Una publicación de The Colorado Trust
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Grayson Cowan, de 17 años, en su hogar en Lafayette, Colorado el 7 de marzo de 2023. La familia de Cowan se mudó de Arizona a Colorado porque creen que su nueva comunidad y el estado son más seguros para niñxs transgénero como Grayson. Fotografías de Eli Imadali / enviado especial de The Colorado Trust

Identidad y prejuicios

Colorado surge como un refugio para niñxs transgénero y sus familias

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Cuando Grayson Cowan se dio a conocer como transgénero en 2015, cuando tenía alrededor de 12 años, sus padres lo apoyaron. La familia de cinco integrantes, quienes estaban viviendo en el área de Phoenix en ese entonces, buscó y encontró una comunidad de personas con valores comunes para obtener apoyo.

Pero la familia empezó a sentirse incómoda con un entorno político en Arizona que a veces parecía ir en contra de sus creencias o hasta de su existencia. Un vecino les ofreció un folleto sobre la terapia de la conversión; Grayson se cambió de escuela varias veces debido al acoso escolar.

Cuando surgió la oportunidad de que la familia se mudara en 2021, los Cowan buscaron un lugar acogedor para todos sus hijos. Terminaron en Boulder, Colorado. Los niños quedaron maravillados con los carteles de “el amor es amor” y las banderas de arcoíris que parecían estar en todas partes—hasta adornando las iglesias.

“Era una cultura totalmente diferente. Supimos que este era el lugar donde queríamos estar,” dijo Amanda Cowan, la mamá de Grayson. En su primer día en la escuela, Grayson conectó con amigxs de género queer. Sus vecinos también los acogieron. “Ha sido extremadamente positivo”.

Meses después de que se fueron de Arizona, Doug Ducey, el entonces gobernador del estado, firmó una ley que limita que lxs estudiantes transgénero participen en deportes escolares según su identidad de género, y otra que limita el acceso de personas menores de edad a la atención para afirmar el género.

“Estoy tan contenta de que nos hayamos mudado cuando lo hicimos”, Amanda dijo.

En los últimos años, lo que inicialmente fue un goteo de leyes limitando los derechos de lxs niñxs transgénero y sus familias se ha convertido en una torrente. Durante solo las sesiones legislativas actuales, legisladores estatales por todo el país han presentado más que 400 propuestas legislativas que la Unión Estadounidense de Libertades Civiles considera anti-LGBTQ. Incluyen propuestas legislativas contra la atención para afirmar el género de las personas jóvenes, la participación de lxs niñxs transgénero en deportes, y su acceso a los baños y libros.

Las leyes recientemente aprobadas incluyen restricciones en atención médica relacionada con la transición de menores en Tennessee, Dakota del Sur, Misisipi y Utah. Las leyes contradicen pautas establecidas por la Academia Americana de Pediatría y otros grupos médicos.

Colorado parece estar moviéndose en dirección opuesta. Los legisladores demócratas recientemente presentaron legislación diseñada para proteger el acceso a la atención para afirmar el género, al igual que al aborto, contra amenazas externas al estado. Una propuesta legislativa que los legisladores republicanos iniciaron, la cual hubiera prohibido que estudiantes participaran en deportes en equipo que no correspondieran con el sexo que les asignaron al nacer, fracasó fácilmente en la legislatura estatal controlada por el partido demócrata.

Las políticas antidiscriminación y de acceso a la atención médica en Colorado ya resultaron en que sea un refugio para algunas familias impactadas en otros lugares. Un lugar que en su momento fuera boicoteado como el “Estado del odio” por sus políticas anti-LGBTQIA+ se ha convertido en un sitio brillante en el mapa para las familias de niñxs transgénero que buscan atención y seguridad.

