ocurre comúnmente. Estudios recientes del National Center for Transgender Equality encontraron que cerca de una de cada cuatro personas transgénero en Estados Unidos sufrió discriminación relacionada con la vivienda durante el último año, incluyendo que la desalojaran o le negaran un hogar por ser transgénero. Una encuesta a nivel estatal de One Colorado, la organización más grande en el estado que trabaja en defensa de las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ) y sus familias, encontró que las personas transgénero se enfrentan diariamente a la discriminación, opciones limitadas de empleo, amenazas de violencia, redes limitadas de apoyo y pobreza, problemas que suelen venir acompañados por desafíos para encontrar vivienda.
Los estudios de investigación también han demostrado una conexión importante entre la situación de vivienda de una persona y su salud. Según un informe publicado en 2008 por la Fundación Robert Wood Johnson, “los factores relacionados con la vivienda pueden mejorar, o dañar, nuestra salud de muchas formas”. El informe agregó que “la discriminación ha limitado la habilidad de muchas familias de bajos recursos y minorías para mudarse a vecindarios sanos. La concentración de viviendas de menor calidad en vecindarios menos favorecidos empeora las desigualdades raciales y étnicas, al igual que las socioeconómicas, en cuestión de salud”.
One Colorado ha encontrado que, en comparación con la población en general, es mucho más probable que las personas transgénero que viven en Colorado no tengan trabajo o vivan en hogares con bajos recursos. Este es el caso a pesar de que, es más probable que las personas transgénero hayan alcanzado un nivel más alto de estudios que la población de Colorado en general.
“Debido a la discriminación a la cual se enfrentan, muchas personas transgénero viven marginalizadas. Tienen trabajos que pagan poco y sus ingresos no son rastreables, así que no tienen los comprobantes de salario necesarios para verificar sus ingresos [en las solicitudes de vivienda]”, explicó Sable Schultz, gerente de programas transgénero para GLBT (Gay Lesbian Bisexual and Transgender) Community Center of Colorado, un centro con base en Denver.
A nivel federal, la Ley de Vivienda Justa prohíbe la discriminación con base en la raza, color, origen nacional, sexo, discapacidad y situación familiar de una persona, pero la identidad de género y orientación sexual no están incluidas específicamente como categorías protegidas. Para que a los americanos LGBT se los proteja explícitamente, se tendría que modificar la ley. La discriminación contra una persona lesbiana, gay, bisexual o transgénero (LGBT) podría cubrirse con la ley actual si “se basa en la no conformidad con los estereotipos de género”, según el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU. (HUD, por sus siglas en inglés).
Rebecca Laurie, encargada de proporcionar información al público en el Departamento de Agencias Reguladoras de Colorado, dijo que los casos activos siendo investigados por discriminación en la vivienda “son confidenciales bajo la ley estatal”.
Arturo Alvarado, director ejecutivo del Denver Metro Fair Housing Center (DMFHC), dijo no saber de ninguna queja o demandas judiciales iniciadas en Colorado relacionadas con la discriminación de personas transgénero buscando vivienda desde que DMFHC se creó en octubre de 2012. Sin embargo “no tengo duda alguna de que las personas transgénero se enfrenten a la discriminación cuando buscan vivienda”, agregó.
Que los sucesos de discriminación de personas transgénero en busca de vivienda probablemente no se reporten con frecuencia aumenta la severidad del problema. Un informe publicado por HUD en 2010 concluyó: “Porque los integrantes de este grupo tienen muy pocas opciones legales, o ninguna, en muchas jurisdicciones las personas que trabajan promoviendo su causa creen que con frecuencia no mencionan nada aun cuando se enfrentan a prácticas discriminatorias”.
HUD agregó: “Aunque actualmente no existen estudios nacionales sobre la magnitud de la discriminación contra personas, parejas y familias LGBT al buscar vivienda, estudios estatales y locales han demostrado que existen prejuicios en contra de este grupo”.
Daniel Ramos, director ejecutivo de One Colorado, dijo que uno de los problemas es que la gente, incluyendo los residentes de Colorado, no sabe que es ilegal discriminar contra las personas transgénero con relación al empleo, la vivienda y el hospedaje público. Iniciar un proceso legal, agregó, ayudaría.
“Alentamos a aquellos que se sientan discriminados a presentar una denuncia formal ante la División de Derechos Civiles de Colorado”, concluyó.
Una pareja de Boulder hizo exactamente eso. En enero de 2016, la organización Lambda que trabaja en defensa de la comunidad LGBT presentó una demanda federal por discriminación en nombre de la pareja, alegando que la propietaria de una vivienda en el Condado de Boulder violó la Ley de Vivienda Justa y la Ley Antidiscriminación de Colorado cuando se rehusó a alquilar una unidad a la pareja conformada por dos personas del mismo sexo, una de las cuales es transgénero, y a sus dos hijos.
La demanda explica que la propietaria se rehusó a alquilar la casa en Gold Hill, Colorado a la pareja porque le preocupó que su “singularidad” pondría en peligro su estatus en la comunidad.
“Preocuparse sobre lo que dirán los vecinos no es excusa para discriminar”, dijo en una declaración el abogado Omar Gonzalez-Pagan, integrante del equipo legal de Lambda. (No pudimos comunicarnos con la propietaria para obtener sus comentarios, pero anteriormente ella le dijo al periódico Daily Camera de Boulder que rechazó la solicitud porque le preocupaba el ruido que podrían hacer los hijos de la pareja.)
Los defensores de la comunidad LGBT dicen que, aunque las protecciones legales tanto a nivel federal y estatal ayudan, asegurar que se cumplan es lo más importante.
“Puedes pasar todas las leyes del mundo, pero si nadie está asegurando que se cumplan, la gente encontrará maneras de evadirlas. ¿Qué diferencia están marcando realmente?” preguntó Karen Scarpella, directora ejecutiva del Gender Identity Center, una agencia sin fines de lucro con base en Denver dedicada a promover la causa de la comunidad transgénero.
Scarpella dijo que siente que la discriminación a la cual se enfrentan muchas personas transgénero al buscar vivienda y en otros aspectos de sus vidas se basa en un miedo y en una ignorancia injustificados. Ramos concurre, agregando que él cree que todos tenemos el poder de desempeñar un papel para erradicar la discriminación, todo tipo de discriminación, contra las personas transgénero.
“Los estudios demuestran que solo una de cada 10 personas conoce a una persona transgénero”, explicó. “La manera más eficaz de afectar [positivamente] la vida de una persona transgénero es llegar a conocer a las personas transgénero”.
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