Una publicación de The Colorado Trust
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Una cama en The Delores Project, un refugio en Denver que ofrece servicios específicamente a personas transgénero. Fotografía de Joe Mahoney/por encargo especial de
The Colorado Trust

Vivienda

Nueva regla del departamento de vivienda busca ayudar a las personas transgénero sin hogar

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No fue exactamente el comienzo que Charles Harrison esperaba cuando se mudó a Colorado de Nuevo México en el otoño de 2015 para cursar estudios culinarios. Justo nueve meses después, un aumento inesperado en el costo de su apartamento de dos habitaciones en Arvada lo dejó sin poder pagar su porción del alquiler que compartía con tres personas más. (Charles Harrison es un seudónimo; a su pedido, no estamos publicando su nombre real por razones de privacidad.)

Harrison reunió suficiente dinero para quedarse en un hotel de estadía larga en Westminster, pero cuando el dinero se acabó una semana y media después, acudió a agencias de servicios sociales para pedir ayuda de emergencia. Después de que su trabajadora social en la agencia Rocky Mountain Human Services no pudiera encontrarle una habitación en alquiler, ella le preguntó qué le parecía mudarse a un refugio para personas sin hogar.

Harrison, un hombre transgénero afroamericano, se burló de tal idea. La mayoría de las instalaciones separan la vivienda y los programas según el género. Él había escuchado historias horribles sobre el personal, durante el proceso de ingreso, redirigiendo a las personas transgénero en busca de refugio a otro edificio con base en su género al nacer porque su apariencia física no correspondía con el género indicado en los documentos de identidad.

Gracias a una resolución reciente aprobada por el gobierno federal, Harrison y otras personas transgénero, en Colorado y el resto del país, ya no deben sentirse forzadas a elegir entre seguir viviendo en las calles o quedarse en un refugio solamente debido a su género al nacer. Estas personas dicen que, en el mejor de los casos, no se sienten bienvenidas en estos refugios y, en el peor de los casos, se sienten inseguras estando ahí.  La gente que promueve la causa de las personas transgénero en Colorado dice que la medida es un paso útil para lidiar con la marginación y discriminación que contribuye a tasas más altas de pobreza, desplazamiento y falta de vivienda entre las personas transgénero.

Una intervención del departamento de vivienda

En septiembre, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU. (HUD, por sus siglas en inglés) anunció una nueva regla que obliga a los refugios de emergencia que reciben fondos federales a “proporcionar a todas las personas, incluyendo a las personas transgénero y otras personas que no se identifiquen con su sexo asignado al nacer, con acceso a programas, beneficios, servicios y hospedaje según su identidad de género, sin que deban contestar preguntas entrometidas o proporcionar documentos”.

Los integrantes de la comunidad transgénero en el área metropolitana de Denver dicen sentirse cautamente optimistas sobre la nueva regla de HUD. Ellos agregan que, aunque se agregó a las personas transgénero a las leyes antidiscriminatorias de Colorado en 2008, protegiéndolas contra la discriminación laboral, de vivienda y hospedaje público, siguen existiendo obstáculos para asegurar un hogar de calidad. La falta de vivienda asequible bien documentada en Denver solo ha empeorado un problema ya crónico.

“Debido a la discriminación a la que se enfrentan [las personas transgénero], [con frecuencia] se encuentran en una economía de supervivencia, haciendo cosas como trabajo sexual o traficando drogas para ganarse unos pesos”, dijo Sable Schultz, gerente de programas transgénero para la organización GLBT (Gay, Lesbian, Bisexual and Transgender) Community Center of Colorado en Denver.

Schultz, una mujer transgénero, aplaudió la regla de HUD. Debido a la discriminación, muchas personas transgénero tienen dificultad para encontrar un empleo estable y con frecuencia terminan perdiendo su hogar, Schultz agregó. El hecho de que los refugios, usualmente un recurso de última instancia, no siempre las habían acogido positivamente empeoraba el problema, añadió.