“Tenemos la tendencia de hablar sobre el lado negativo de esto, pero la belleza de esta comunidad… Hay tanto amor y alegría y conexión”, dijo Nadine Bridges, directora ejecutiva de One Colorado, una organización que aboga a favor de la igualdad LGBTQIA+. “Hay muchas personas en comunidad que están haciendo cosas maravillosas—conectando, reuniéndose, asegurándose de que nuestra gente joven esté viendo mensajes positivos y bondad”.

De vacaciones, Bridges se encontró con otra familia que acababa de mudarse de Texas a Colorado por más o menos las mismas razones que la familia Cowan, y encontró que la diferencia era como entre “la noche y el día”.

Sin embargo, al mismo tiempo, la gente joven transgénero y sus familias en Colorado dicen que se sienten intranquilas debido a la retórica que ha impulsado la ola de leyes antitransgénero en otros estados. Las palabras que describen a los proveedores de salud y a los padres de niñxs transgénero como abusadores infantiles, y a las personas transgénero como amenazas, también tienen su impacto aquí.

“La retórica nacional se ha filtrado en todos los estados”, Bridges dijo. Señala el memorándum de la Arquidiócesis de Denver a escuelas católicas guiándolas para que no acepten estudiantes ni maestrxs transgénero como un ejemplo del daño local. El despido de una bibliotecaria en el Condado de Weld después de que planeó programas que enseñaban sobre la historia LGBTQIA+ a adolescentes es otro, Bridges dijo.

Se filtra también de otras maneras, las familias dicen. Brittany vive en Denver con su esposo y dos hijas. Su hija de 6 años, Naomi, ama los libros de My Little Pony, su hermana pequeña y hacer arte con marcadores y sobras de papel. Brittany dice que piensa mucho sobre cómo hablará con Naomi, quien es transgénero, conforme vaya creciendo.

“Tener que explicarle que algunas personas la odian simplemente por ser quien es, por simplemente existir—me parte el corazón”, dice Brittany, quien pidió que usáramos solo su nombre de pila para proteger la privacidad de su familia. “Nuestras hijas no son una amenaza para nadie”.

Brittany y Naomi, de 6 años, en su hogar en Denver el 3 de marzo de 2023.

A corto plazo, a Brittany le preocupa viajar a otros estados. En Texas, donde algunos de sus parientes viven, el año pasado el gobernador Greg Abbott dirigió a las agencias de bienestar infantil para que investigaran a los padres de algunxs niñxs transgénero por abuso infantil. A largo plazo, piensa sobre los límites que su hija enfrentará cuando sea adulta, en relación con dónde podrá estudiar, vivir y trabajar.

Para algunxs niñxs lo suficientemente mayores como para poner atención, el entorno actual es una fuente de ansiedad. Hasta adentro del estado, perciben algunos lugares como más seguros que otros.

“La burbuja de Boulder es real”, dijo Grayson Cowan, quien vive en ella.

El tiroteo masivo en noviembre de 2022 en Club Q, un antiguo santuario para la gente joven LGBTQIA+ en Colorado Springs, fue un recordatorio del riesgo a los ataques violentos contra las personas transgénero.

Leslie es la madre de dos niñxs de género no binario. Como Brittany, solo quiere que usemos su nombre de pila para proteger la privacidad de su familia. Leslie dijo que el aumento en la retórica antitransgénero a nivel nacional ha contribuido a un zumbido de temor y ansiedad que acompaña a su adolescente de 16 años.

“Está constantemente preocupadx de [sufrir un crimen de odio] dondequiera que va”, dijo Leslie sobre su adolescente “Siempre que hay un ataque contra niñxs transgénero, mi hijx suele globalizarlo”.

Hace un par de años, la familia hizo un viaje en automóvil de Colorado a Maine. Al hijx mayor de Leslie le daba terror bajarse del automóvil para usar el baño.

“En ese entonces, tenía 14 años”, Leslie dijo. Y sin embargo ya había recibido el mensaje de que “era un blanco, lo suficientemente como para pensar: ‘alguien en un Cabela’s en Ohio quizás salte y me agarre’”.

