Un día inusualmente caluroso de octubre, familias en el vecindario de Montbello ubicado en el nordeste de Denver recogían almuerzos gratis en una escuela primaria, además de libros gratis del bibliobús de la Biblioteca Pública de Denver.
Joy Brown estaba eligiendo libros para su familia: “Solíamos ir a la biblioteca todo el tiempo”, Brown dijo. Desde que la pandemia empezó, no se ha sentido cómoda yendo porque su hijo de 7 años tiene asma. (La Biblioteca Pública de Denver recientemente pospuso sus planes de reabrir los servicios en persona debido a porcentajes más altos de COVID-19 en la ciudad.)
Brown dijo que es difícil saber qué tipos de libros debería estar leyéndoles a sus hijos. Antes de la pandemia, los maestros recomendaban libros según su nivel de grado, y ella extraña esos consejos expertos.
April Duran y su hija Novahlee, de 3 años, eligieron The Koala Who Could escrito por Rachel Bright entre los libros con dibujos disponibles para pedir prestados en el bibliobús. Novahlee, disfrazada con un vestido de princesa de Disney, también recibió una mochila azul gratis, una bolsa con manualidades y libros nuevos. “Me gusta mucho el bibliobús porque es gratis”, April Duran agregó.
“Le encanta que leamos”, dijo. “Especialmente durante la pandemia, nos mantiene ocupadas”. Leen libros en inglés y en español, y también hablan español en casa.
Leer libros con niños pequeños estimula el desarrollo cerebral y fomenta las habilidades del lenguaje y la lectoescritura temprana, según la Academia Americana de Pediatría. También puede fortalecer los lazos sociales y emocionales entre los niños y sus padres. Tener libros en el hogar se asocia con el éxito escolar de los niños, y esos beneficios se extienden hasta la edad adulta, según un reciente estudio.
“Sabemos que tener libros en casa es un fuerte indicador del éxito en la escuela. Y sabemos que para algunos niños eso no es una opción porque sus familias están viviendo en la pobreza o tienen estrés toxico”, dijo Melissa Hisel, directora de la Biblioteca Pública de Lafayette.
“Los niveles de estrés para las familias definitivamente han aumentado”, dijo Deana Hunt, vicepresidenta principal de impacto comunitario para Pikes Peak United Way en Colorado Springs. Esta oficina local de United Way ayuda a suscribir a familias a un programa internacional de lectoescritura llamada Dolly Parton’s Imagination Library. La pérdida del trabajo, la inseguridad alimentaria y las dificultades con el pago del alquiler son estreses para familias que quizás ya estaban enfrentando crisis antes de la pandemia, Hunt dijo.
Una reciente encuesta de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvad encontró que la mayoría de familias dijeron tener problemas serios cuidando a sus hijos durante la pandemia, y una de tres dijo tener problemas serios para mantener el nivel de aprendizaje de sus hijos.
“Mientras intentamos examinar las prioridades, solo queremos asegurarnos de que los niños tengan acceso a libros, al igual que a comida”, Hunt dijo.
Poniendo libros en los hogares
Con Imagination Library, los niños reciben un libro al mes por correo hasta que cumplen 5 años. Desde su inicio, 13,000 niños se han graduado del programa y 440,235 libros se han enviado a hogares en los condados de El Paso y Teller.
Recibir un libro nuevo por correo puede inspirar un momento para relajarse como familia y leer juntos, Hunt espera. Ha notado que más familias se han suscrito a Imagination Library desde que la pandemia empezó.
“Las familias están ocupadas, especialmente las familias con menores ingresos en donde ambos padres tienen varios trabajos”, Hunt dijo, y agregó que las familias quizás no tengan tiempo de visitar la biblioteca.
Los bibliobuses de la Biblioteca Pública de Denver salieron a las calles en abril después de que las órdenes de permanecer en casa se dejaron de imponer, dijo Olivia Gallegos, gerenta de comunicaciones para la biblioteca. Las bibliotecarias organizan y juntan libros donados por nivel de grado para los niños que visitan los sitios con comida gratis de las Escuelas Públicas de Denver.
“Los niños pueden pasar, agarrar su comida y llevarse algunos materiales para leer”, dijo Gallegos, y agregó que los bibliobuses también están en sitios de la Autoridad de Vivienda de Denver, comunidades para adultos mayores y centros recreativos.
Yvette Rios de Denver, quien también estaba visitando el bibliobús con su hija Neila de 11 años y su perro chihuahua, dijo que no leyeron ningún libro durante el verano. “Fue muy difícil porque yo estaba trabajando”, Rios dijo.
Neila, quien estaba yendo a la escuela primaria John H. Amesse, en donde el bibliobús está estacionado, ya no tenía libros en casa para su edad. Se llevó The School is Alive, un libro escrito por Jack Chabert.
En muchas bibliotecas de Denver, puedes pedir que te aparten libros específicos y recogerlos afuera, además de solicitar una bolsa preparada con libros según el nivel de grado o los intereses de tus hijos. Gallegos dijo que es desafiante porque algunas familias no saben que estos servicios existen. “Esa es la brecha de acceso que estamos observando ahora”, señaló.
A Hisel le preocupa que las familias de Lafayette, especialmente en comunidades marginadas, no tengan libros en sus hogares. La Biblioteca Pública de Lafayette sigue cerrada para visitas, debido a la pandemia y a un ataque cibernético contra la infraestructura tecnológica que la ciudad sufrió en julio.
