Desde el 17º piso de Lawrenson Hall en la Universidad del Norte de Colorado (UNC, por sus siglas en inglés) en Greeley, Carson Pecot mira hacia abajo donde hay quizás 100 automóviles estacionados en un lote donde usualmente habría muchos más. El estudiante, de 22 años y cursando su tercer año de estudios universitarios, quizás se cruza con uno o dos estudiantes cuando sale a correr todos los días o cuando va a la cafetería para agarrar comida.
La pandemia de COVID-19 alteró la vida alrededor del mundo, hasta en las universidades de Colorado. La mayoría ya cerró y solo están permitiendo que un número pequeño de personas permanezcan en sus instalaciones con el objetivo de reducir la propagación del coronavirus.
Como la mayoría de los estudiantes en el estado, Pecot sigue estudiando a distancia. A los estudiantes que viven en dormitorios los instaron a irse y terminar el resto del año escolar en sus hogares.
Pecot eligió quedarse en el campus por razones financieras. Trabaja para la universidad como presidente de la asociación de dormitorios y, dijo: “Sabía que probablemente no encontraría otro trabajo en estos momentos. Era la mejor opción que tenía”.
Para muchos estudiantes, “los dormitorios son sus hogares y la cafetería proporciona las comidas”, Philip P. DiStefano, rector de la Universidad de Colorado en Boulder (CU Boulder, por sus siglas en inglés), mencionó durante una reunión a mediados de marzo con la mesa de rectores del sistema universitario. [Nota del editor: la autora de esta historia escribe el boletín de noticias de los profesores y empleados de CU.] DiStefano agregó que la mayoría de los estudiantes que viven en los dormitorios de CU Boulder no tienen suficiente dinero para vivir en otro lugar y pagar por sus comidas; algunos de los estudiantes internacionales tendrían que regresar a sus países en donde la enfermedad se ha propagado más que en Estados Unidos, según reportó el diario Daily Camera en Boulder. (Este comentario se hizo semanas antes de que Estados Unidos registrara el mayor número de casos con COVID-19 a nivel mundial.)
El 31 de marzo, más del 90 por ciento de los 8,598 estudiantes que vivían en dormitorios de la universidad de Boulder ya se habían salido, según Deborah Méndez Wilson, portavoz de CU Boulder. Sin embargo, otros estudiantes quizás no tengan la opción de mudarse o de conseguir alimentos fuera de ahí.
Una encuesta realizada entre más de 65,000 estudiantes en el otoño de 2018 en cuatro instituciones educativas de Denver (la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, el Colegio Comunitario de Denver, CU Denver y la Universidad de Denver) encontró que el 18 por ciento de los 3,011 participantes había estado sin hogar el año anterior. El informe, realizado por el Centro para la Esperanza Universitaria, Comunitaria y de Justicia en la Universidad Temple de Pennsylvania, también encontró que el 40 por ciento de los participantes había sufrido inseguridad alimentaria el mes antes de contestar la encuesta.
La encuesta del Centro encontró que las tasas de inseguridad relacionadas con necesidades básicas son más altas entre estudiantes de colegios técnicos de dos años que entre estudiantes de universidades de cuatro años. Las tasas de inseguridad también son más altas entre estudiantes históricamente marginados, como los estudiantes afroamericanos, que se identifican como LGBTQ y aquellos que no reciben apoyo financiero de sus padres o tutores.
Ahora, mientras ciudades en Colorado y el gobierno del estado implementan medidas para aumentar el distanciamiento social y así limitar la exposición a COVID-19, los riesgos de sufrir inseguridad alimentaria y de vivienda han aumentado. Aunque es demasiado pronto para saber la cantidad de estudiantes universitarios afectados por la crisis, es probable que muchos de ellos hayan sufrido daños debido al cierre de universidades y negocios.
Cerca del 59 por ciento de los estudiantes universitarios en Colorado trabajan mientras estudian para cubrir gastos esenciales como comida, vivienda, transporte y otros gastos mensuales, según un informe realizado en 2017 por Abodo, un sitio web para encontrar apartamentos. Para cubrir los costos mensuales crecientes de sus estudios, algunos estudiantes solicitan préstamos y becas.
Muchos de estos estudiantes encuentran trabajo en restaurantes o bares debido al horario flexible que se acomoda al horario de sus clases. Pero a miles de empleados en la industria los dieron de baja o les redujeron sus horas después de que el gobernador Jared Polis diera su primera orden, el 17 de marzo, que prohíbe servir comida dentro de restaurantes, seguida por la orden de “permanecer en casa” que dio el 26 de marzo.