Algunas personas jóvenes transgénero dicen que toman en cuenta las políticas estatales y locales y la seguridad en general—tanto afuera como adentro del estado—cuando están haciendo planes para viajar, ir a la escuela o mudarse en el futuro.

Sammy Berman, unx estudiante de tercer año en Northfield High School en Denver, es corredorx a campo traviesa y buenx estudiante. Cuando piensa sobre las universidades a las que aplicará el próximo año, siempre piensa sobre las políticas y el entorno de lxs estudiantes de género no binario. La Universidad Brigham Young en Utah no es una opción, a pesar de que tiene un sólido programa de atletismo; la institución fue investigada por el gobierno federal el año pasado por sus políticas hacia lxs estudiantes LGBTQIA+. Colorado College en Colorado Springs está en veremos.

“Colorado College se conoce por ser inclusiva de [la comunidad] LGBTQ”, Berman dijo. “Pero también está en Colorado Springs, y después [del tiroteo en] Club Q, no sé si quiero ir ahí”.

Los padres de niñxs transgénero en Colorado también están evaluando los entornos locales para tomar decisiones laborales.

Leah, la madre de unx niñx de 9 años en Denver, dijo que recientemente la contactó un cazatalentos sobre la oportunidad de trabajar en Georgia, donde los legisladores están promoviendo una propuesta legislativa que limitaría la atención para afirmar el género de personas menores de edad. Ir a Georgia no es una opción, dijo.

“No puedo vivir en un lugar donde me puedan acusar de un delito grave por darle a mi hijx los cuidados que necesita”, dijo Leah, quien pidió que no compartiéramos su apellido para proteger la privacidad de su hijx. “Espero que los empleadores estén poniendo atención”.

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Familias en Colorado también dicen que un pánico nacional sobre la atención médica relacionada con la transición, en particular, está aportando a la desinformación en sus comunidades, hasta entre personas que en otros casos ofrecerían su apoyo.

Brittany, la madre de Naomi, quien está en kindergarten, dijo que una persona conocida le preguntó recientemente durante una fiesta de cumpleaños si su hija había tenido cirugía para afirmar el género.

“¿Cirugía? ¿Para alguien de 6 años? ¡No!” dijo. “Me sorprendió tanto”.

Brittany juega con Naomi afuera de su hogar en Denver.

Para lxs niñxs pequeñxs como la hija de Brittany, la Academia Americana de Pediatría recomienda que los padres apoyen a sus hijxs que quieran hacer la transición social; es decir, tiene que ver principalmente con el cabello, la ropa, los nombres y los pronombres.

En algunos casos, la desinformación puede conectarse directamente con los legisladores republicanos que están buscando el apoyo para sus causas. En Florida, por ejemplo, el gobernador Ron DeSantis dijo falsamente el año pasado que “están literalmente cortando las partes privadas de los niños pequeños”. DeSantis firmó una ley el año pasado que prohíbe que las escuelas en Florida les enseñen a los niños jóvenes sobre la identidad de género y la orientación sexual; oponentes la describen como “No digas gay ni trans”. Legisladores republicanos en el estado recientemente presentaron propuestas legislativas que ampliarían esa ley, limitarían la atención relacionada con la transición para menores de edad, y hasta permitirían que las cortes obtengan custodia de emergencia de niñxs “en riesgo de” recibir atención para afirmar el género, aunque vivan en otros estados.

Mucha gente joven transgénero no busca tratamiento médico, ni tiene planes de hacerlo. Por ejemplo, para Berman, de 16 años, hacer la transición significó tener la habilidad de verse y vestirse como quería y usar el pronombre elle.

“Era tan incómodo no ser yo mismx, y era muy frustrante y doloroso saber que las percepciones que las personas tenían de mí eran erróneas”, Berman dijo. Salir del clóset “se sitió tan liberador. [Fue] realmente increíble”.

