El cambio climático a veces parece muy distante. La imagen de un oso polar a la deriva sobre un iceberg que se encoge es deprimente, claro, pero quizás no siempre es relevante. Desafortunadamente, el cambio climático también está afectando nuestra salud y la salud de nuestras familias. La temperatura promedio en Colorado ha aumentado dos grados en los últimos 30 años, y el papel que el cambio climático desempeña en este aumento es evidente.
Sin embargo, no todas las personas en Colorado se ven afectadas de la misma forma. Nos vemos más o menos afectados dependiendo de dónde vivimos, cuánto dinero ganamos y hasta del grupo racial o étnico al que pertenecemos. Por ejemplo, las personas afroamericanas e indígenas en Estados Unidos sufren desproporcionadamente de enfermedades que empeoran debido al calor y la contaminación del aire, como la diabetes y el asma.
Una herramienta recientemente publicada por el Instituto de Salud de Colorado (CHI, por sus siglas en inglés), un beneficiario de The Colorado Trust, examina más profundamente las disparidades geográficas del cambio climático. El Índice de la Salud y el Clima del CHI, disponible únicamente en inglés, evalúa los riesgos con base en la exposición, los grupos demográficos y la preparación. Es decir, la exposición a los efectos como temperaturas muy altas y riesgos de incendio; poblaciones particularmente vulnerables como los niños, los ancianos, la gente que vive en la pobreza o tiene enfermedades crónicas; y, la preparación, la cual se evalúa con base en las creencias del público sobre el calentamiento global y los planes de departamentos de salud pública para luchar contra o adaptarse a él.
Chrissy Esposito, una investigadora en el CHI y una de las autoras líderes del índice, espera que esta herramienta se pueda usar para fomentar medidas en aspectos preocupantes a nivel local en Colorado.
“No sucede con frecuencia que se mencione el cambio climático como una amenaza a la salud pública”, Esposito dice.
Pero los datos son evidentes. Sin importar dónde vivamos en el estado, probablemente reconozcamos algunos de los efectos del cambio climático en nuestras propias vidas y comunidades. Estos son algunos de ellos, adaptados de los estudios del CHI y con reportaje original:
1. Los vecindarios se están poniendo más calurosos
Denver se ve especialmente afectada por el efecto isla del calor urbano; la temperatura es casi cinco grados más calurosa que en las áreas rurales del estado. El cambio climático significará más días muy calurosos, afectando más a las personas jóvenes y ancianas, y a aquellas con problemas respiratorios.
No todos los vecindarios corren el mismo riesgo. Los vecindarios con menos árboles, o en donde la mayoría de las personas no tienen aire acondicionado, sufren más cuando la temperatura aumenta. En Denver, muchos de estos mismos vecindarios albergan principalmente a comunidades de color con bajos ingresos.
Pero Denver no es el único lugar afectado por el calor extremo. En 2017, las personas que viven en el noroeste de Colorado sufrieron 72 días con calor extremo, según el CHI.
2. Los árboles están desapareciendo.
Cuando no hay suficientes días fríos, la amenaza de insectos que matan a los árboles puede extenderse. El clima más cálido puede ampliar el efecto de pestes como el barrenador esmeralda del fresno (emerald ash borer) y el escarabajo del pino de montaña (mountain pine beetle), mientras que la sequía puede destruir las defensas forestales.
El descubrimiento del barrenador del fresno en Boulder en 2013 fue muy preocupante; una cuarentena de emergencia en el área tuvo como objetivo prevenir más infestación. Alrededor del 15 por ciento de los árboles urbanos en Colorado son fresnos vulnerables al ataque, incluidos aproximadamente 1.45 millones de árboles solo en el área metropolitana de Denver, según dice el Departamento de Agricultura de Colorado. La pérdida de arbolada en nuestras ciudades podría multiplicar el efecto isla del calor urbano, Esposito dice.
En las montañas, la devastación causada por el escarabajo del pino ha sido evidente por años. Franjas de pinos muertos aumentan la susceptibilidad a incendios en muchas áreas.
3. Los incendios forestales están lastimando a las personas
Más días calurosos y secos también aumentan el riesgo de incendios forestales, al mismo tiempo que más y más personas están viviendo cerca de áreas boscosas. El desarrollo en estas áreas se conoce como la interfaz entre tierras vírgenes y urbanas, y está aumentando en Colorado, afectando negativamente el ciclo natural de los incendios y la regeneración, y poniendo en peligro a las personas.
Hasta cuando no matan a personas, los incendios pueden afectar la salud de varias formas. Pueden degradar la calidad del aire hasta en un radio de miles de millas, dañando más a las personas con problemas respiratorios, a los niños y a los ancianos.
Y los incendios forestales pueden causar traumas en las personas que encuentran a su paso. Un incendio en el sudoeste del Condado de Eagle en julio de 2018 destruyó tres casas, y pudo haber causado daños aún mayores de no haber sido por los exitosos esfuerzos del equipo de bomberos. Sin embargo, los incendios forzaron evacuaciones en El Jebel y Basalt, llenaron el aire con humo y desgastaron a la comunidad entera, dice Jill Ryan, comisionada del Condado de Eagle.
“Muchas personas tuvieron que dejar sus hogares y temían que el incendio consumiera sus casas”, Ryan dice. “También sintieron el estrés de no poder salir”.
A nivel nacional, las personas de color son más vulnerables a los efectos devastadores de los incendios forestales, según un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington y Nature Conservancy. El estudio tomó en cuenta no solo quién vive en áreas que corren riesgo de sufrir un incendio forestal (esas zonas censales son desproporcionadamente blancas), sino también los recursos necesarios para prepararse y recuperarse de un incendio. Los investigadores encontraron que las personas indígenas corren un riesgo especialmente mayor porque muchas reservas están expuestas tanto geográfica como económicamente.