Schultz dijo también que algunos de sus clientes han dicho haber sufrido problemas para ingresar a refugios para personas sin hogar en todo Colorado. Su apariencia física, dijo, determinaba el tipo de preguntas que les hacían durante el proceso de ingreso.

“Básicamente, lo bien que ‘pasas’ [por el género con el cual te presentas]”, puede marcar la diferencia, Schultz explicó. “Dependiendo de cómo te ves, te pueden hacer ciertas preguntas [durante el proceso de ingreso al refugio] y después de mostrar la identificación o decir que eres trans, muchas veces te dice [el personal] que las instalaciones ‘no están equipadas’ para cubrir tus necesidades”.

Alexxa Gagner, la vocera de Denver Rescue Mission, dijo que su organización y los refugios conectados con la Association of Gospel Rescue Missions, una red de cerca de 300 misiones de rescate en el país, saben sobre las reglas de HUD y las están cumpliendo. Aunque verificar los documentos de identificación, cuando están disponibles, es parte del proceso típico para ingresar a la Misión y muchos otros refugios, Gagner dijo no estar informada sobre situaciones específicas en las que se les negó servicios a personas transgénero debido específicamente a que eran transgénero.

Gagner dijo que antes del reciente cambio, muchos refugios ayudaban a las personas transgénero que estaban buscando hospedaje a obtener ayuda en otras instalaciones que correspondían a sus documentos de identidad.

“Ofrecemos servicios a quien los necesita”, Gagner explicó, agregando que, una revisión de la base de datos, indicó que 71 clientes desde 2013 en el refugio de Denver Rescue Misión han contestado “otro”, “no sé” o “no quiero responder” a la pregunta de ingreso sobre su género.

“Sin importar la situación en la que se encuentre alguien, si viene a la Misión, siempre hemos querido que se sienta cómodo, como si este fuera un refugio seguro”, Gagner añadió.

Al anunciar la resolución, el secretario de HUD Julián Castro dijo: “Esta regla nueva asegurará el acceso igualitario a los programas que ayudan a prevenir la falta de vivienda para las personas que rutinariamente se ven forzadas a elegir entre ir a una instalación en contra de su identidad de género o vivir en nuestras calles”.

La resolución le sigue los pasos a la Regla de Acceso Igualitario, que HUD aprobó en febrero de 2012, permitiendo hacer una excepción para ingresar a refugios en casos que involucren refugios de emergencia para personas de un solo sexo con dormitorios y baños compartidos. Después de evaluar más la política original, la agencia concluyó que no tomó adecuadamente en cuenta los desafíos significativos a los que se enfrentan las personas transgénero y de género variante/no conforme cuando tratan de ingresar a instalaciones de un solo sexo, incluyendo la violencia, el acoso y la discriminación.

“Los proveedores de servicios a personas sin hogar nos informaron que, al darles la opción de elegir entre un refugio para el sexo que les asignaron al nacer o dormir en las calles, muchas personas transgénero buscando refugio preferirían dormir en la calle”, HUD explicó en su declaración, usando como referencia a estudios nacionales, incluyendo los resultados de una prueba telefónica de discriminación llevada a cabo por el Center for American Progress en cuatro estados en enero de 2016. “Las mujeres transgénero en particular reportaron que se las excluye de refugios para mujeres, forzándolas a vivir en las calles o buscar refugio en instalaciones solo para hombres en donde se veían forzadas a esconder su identidad de género o tener que enfrentar abuso o violencia”.

La resolución actualizada significa que los refugios “no pueden forzar a una persona a ir a un refugio que no concuerde con su identidad de género”, como temía Harrison, y que las personas transgénero que buscan refugio pueden pedir una vivienda alternativa “voluntariamente”. Los refugios también deben publicar avisos sobre esta nueva regla.

Ming Wong, un defensor de temas relacionados con la comunidad LGBT, dijo que es demasiado temprano para ver si la resolución de HUD corre peligro de que la administración del presidente electo Donald J. Trump la anule, ya que este ha dicho querer revertir muchas de las decisiones hechas bajo la presidencia de su predecesor. Trump recientemente nombró a Ben Carson, un neurocirujano jubilado y ex contendiente a la presidencia, para dirigir el departamento.