Anthony Rodriguez, de 21 años, trabajó su último turno como mesero en el Red Lobster de Greeley el 15 de marzo. El estudiante que cursa su anteúltimo año de estudios en UNC había estado trabajando hasta 31 horas por semana.
“No me preocupé mucho cuando Red Lobster dijo que cerraría como por un mes”, Rodriguez dijo, “pero cuando el estado y la ciudad anunciaron el toque de queda, me preocupé un poco”.
Tiene algunos ahorros, pero el contrato de alquiler de su apartamento, el cual comparte con tres personas, vence al final del semestre. Le preocupa que el alquiler en otro sitio cueste cientos de dólares más. También le preocupa que le reduzcan sus horas cuando regrese a trabajar en el restaurante.
“Todos van a querer sus horas, pero como (las clases) son en línea, todos van a querer más horas para trabajar y habrá más competencia por esas horas”, Rodriguez dijo. “Eso es lo que más me estresa ahora: ¿podré ganar suficiente dinero?”
Los colegios comunitarios y las universidades del estado ofrecen varios programas para estudiantes que enfrentan crisis o gastos inesperados. Sara Goldrick-Rab, directora fundadora del Centro para la Esperanza, sugiere que los estudiantes afectados por el cierre de universidades y otras emergencias se comuniquen con sus representantes de asuntos estudiantiles para solicitar ayuda. “Pidan que les den opciones, ayuda de emergencia, etc. No tengan vergüenza de solicitar apoyo. Usen los recursos de sus universidades antes de recurrir a recursos comunitarios; esos ya están en gran demanda”, le dijo a la publicación U.S. News & World Report.
La Universidad del Oeste de Colorado (conocida como Western, en inglés) ofrece ayuda a través de su Fondo Western CARES (ayuda esencial para apoyo de emergencia). La Universidad de Mesa en Colorado administra un programa de préstamos residenciales durante dificultades. Ambas ayudan a sus estudiantes de alguna manera durante crisis.
Los estudiantes de CU Denver que enfrenten emergencias generales financieras imprevistas o debido a la pandemia de COVID-19 pueden solicitar ayuda del Fondo Loving Lynx. La ayuda disponible incluye asistencia para cubrir emergencias médicas o dentales, por accidentes o si necesitan vivienda temporal. Ya sea que reciban o no ayuda financiera mediante el programa, a todos los estudiantes les recomiendan que busquen otros recursos comunitarios, dijo Sarah Erickson, una portavoz en CU Denver, por correo electrónico.
Además, el Centro de Asesoría para Estudiantes y la Comunidad en CU Denver está proporcionando servicios en línea de consejería para la salud mental; profesionales médicos y consejeros en el Centro de Salud de Auraria también están disponibles, sin cargo, para “consultas por el coronavirus”.
Unos días antes de que el Colegio Comunitario de Arapahoe (ACC, por sus siglas en inglés) empezara a dar sus clases en línea el 30 de marzo, el rector de estudiantes, Javon Bram, y la vicepresidenta de asuntos estudiantiles, Lisa Matye Edwards, estuvieron afuera del campus clausurado distribuyendo iPads a estudiantes sin acceso a una computadora. ACC también ha estado trabajando proactivamente para cubrir las necesidades de estudiantes sin vivienda ni comida asegurada.
“Creamos una guía de intervención y recursos para profesores y empleados y estamos llamando a todos nuestros estudiantes inscritos este semestre para preguntarles qué tipo de apoyo necesitan en estos momentos”, Brame dijo.
ACC se asocia con los condados de Arapahoe y Douglas y el Departamento de Salud de Tres Condados para ayudar a estudiantes, “porque sabemos que no tenemos recursos para hacerlos nosotros solos”, Brame dijo. Una gerenta de casos en ACC trabaja directamente con estudiantes en crisis para conectarlos con agencias comunitarias apropiadas.
Debido a que la alacena con alimentos para estudiantes se cerró, la institución está enviando tarjetas de regalo para supermercados a estudiantes que usaron ese servicio durante el semestre. También tienen un fondo de emergencia y otra ayuda financiera para estudiantes sin hogar y están ofreciendo consultas en línea o por video a estudiantes cuya ansiedad haya aumentado.
Ya que esperan que las necesidades de los estudiantes empeoren, representantes de universidades y colegios comunitarios en el estado firmaron una carta para solicitar más apoyo financiero del gobierno federal. El 20 de marzo, presentaron la carta ante la delegación congresal de Colorado.
La carta solicita más fondos para implementar la tecnología necesaria debido al desafío de ofrecer enseñanza a distancia. También pide acceso a préstamos y refinanciamiento sin intereses y otros recursos financieros. Las instituciones del estado piensan que los reembolsos y créditos por dormitorio y comida para sus estudiantes sumarán hasta $100 millones.
