Una publicación de The Colorado Trust
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Nathan Allred (der.), estudiante de enfermería, trabaja en el departamento de emergencias de Memorial Regional Health con los enfermeros Jacie Jourgensen y Dave Higgins el 27 de marzo de 2020. Fotografía de Matt Stensland / enviado especial para The Colorado Sun – usada con permiso

COVID-19

COVID-19 ya está afectando a los hospitales rurales, incluso sin casos confirmados

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Un día típico de primavera, Memorial Regional Hospital en Craig, en la parte noroeste rural de Colorado, monitorea pacientes en 10 de sus 25 camas disponibles. El 25 de marzo, no había ningún caso confirmado de COVID-19 en el Condado de Moffat, a cuatro horas de Denver en automóvil.

Pero la pandemia ya está teniendo pésimos efectos en Memorial.

Súplicas del estado para que hospitales eviten hacer cirugías y procedimientos no esenciales, en combinación con residentes temerosos de la infección, han disminuido el total de pacientes en Craig a solo seis por día. Craig Memorial no podrá sobrevivir por mucho tiempo con una reducción del 40 por ciento en su principal fuente de ingresos.

En el Condado de Teller en la ladera occidental de Pikes Peak, Teller Senior Coalition, una agencia que ofrece servicios a ancianos, acababa de comprar una tercera camioneta para transportar a personas en sillas de ruedas cuando tuvo que modificar su proceso. Ahora solo transporta a personas a citas médicas y hace entregas de víveres a los hogares de ancianos demasiado vulnerables para salir ellos de compras. Y ya no transporta a más de una persona a la vez.

Y en el pueblo de Hugo, en las Llanuras Orientales, Lincoln Community Hospital construyó una unidad hiperbárica de aislamiento entre sus camas para pacientes hospitalizados y sus instalaciones de atención a largo plazo. El hospital no tiene ningún paciente con COVID-19 todavía, pero docenas de cancelaciones de cirugías, rotaciones de especializaciones y visitas de atención general han hecho que el director ejecutivo se pregunte si seguirán funcionando en tres o cuatro meses. Espera que los hospitales en la Cadena Frontal que se vean muy afectados por el virus transfieran a Hugo, a una hora de distancia, a sus pacientes que no estén en estado crítico ni tengan COVID-19 para que ahí reciban una buena atención y se repartan un poco los ingresos.

La combinación entre más gastos de preparación para la crisis con ingresos más bajos ya resultó en que se advirtiera al personal que las horas laborales podrían reducirse.

“Estamos muy preocupados por nuestra habilidad de seguir funcionando a largo plazo”, dijo Kevin Stansbury, director ejecutivo de Lincoln Community.

Sin que todavía hayan llegado pacientes a quienes ayudar, COVID-19 ya produjo la posibilidad de caer en la ruina financiera para muchos hospitales rurales en Colorado que, según dicen las autoridades de salud, por años han estado al borde de la clausura.

“Tenemos 18 hospitales rurales que están funcionando en números rojos, así que cualquier ingreso perdido se sentirá muy fuerte y por mucho tiempo”, dijo Michelle Mills, directora ejecutiva de Colorado Rural Health Center, la oficina estatal no lucrativa encargada de asuntos relacionados con la salud rural. Los directores ejecutivos dicen que es probable que el número de hospitales en problemas sea más de 20.

Los hospitales rurales y las clínicas para personas con bajos ingresos que reúnen requisitos federales probablemente reciban ayuda gracias al futuro paquete federal para estimular la economía. El paquete está valuado en $2 trillones, una cantidad nunca antes vista, y se desarrolló para combatir los impactos economicos drásticos que la pandemia ha tenido en el país. Líderes enfocados en la salud rural y asociaciones comerciales pusieron presión mediante sus delegaciones estatales para que se incluyeran tanto mitigaciones por los costos de COVID-19 y fondos adicionales para centros de salud en zonas rurales. También pidieron que se aumentaran los pagos de Medicare y Medicaid de los pacientes que se transfieran de un hospital urbano donde ya no haya espacio.

Esta semana, Mills y otras personas dijeron que todavía no se sabían los detalles ni cuánto se enviaría a Colorado.