“En estos momentos, es muy difícil predecir cuáles serán las prioridades políticas de la nueva administración”, dijo Wong, un abogado que administra la línea telefónica de ayuda legal para el National Center for Lesbian Rights, una organización que promueve los derechos de la comunidad LGBT. “Lo importante es que estamos dándole seguimiento a los candidatos propuestos para ocupar puestos en su gabinete y alentamos a todas las personas LGBTQ y a nuestros aliados a involucrarse también. Estos puestos con frecuencia afectan la manera en que las leyes federales se implementan, y el país no puede permitir que ideólogos con un pasado político homofóbico, transfóbico, racista y en contra de los trabajadores y la gente que vive en la pobreza socaven las funciones vitales de nuestras agencias federales”.

Las cifras hablan por sí solas

Un análisis de datos estatales y federales publicados en junio de 2016 por The Williams Institute at the UCLA School of Law calcula que hay 1.4 millones de adultos en Estados Unidos que se identifican como transgénero, una cifra que no incluye a los niños transgénero. No se sabe exactamente cuántos viven en Colorado.

One Colorado, la organización más grande en el estado que trabaja a favor de las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero y queer y sus familias, publicó un informe en 2014 que encontró que las personas transgénero en Colorado tienen una probabilidad casi dos veces mayor de contar con un título universitario que los residentes de Colorado en general. Pero el nivel educativo alcanzado no parece protegerlos contra los riesgos de la discriminación, opciones laborales limitadas, amenazas de violencia, redes de apoyo limitadas y pobreza, problemas que suelen venir acompañados por desafíos para encontrar o no tener un hogar.

Los estudios también demuestran un enlace bien establecido entre las opciones de vivienda y la salud de una persona. Por ejemplo, informes del Cirujano General de EE.UU., HUD, la Organización Mundial de la Salud y la Fundación Robert Wood Johnson han encontrado que las decisiones políticas sobre la ubicación, calidad y asequibilidad de la vivienda pueden afectar dramáticamente la salud y seguridad de las personas.

A nivel nacional, casi un tercio de personas transgénero ha estado sin hogar en algún momento de sus vidas, según el National Center for Transgender Equality. Alrededor de una de cada ocho dijo haber estado sin hogar en el último año por ser transgénero; la proporción fue aún mayor entre las mujeres transgénero de color. El rechazo familiar, la discriminación y la violencia contribuyen a la alarmante prevalencia de la falta de hogar.

La emergencia de vivienda de Harrison sucedió antes que se anunciar la resolución de HUD, pero por suerte su trabajadora social en Rocky Mountain Human Services contaba con una solución eficaz para cubrir sus necesidades oportunamente. Le ayudó a encontrar una de las pocas camas disponibles en The Delores Project, un refugio único en Denver que ofrece servicios expresamente para mujeres solas y “personas transgénero sin hogar”.

“Le estoy muy agradecido a The Delores Project”, Harrison dice. “Era el único lugar seguro en la ciudad para una persona como yo”.

Un ‘proyecto’ de vivienda para las personas transgénero

The Delores Project es una de las pocas organizaciones en Denver que trabajan para aliviar el creciente problema de la falta de vivienda entre la población transgénero. Ubicada al final de una calle tranquila bordeada por árboles en la comunidad de West Colfax en Denver, el edificio ofrece hasta 52 camas, un número que aumenta a 65 durante los helados meses de invierno. Una combinación diversa de cubrecamas, desde colchas cuadriculadas hasta mantas anaranjadas y azul con el logotipo de los Broncos, decoran las filas de camas individuales y literas que ocupan la mayor parte de los dos dormitorios principales. Algunos de los huéspedes, como los llama el personal, tienen fotos personales, frases inspiradoras y caricaturas colgadas a un costado de sus camas, llenas de cajones y bolsas de plástico usualmente rebosando con artículos personales.

Hay una cocina tamaño industrial, un comedor, una biblioteca, un vestidor, arte colgando de las paredes y un patio para que los residentes se relajen afuera. La dirección del refugio no se publica para así mantener la seguridad de sus clientes.