4. La sequía daña las economías agrícolas
La sequía del año pasado fue especialmente extrema en la región sudoeste del estado. Los habitantes de Dove Creek, una comunidad agrícola que tradicionalmente depende de la producción de productos agrícolas para tierra seca (o sin irrigación), como los frijoles bayos y frijoles anasazi, fueron algunos de los más afectados. Las comunidades agrícolas de las Planicies Orientales también se han visto profundamente afectadas por las sequía en años recientes. Aunque la nieve que cayó este año alivió la sequía en la mayor parte del estado, el cambio climático continuará aumentado la posibilidad de que existan sequías.
Este tipo de golpe contra la economía local tiene un efecto en cascada sobre todo tipo de factores que terminan afectando la salud: desde los ingresos y la educación, hasta las conexiones comunitarias.
5. Nuestra agua potable corre peligro
La sequía no es la única manera como el cambio climático afecta negativamente el agua que tomamos. “Después de un incendio forestal, el agua puede filtrarse y no hay nada deteniendo esas partículas, lo cual pone sedimentos en el agua”, Esposito explica.
En esta parte del oeste, la desaparición del agua potable presenta una amenaza existencial. (Si eso no te molesta, toma en cuenta que la cerveza también podría subir mucho de precio.)
6. Está contribuyendo a las enfermedades crónicas
Los cambios en la temperatura, los patrones del viento y la humedad pueden aumentar la concentración de sustancias contaminantes como el dióxido de carbono y otras partículas, al igual que el ozono, el CHI encontró. Los niveles de ozono en la tierra aumentan en el verano cuando las altas temperaturas cocinan las sustancias químicas y los contaminantes en el aire, Esposito dice.
Las personas con asma y enfermedades respiratorias como la obstrucción pulmonar pueden sufrir especialmente cuando intentan respirar y la calidad del aire es mala.
Inhalar aire con muchas partículas también puede afectar la forma como la gente produce insulina, resultando en el desarrollo de diabetes, Esposito dice. A nivel global, la contaminación del aire contribuye a más de 3 millones de casos de diabetes al año, según calculó un reciente estudio. Al mismo tiempo, las personas con diabetes tienen dificultades para mantenerse frescas durante días calurosos porque sus glándulas sudoríparas se ven afectadas.
Los días calurosos también pueden afectar negativamente a las personas con enfermedades cardiovasculares, causándoles dificultades para bombear sangre. Con temperaturas extremadamente altas, “hacer ejercicio o alguna actividad afuera puede aumentar el riesgo de sufrir un evento cardíaco”, Esposito dice. La contaminación del aire también puede dañar el tejido cardíaco, agrega.
Al mismo tiempo, quedarse adentro también conlleva riesgos, especialmente cuando inhibe la práctica del tipo de ejercicio que todos necesitamos para mantenernos sanos.
Tres cosas que puedes hacer al respecto
Quizás sea demasiado tarde para revertir los efectos del cambio climático.
Pero no es demasiado tarde para salvar vidas. La velocidad del cambio climático puede reducirse. Esposito sugiere tres maneras como podemos luchar contra él.
1. Háblalo
No todas las personas en Colorado aceptan que el cambio climático es real. Hasta entre aquellas que sí lo aceptan, Esposito dice, la conversación sobre el cambio climático raramente se centra en cómo afecta la salud.
Habla con una amiga o colega. ¿Cómo te afecta personalmente el cambio climático? ¿A tu familia? Quizás tu casa está ubicada en la interfaz entre tierras vírgenes y urbanas, o tu agencia local de salud pública no cuenta con un plan de preparación.
¿No sabes si la calidad del aire está dentro de los límites seguros para respirar? Suscríbete aquí para recibir mensajes de alerta sobre la calidad del aire a través del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de. El Índice de la Salud y el Clima es una buena fuente informativa para iniciar conversaciones sobre las condiciones en donde vives.
2. Toma medidas a nivel local
¿Qué está haciendo tu ciudad o condado para luchar contra el cambio climático? ¿Podrían tus líderes locales y representantes nacionales hacer algo más?
Es poco común que candidatos a puestos políticos hagan campaña usando una plataforma contra el cambio climático, así que quizás tengas que investigar más de lo normal para saber qué piensan tus funcionarios electos sobre el tema y lo que están haciendo para abordarlo. Llámalos.
Las medidas locales pueden marcar la diferencia. Esposito menciona como ejemplo la iniciativa electoral de los techos verdes en Denver; en 2017, los votantes se esforzaron por mitigar el efecto isla del calor al ordenar que se incluyeran espacios verdes que absorban calor en la construcción de edificios nuevos.
3. Implementa medidas individuales, de forma colectiva
Las medidas que implemente una persona no harán mucho para contrarrestar el cambio climático, a menos que muchas personas actúen al mismo tiempo. Por suerte, hay muchas cosas que todos podemos hacer.
Come menos carne. Toma el autobús. Lava tu ropa con agua fría en lugar de agua caliente. Actualiza tu termostato a un termostato inteligente o intercambia tus electrodomésticos por unos más eficientes.
Si estás con ganas de gastar más, cómprate un automóvil eléctrico mientras siguen disponibles los beneficios tributarios estatales y federales.
Si tienes césped, considera reemplazarlo todo o algunas partes con flores, arbustos y pastos que ahorren agua.
Todos estos pasos tienen el potencial de preservar los recursos que tenemos, proteger la salud de nuestras familias y reducir la velocidad del cambio climático.