Para algunxs niñxs que tienen disforia de género—definida como una angustia significativa relacionada con una identidad de género diferente al sexo que le asignaron a la persona al nacer—los médicos recomiendan bloqueadores de la pubertad. Ese medicamento usualmente se receta entre los 10 y 12 años para retrasar el desarrollo de características sexuales secundarias, como los pechos o una nuez de Adán protuberante. La terapia hormonal como el estrógeno o la testosterona también a veces se receta a lxs adolescentes. Las cirugías para afirmar el género usualmente se reservan para la gente adulta, aunque se realizan algunas excepciones, según sea el caso, para adolescentes mayores.

Una investigación realizada por la agencia noticiera nacional Reuters encontró que menos de 1,400 niñxs en todo el país iniciaron el uso de bloqueadores de la pubertad en 2021. Alrededor de 4,200 menores de edad iniciaron una terapia hormonal. Menos de 300 recibieron “cirugía superior” o para remover los pechos, y las cirugías genitales fueron aún menos comunes.

La gente joven transgénero, sus familias y quienes abogan a su favor dicen que la decisión de obtener tratamiento médico es una decisión compleja, y el acceso puede ser difícil. Con frecuencia incluye múltiples evaluaciones, atención para otros problemas de salud mental y física y tomar en consideración los efectos secundarios. En Colorado y más allá, las familias tienen que guiarse por largas listas de espera y a veces enfrentar traslados considerablemente tardados para tener acceso a atención para afirmar el género.

“No fuimos a [una cita] el lunes y obtuvimos testosterona el martes”, dijo Amanda Cowan, sobre la experiencia de su familia tratando de obtener atención para Grayson en Phoenix. Su seguro médico cubrió gran parte del tratamiento médico que Grayson terminó por recibir, pero ese no es siempre el caso. “Definitivamente reconocemos que tuvimos suerte”.

Grayson, quien ahora tiene 17 años, dijo que las personas que no conocen a niñxs transgénero no entienden los desafíos que tienen que superar para obtener atención para afirmar el género, o cómo les afecta cuando el acceso está en peligro. Antes de las elecciones de 2020, Grayson empezó a guardar ampolletas caducadas de testosterona por temor a quizás no poder obtenerlas.

Cowan dice que si no se hubiera mudado a Colorado, “no creo que hubiera sobrevivido high school”.

La cirugía superior que tuvo en Phoenix se prohibió más tarde.

“Cuando estás en el estado donde tus derechos están en juego, empiezas a darte cuenta del poco control que tienes sobre tu cuerpo, como niñx”, Grayson dijo. Se alegra de estar creciendo.  “Estoy cerca de cumplir los 18, así que casi a punto de salir de esta zona de peligro, donde estás en constante riesgo de perder tu acceso a la atención médica, tu acceso a los deportes, tu acceso a los baños”.

Leslie dijo que la atención para afirmar el género que su hijo ha recibido en Colorado ha sido crucial para su bienestar.

“Estamos extremadamente agradecidos sabiendo que podemos abordar su disforia”, Leslie dijo. “Si estuviéramos en Texas o Tennessee, probablemente estaríamos en el grupo de una familia que tendría que mudarse”.

Sin embargo, las familias expresan temor de que la desaparición de opciones para la atención en otros estados pueda amenazar el acceso aquí y hacer que el tiempo de espera sea más largo para obtener cuidados que con frecuencia deben ser oportunos. Algunos proveedores que ofrecen atención relacionada con la transición a niñxs en Colorado han dejado de anunciarlo, lo cual podría causar que sea más difícil para las familias obtener acceso a la atención cuando la necesitan.

La representante Brianna Titone, una demócrata que representa al Condado de Jefferson en la legislatura estatal, está copatrocinando una propuesta de ley que busca proteger a los proveedores de atención para afirmar el género y a sus pacientes contra cargos criminales u otras multas debido a leyes que limitan la atención en otros estados.

El aumento de las políticas antitransgénero es una preocupación para la gente de Colorado por diversas razones, dijo Titone, quien es la primera legisladora estatal abiertamente transgénero.