The Delores Project siempre ha ofrecido servicios tanto a hombres como a mujeres transgénero, pero al principio de este año su misión se cambió oficialmente para reflejar esto.

“Realmente era algo obvio, porque nuestra población necesita un refugio seguro y cómodo”, dijo Laura Rossbert, la directora asistente del refugio. “Nuestro objetivo era cubrir una necesidad insatisfecha, y eso es lo que estamos ofreciendo haciendo”.

Es por eso que el equipo de liderazgo de The Delores Project ha iniciado un proyecto que espera ayudará a resolver los problemas de equidad y disponibilidad de vivienda a los que se enfrentan muchas personas transgénero en Colorado. La organización se asoció con Rocky Mountain Communities, una constructora de viviendas asequibles, para construir un refugio nuevo para personas sin hogar, al igual que para agregar 35 unidades permanentes para personas de bajos recursos y 95 unidades de vivienda asequible para personas y familias trabajadoras.

Se espera que la construcción empiece en 2017 para el proyecto Arroyo Village valuado en $30 millones; recibirá fondos del programa federal que proporciona créditos tributarios en viviendas de bajos recursos y, Rossbert explicó, no necesitará que se lleve a cabo una campaña tradicional para recaudar fondos. “Ofrecerá vivienda de apoyo permanente con servicios integrales [de apoyo] en las instalaciones”, agregó.

A The Delores Project se unen las siguientes agencias en una coalición de apoyo para las personas transgénero: Urban Peak, un refugio para jóvenes sin hogar; Survivors Organizing for Liberation and Branching Seedz of Resistance (antes conocido como Colorado Anti-Violence Project), el cual ofrece ayuda telefónica para personas en crisis; The Gathering Place, un refugio diurno para personas sin hogar; y, otras organizaciones. La coalición se reúne cada trimestre para compartir información y recursos. It Takes A Village, un centro comunitario en Aurora, ayuda a conectar a las personas afroamericanas transgénero que lo necesiten con opciones de vivienda temporal y a largo plazo.

Con respecto al área legislativa, One Colorado planea promover nuevamente que se apruebe la Ley de Modernización del Acta de Nacimiento. La propuesta legislativa, la cual perdió vida en el Senado de Colorado en 2015 después de que la Cámara Estatal la aprobara con una mayoría bipartidaria, elimina los requisitos actuales de tener una operación para reasignar el género y una orden judicial para cambiar tu acta de nacimiento en Colorado.

Los defensores de las personas transgénero dicen que, junto con facilitar el proceso legal en general, la medida permitirá que una persona transgénero obtenga un acta de nacimiento nuevo (en lugar de cambiar el existente) que identifique el género de esa persona. Así se reducirán las oportunidades de enfrentarse a tratamiento discriminatorio, incluyendo durante la búsqueda de vivienda de emergencia y a largo plazo.

Una noticia prometedora

Con respecto a Harrison, él sigue teniendo muchos desafíos que superar, pero su situación está mejorando día a día. Se tomó un descanso de su escuela anterior para lidiar con sus problemas de vivienda y salud. Ahora está inscrito en una escuela de estudios culinarios en el área metropolitana de Denver con la esperanza de obtener un título universitario en nutrición.

El día después de su entrevista para este artículo, recibió noticias de se había aprobado su solicitud para obtener una habitación en el edificio de la escuela. A los pocos minutos de recibir las noticias, empacó sus pertenencias y tomó el autobús para recibir sus llaves y mudarse. Dice que no quería retrasar la entrega de su cama en The Delores Project a alguien más.

“Sé lo difícil que es encontrar un lugar para vivir en Colorado cuando tienes fondos limitados, no importa quién seas”, dijo. “Ser transgénero [solo] hace que sea más difícil”.

Charles Harrison in Denver in September 2016.
Photo by Joe Mahoney/Special to The Colorado Trust

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Chandra Thomas Whitfield

Periodista y escritora
Denver, Colo.

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