Los signatarios, 20 representantes de instituciones universitarias en Colorado, también están pidiendo específicamente fondos para fortalecer programas que proporcionan ayuda de emergencia a estudiantes.
“El impacto de COVID-19 en nuestros estudiantes y universidades ha sido profundo. Mientras que todos los estudiantes han enfrentado desafíos durante este período incierto, hay algunos estudiantes más afectados por los esfuerzos para cambiar a la enseñanza a distancia o los cierres de [nuestras instalaciones]”, la carta mencionó.
“Nos preocupa que estos estudiantes, algunos con bajos ingresos, sin hogar o jóvenes en custodia temporal, enfrentarán dificultades para cubrir sus necesidades básicas, como de vivienda, transporte, comida y atención médica, sin apoyo directo de la universidad. Es esencial que el gobierno federal ayude a estas instituciones para que nuestros estudiantes más vulnerables salgan ilesos como resultado de las medidas para protegerlos contra COVID-19.”
Aunque todavía no sabemos todos los detalles incluidos en el paquete federal para estimular la economía, valuado en $2 trillones de dólares, algunas personas que buscan la condonación de préstamos estudiantiles quedaron decepcionadas con la ley final que se aprobó.
Para abordar las necesidades de los estudiantes incapaces de comprar alimentos nutritivos, el estado de Colorado están instando a instituciones universitarias para que les recomienden inscribirse al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), el cual ofrece beneficios a hogares calificados con bajos ingresos, según reportó el diario The Denver Post.
En 2016, por lo menos 2 millones de estudiantes de riesgo en el país que probablemente reunían requisitos para recibir ayuda alimentaria con SNAP no estaban recibiendo beneficios, según un informe publicado en 2018 por la Oficina de Contraloría Gubernamental de EE. UU. Y en Colorado, solo seis de cada 10 personas que reúnen requisitos reciben beneficios de SNAP, según un reporte publicado en 2018 por el Plan de Colorado para combatir el hambre. El informe señala que las bajas cifras de personas inscritas se deben a varios factores: un proceso complicado de inscripción, falta de información sobre programas y servicios, obstáculos de transporte y falta de apoyo a iniciativas de difusión e inscripción.
El Colegio Comunitario de Aurora fue la primera institución de educación avanzada en asociarse con el Departamento de Servicios Humanos de Colorado para solicitar un subsidio federal que proporcionara servicios a estudiantes beneficiarios de SNAP. Más de 500 estudiantes del colegio solicitaron beneficios de SNAP el año pasado, dijo Janel Highfill, vicepresidenta adjunta del departamento de fuerza laboral, colaboraciones y desarrollo de recursos.
El proyecto para ayudar a que más estudiantes reciban beneficios de SNAP se lanzó antes de la crisis del coronavirus. “Distribuimos fondos a 33 estudiantes que reunían requisitos y nos mantendremos en contacto continuo con ellos para que completen exitosamente el semestre”, Highfill dijo.
El colegio envió una encuesta la semana pasada para evaluar las necesidades de los estudiantes, pero, por el momento, sus inquietudes están más relacionadas con el aprendizaje en línea. Highfill dijo que la institución obtuvo 75 computadoras restauradas a través de la organización no lucrativa PCs for People y las distribuirá entre estudiantes que las necesiten.
Las instituciones de educación avanzada establecieron sus propios bancos de alimentos como una manera más de abordar el hambre entre sus estudiantes. Aunque muchas alacenas comunitarias suspendieron sus servicios debido a la crisis del coronavirus, las organizaciones están ayudando a los estudiantes a obtener comida de otras formas.
Por ejemplo, en UNC, la Alacena Oso (Bear Pantry, en inglés) proporcionó comida empaquetada para ayudar a estudiantes con dificultades para comprar víveres. La alacena ahora está ayudando a estudiantes mediante el programa de donación por intercambio (Bear Share). Los estudiantes que tengan problemas para obtener alimentos pueden cargar puntos en sus tarjetas de identificación estudiantil y canjearlos por comida en la cafetería, según dice el sitio web de UNC.
A principios de marzo, CU Denver cerró un banco de alimentos para limitar el número de personas en la universidad. Ahora, la universidad se asoció con el Banco de Alimentos de las Montañas Rocosas (Food Bank of the Rockies, en inglés) para ofrecer una alacena móvil a sus estudiantes. La alacena móvil distribuirá cajas con alimentos a estudiantes de CU Denver algunos martes hasta que la situación mejore.