“Solo porque tenemos buenas políticas aquí en Colorado, eso no significa que la gente se sienta cómoda al ver que esas políticas están aprobándose en otros estados”, dijo en una entrevista.  “Hay tantas [de esas políticas] en estos momentos, y algunas de ellas realmente son muy peligrosas”.

Titone dijo que, en lo personal, le preocupa tener que viajar a otros estados donde no pueda usar el baño, y sobre legislación anti-drag escrita de forma tan generalizada que quizás se interprete como una prohibición a que la gente transgénero exista en público. “Hay mucha ansiedad nerviosa sobre esta ola de cosas de odio que están llegando ahora”, dijo. “¿Dónde se detendrá?”

Eso es especialmente verdad a la vez que los derechos civiles de las personas transgénero también enfrentan amenazas a nivel federal, Titone dijo. “Mucha gente entiende que quien tiene la última palabra es la Suprema Corte”.

***

Para Sammy Berman, todo esto es un razón para elevar su voz. En febrero, lx corredorx a campo traviesa testificó contra la legislación de Colorado que hubiera prohibido que lxs estudiantes transgénero jugaran en equipos que concuerdan con su identidad de género.

“Lxs niñxs trans deben tener el derecho de participar en deportes escolares como son”, Berman le dijo al comité.

No existen suficientes oportunidades para que lxs estudiantes transgénero y de género no binario jueguen algún deporte y lxs reciban bien. Por lo tanto, según un informe de la Fundación de la Campaña de Derechos Humanos que Berman citó ante el comité, solo del 12 al 14 por ciento de lxs adolescentes transgénero y de género expansivo participan en deportes, comparado con el 68 por ciento de los adolescentes en general.

“Esta estadística es devastadora, porque eso significa que muchxs adolescentes trans y de género expansivo no tienen la oportunidad de [vivir] la increíble experiencia de participar en deportes escolares”, lx estudiante de high school le dijo al grupo de legisladores.

Berman dijo que específicamente buscó correr a campo traviesa porque los niños y las niñas están en el mismo equipo; la mayoría de los otros deportes no funcionan así. Sus entrenadores y compañerxs de equipo apoyaron a Berman cuando salió del closet, lo cual creó un ambiente para que pudiera prosperar, perseverar y trabajar para alcanzar sus metas.

“Cuando corres como equipo, estamos todxs trabajando muy muy fuerte juntxs por meses y meses”, Berman dijo. “Y luego hacemos algo increíble”.

Le gustaría que su activismo alcanzara metas similares.

Ahora Grayson Cowan está en su último año de high school. Está ocupado con sus clases y tocando el tambor en la banda escolar, una actividad invernal que solo incluye percusión. Grayson dijo que mudarse a Colorado fue un gran alivio. Nadie le ha dicho groserías anti-queer desde que llegó a vivir aquí; solía oírlas todos los días. Nadie lo molesta cuando usa el baño; usualmente le hacían preguntas entrometidas todos los días.

“Si no me hubiera ido de Arizona cuando lo hice, no creo que hubiera sobrevivido high school”, Grayson dijo.

Al mismo tiempo, se siente culpable por lxs amigxs queer que dejó atrás, especialmente lxs que no tienen familias que lxs apoyan—la mayoría de ellxs, dijo. Y siente celos de sus amigxs queer que se criaron aquí, rodeadxs de apoyo, con el espacio para crecer, explorar sus identidades y ser niñxs sin tener que arrojarse a un modo de supervivencia.

“Aunque haberme mudado aquí viene con mucha felicidad y mucha celebración, también viene con mucho dolor”, Grayson dijo. “Pasas tanto tiempo traumatizado, en la oscuridad, y luego aprendes que hubieras podido estar de este lado todo ese tiempo”.

Brittany, su pareja Orlando, y sus hijas MJ y Naomi en el pórtico de su hogar en Denver.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

Kristin Jones

Escritora y editora independiente
Denver, Colo.

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