El cierre de la biblioteca hizo que el programa de lectura en el verano corriera peligro. Así que Hisel y sus colegas usaron bicicletas para ir a llenar las pequeñas bibliotecas gratis con libros en español e inglés. (Hisel dijo que el 18 por ciento de las familias en Lafayette hablan español en el hogar.) La biblioteca también distribuye libros en la Escuela Primaria Sanchez del Distrito Escolar de Boulder donde se distribuyen alimentos gratis cada semana.
Ayudando a reducir la brecha digital
Algunos hogares en Lafayette no tienen servicio de internet, y esto causa dificultades adicionales para los niños que están tomando clases virtuales o tratando de leer libros en línea. “Una de las cosas que sabíamos era un problema es la brecha digital y el acceso de las persona a la lectura digital. Eso realmente ha empeorado desde que la pandemia [empezó]”, Hisel dijo.
Con las puertas de la biblioteca cerradas todavía, el estacionamiento se ha convertido en un punto de conexión o hotspot. Estudiantes de hasta primaria vienen y se conectan a la conexión Wi-Fi gratis afuera de la biblioteca. Hisel dijo que la biblioteca está dejando encendida la conexión, a propósito, las 24 horas del día (también dejan los tomacorrientes abiertos y sin candado).
Todas las bibliotecas públicas de Denver también están dejando prendida su conexión Wi-Fi las 24 horas, todos los días de la semana. “La pandemia ha sido difícil para todos, pero especialmente para los padres de niños en edad escolar que han hecho la transición al aprendizaje virtual”, Gallegos dijo. “La brecha digital es real”.
Colleen Gray, directora ejecutiva de The Literacy Project en el Condado de Eagle, tiene las mismas inquietudes. The Literacy Project ofrece servicios de tutoría en inglés a adultos y niños en ciudades como Avon, Eagle y Gypsum. Los servicios se ofrecían en persona antes que la pandemia empezara, pero ahora son mayormente por internet. Gray dijo que muchos de sus estudiantes adultos no tienen una computadora o deben compartir una con sus hijos, lo cual crea desafíos para la tutoría en línea.
The Literacy Project recaudó fondos para comprar 15 Chromebooks para sus estudiantes adultos. Gray dijo que han estado ocupados con sus programas para adultos ya que los padres están tratando de aumentar sus habilidades de lectoescritura y computación para apoyar a sus hijos con el aprendizaje virtual. Mientras tanto, los tutores voluntarios que trabajan con The Literacy Project han adoptado las aplicaciones de Zoom y Google Hangouts para conectarse en línea con sus estudiantes de escuelas medias.
En Denver, las bibliotecarias están usando laptops que los clientes normalmente se llevaban a casa para crear 12 sitios temporales al aire libre donde usarlas. Cualquier persona puede llegar y usar una laptop conectada a Wi-Fi por hasta 30 minutos, sin necesidad de tener una tarjeta de la biblioteca. Las bibliotecarias limpian las laptops después de cada sesión.
Gallegos dijo que las sesiones virtuales de cuentacuentos que la biblioteca organiza cada semana han sido muy populares. Las sesiones son bilingües y se trasmiten de lunes a viernes por la mañana. Su programa de llamar por teléfono (al 720-865-8500) para escuchar un cuento permite que los niños llamen y escuchen un cuento en múltiples idiomas.
Perdiendo la oportunidad de leer y perdiendo a la comunidad
Las sesiones de cuentacuentos en persona todavía no se están ofreciendo en muchas bibliotecas, como las del Distrito Escolar del Condado de Crowley y de la Biblioteca Comunitaria Combinada en el pueblo de Ordway en el sudeste de Colorado. Su directora Jody O’Leary dijo que no se sienten cómodos organizando sesiones mensuales en persona porque la mayoría de los adultos que venían con los niños eran abuelos y personas en riesgo.
Hisel, de la Biblioteca Pública de Lafayette, dijo que el programa de cuentacuentos en la biblioteca es una parte fundamental del desarrollo y la lectura en la primera infancia, cuando los niños muy pequeños socializan con otros niños y con integrantes de la comunidad, tocan los libros y exploran la biblioteca. Uno de esos programas, diseñado específicamente para bebés, atraía a más de 50 personas por semana antes de la pandemia.
Es difícil duplicar virtualmente esa comunidad, Hisel dijo: “Esos bebés ya crecieron y perdimos [la oportunidad de apoyarlos]”.
Las bolsas con libros para niños en edad preescolar en el Condado de Eagle están mayormente en pausa, Gray dijo. Normalmente, The Literacy Project circula 600 bolsas (cada una con cuatro libros adentro) para que niños de preescolar en el área se los lleven a casa, los lean con sus padres, y los devuelvan para intercambiarlos por otra bolsa. The Literacy Project dará nuevos pasos para poner los libros en cuarentena y lavar las bolsas cuando los niños estén listos para reiniciar el programa.
Las bibliotecas dan pasos similares para poner los libros en cuarentena y lavarlos antes de ponerlos nuevamente en circulación. Y Hisel dijo que el cuidado de los libros y las personas es parte del papel complejo que las bibliotecas desempeñan actualmente: “Es importante pensar sobre el papel resiliente que las bibliotecas desempeñan en una comunidad para mantenerse y reconstruirse después de que grandes desastres ocurren”.