Los hospitales en pequeños poblados de Colorado están implementando medidas extraordinarias para recibir una oleada de pacientes con COVID-19, al mismo tiempo que siguen proporcionando cuidados vitales, Mills dijo. Sabe de un hospital en donde ya apartaron varias habitaciones normalmente reservadas para médicos especialistas visitantes donde se alojarán a pacientes que tengan el virus. También crearon un sistema en donde se evalúa a los pacientes que llegan a la sala de emergencias en sus automóviles para así evitar nuevas infecciones y la aglomeración de personas.

En Craig, el cambio integral en la sociedad causado por la pandemia significa que el hospital tiene que ampliar su papel como central de servicios sociales, dijo Andrew Daniels, director ejecutivo. Muchos proveedores y empleados de hospitales tienen hijos cuyas vidas se vieron afectadas cuando las escuelas cerraron. Así que el hospital creó su propia guardería para que el personal pudiera seguir trabajando.

Craig ahora implementó una política de no aceptar visitantes y preparó una unidad con presión negativa para futuros pacientes con COVID-19. Además, ahora tiene una clínica aparte cerca del Walmart y diseñó ese centro de “atención rápida” para problemas leves con el objetivo de mantener el hospital principal funcionando continuamente. El hospital piensa que tiene suficientes respiradores y equipo protector y además forma parte de una red dispuesta a aceptar pacientes para los cuales ya no haya espacio en otros hospitales de la Cadena Frontal.

La preparación no es el problema.

“Las personas tienen miedo y por eso están cancelando sus citas médicas, cancelando sus cirugías, cancelando sus procedimientos”, Daniels dijo. “Al mismo tiempo que la cantidad de [esas citas] disminuye, el hospital ya tenía dificultades económicas de todas formas. Lo que nos preocupa realmente es nuestra capacidad de seguir funcionando a largo plazo si esta situación continúa”.

El Condado de Teller ya está listo para transportar a cualquier persona mayor a citas médicas en el hospital de Woodland Park, pero hasta ahora lo que más le han pedido es entregar alimentos y medicamentos a domicilio. Por eso, Teller Senior Coalition envía a los conductores de sus camionetas para que recojan pedidos y los dejen afuera de las casas, dijo Katherine Lowry, directora ejecutiva de la agencia.

“Hoy entregamos 30 bolsas y mañana entregaremos más que esas”, Lowry dijo. Antes, las camionetas trasladaban a los ancianos a centros recreativos y otros lugares, pero durante la crisis ahora se enfocan en traslados médicos o de alimentos, Lowry explicó.

“Acabo de hablar por teléfono con una señora mayor que tiene miedo de ir al supermercado, así que mañana le llevaremos víveres a su casa. Y hay mujeres con gatos que necesitan comida para que sus mascotas no se mueran de hambre”, Lowry dijo. “Nos hemos convertido más en un proveedor de alimentos, en comparación con antes, pero esas son las necesidades actuales”.

Las desigualdades entre los recursos y cuidados rurales y urbanos afectan también las pruebas para detectar COVID-19. Algunos hospitales en el área metropolitana desarrollaron sus proprios métodos para obtener resultados rápidos, lo cual les permite organizar el protocolo de intervenciones e informar a las autoridades de salud pública sobre patrones. Los hospitales rurales no pueden justificar el gasto de establecer sus propios métodos de prueba y tienen que esperar por los resultados hasta por una semana en algunos casos que describen como casos probables de COVID-19, dijo Stansbury, de Lincoln Community Hospital.

Lincoln Community Hospital no tiene una unidad de terapia intensiva ni respiradores, así que tendrían que transportar a los pacientes más graves a un hospital en la Cadena Frontal. “Cancelamos los servicios especializados por un mes y esos ingresos me preocupan mucho”, Stansbury dijo.

Aunque algunos distritos de hospitales rurales reciben fondos fiscales especiales, muchos dependen casi totalmente de los ingresos que reciben de sus pacientes. Cualquier hospital que sí recibe fondos fiscales especiales, probablemente reciba menos ya que los múltiples cierres de negocios y otros cierres afectan la cantidad de impuestos que se recaudan por ventas y propiedades.

Por ahora, Stansbury y otros directores ejecutivos de hospitales rurales no buscan necesariamente recibir pacientes con el virus. Sin embargo, sí quisieran funcionar como una “válvula de escape” para cubrir parte de sus ingresos perdidos si los hospitales en la Cadena Frontal necesitan ayuda, Stansbury dijo. “Somos bastante hábiles para hacer más con menos”, agregó

Michael Booth

Escritor
Denver, Colo.

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