Una publicación de The Colorado Trust
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Jonathan Kenworthy de Grand Junction, Colorado, dice que el nuevo aumento del salario mínimo en Colorado ya está facilitando su vida en el aspecto financiero. Fotografía de David Cornwell

 

Economía

¿Puede mejorar nuestra salud si ganamos un dólar más por hora?

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Un aumento del salario mínimo para Jonathan Kenworthy no significa darse el lujo de comprar boletos para ir a conciertos, o salir corriendo de repente a tomar unas vacaciones. Como trabajador que entrega pizzas a domicilio en Grand Junction, Kenworthy, con 33 años de edad, aprecia el aumento de $0.99 por hora en Colorado por otras razones mucho más prosaicas.

“Al final del día, todo regresar para pagar las facturas”, Kenworthy dijo, “En mi situación económica actual, estoy viviendo casi de cheque a cheque. Básicamente, es más fácil que antes pagar por las necesidades en mi vida”.

Sin embargo, la perspectiva sobre salarios cambia en la ladera oeste, cuando el que habla es el empleador.

Michelle Gillilan, dueña junto con su esposo de D&M Meats en Fruita, dijo que el aumento que empezó a aplicar el 1o de enero, y tres más que le seguirán hasta concluir en 2020, ha forzado que su empresa empacadora recorte el horario de sus empleados capacitados, aumente sus precios y pague facturas más altas a sus proveedores, quienes también están aumentando sus precios debido a la expansión de sus costos laborales.

Cuando muchos residentes de Colorado votan, Gillilan dijo, “no se dan cuentan de los costos reales. No entienden realmente” lo que tiene que ver con las empresas pequeñas, los empleados y los conceptos económicos básicos.

Las dos perspectivas sobre los resultados iniciales de la Enmienda 70 de Colorado—aprobada con el apoyo del 55 por ciento durante la votación estatal del pasado mes de noviembre—abarcan los problemas de equidad y empleo que han definido el debate del salario mínimo por décadas. Ahora, los economistas e investigadores académicos estarán observando cuidadosamente para encontrar evidencias estadísticas que respalden la perspectiva de la mayoría: que aumentar los salarios ayudará a los trabajadores a salir de la pobreza y mejorará la economía en general, aun cuando aumenten los costos para algunos empleadores y suban los precios de servicios y productos para el consumidor.

“Siempre hemos pensado que este es un primer paso”, dijo Michelle Webster, gerenta de análisis de políticas y presupuestos para el Centro de Colorado sobre Leyes y Pobreza (CCLP, por sus siglas en inglés), un beneficiario de The Colorado Trust. CCLP formó parte de una coalición de grupos progresistas que apoyaron la Enmienda 70 durante la campaña del año pasado.

Una serie de estadísticas que estarán observando los investigadores conecta la salud física directamente con los salarios.

Estudios pioneros están demostrando que salarios bajos en el pasado crearon inequidades en las tasas de obesidad y salud mental entre los trabajadores que recibían salarios mínimos, escribe J. Paul Leigh, PhD, un profesor de economía de la salud para la Universidad de California, Davis. La erosión gradual en el poder adquisitivo del salario mínimo en décadas pasadas de estagnación pueden explicar hasta el 10 por ciento del aumento en la masa corporal promedio en Estados Unidos desde 1970, según un documento que Leigh citó para el Instituto de Políticas Económicas. Aunque los investigadores quieren indagar aún más, una teoría a explorar es si esas personas que trabajan por un salario mínimo compran más alimentos altos en calorías y poco nutritivos porque son los más asequibles económicamente.

Leigh también citó un estudio británico que demostró mejoras en la salud mental de trabajadores que recibieron un aumento en su salario en 1999, en comparación con grupos de control cuyos salarios se mantuvieron iguales.

“La mayor parte de la evidencia indica que un aumento en el salario mínimo mejoraría la salud y el bienestar de la población en Estados Unidos y, como consecuencia, probablemente ayudaría a contener el desorbitante aumento de los costos médicos”, Leigh escribió.

La última campaña sobre el salario mínimo en Colorado ocurrió durante un momento en el que los niveles de empleo en el estado están más altos que nunca, pero los trabajadores que reciben salarios más bajos y aquellos que promueven la justicia social piensan que la compensación está relativamente estancada. En 2016, el salario mínimo en Colorado se ajustó y fijó con base en la inflación en $8.31, por encima del salario mínimo federal de $7.25. Sin embargo, solo está programado para aumentar incrementalmente en un futuro cercano con la inflación mayormente controlada.

Grupos progresistas, citando un estudio sobre la productividad, argumentan que el salario mínimo debería haber llegado a $21.72 en 2012 si los aumentos hubieran mantenido el mismo ritmo que las mismas contribuciones más eficientes de los trabajadores a la economía. Tablas del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca (durante la presidencia de Obama, en 2014) muestran que el poder adquisitivo del salario mínimo ajustado por la inflación llegó a un máximo en 1968 y es un tercio más bajo ahora.

La victoria en noviembre de 2016 de la Enmienda 70 aumentó el salario mínimo en Colorado a $9.30 el 1º de enero. Los aumentos pendientes en la enmienda cambiarán el salario base a $10.20 en 2018; $11.10 en 2019; y, $12 en 2020. Después de eso, se ajustará el mínimo nuevamente hacia arriba a la par con la inflación, pero, a diferencia de la ley anterior, no se ajustará hacia abajo, aunque disminuya el Índice de Precios del Consumidor.

El salario mínimo de los trabajos que reciben propinas, como en los restaurantes, aumentó de $5.29 a $6.28 y también continuará aumentando cada año.

Ahora que ya se estableció la ley por varios años más, Colorado estará observando los resultados estadísticos de la interacción milenaria entre los empleadores, las políticas progresistas y el análisis económico. Un documento publicado en 2016 por la Facultad de Mujeres de Colorado (CWC, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Denver y la Fundación de Mujeres de Colorado citó estudios que mostraron que decenas de miles de trabajadores en Colorado saldrían de la pobreza, y que la historia demuestra que los empleadores recortan pocos puestos u horas aun cuando se aumente el salario mínimo.

Estos proponentes y los economistas que citan también se mantienen optimistas con respecto a que el aumento en el salario de Colorado tendrá un efecto positivo en muchos determinantes sociales de la salud, además de un impacto directo en la desigualdad del salario con base en la raza o el género. Cerca del 16 por ciento de los trabajadores blancos en Colorado verán aumentar su salario gracias a la nueva ley, mientras que el 30 por ciento de los trabajadores negros y el 28 por ciento de los latinos verán un aumento, según un estudio de CWC. (Una encuesta que llevó a cabo el Centro Pew de Investigaciones en 2016 encontró que el apoyo a nivel nacional para aumentar el salario mínimo federal era mayor entre los demócratas y la gente de color que entre los republicanos o las personas blancas.)

El mismo estudio también usa como referencia un informe de 2016 de la Central Nacional de Investigaciones Económicas que afirma que el peso de los bebés al nacer aumenta con un salario mínimo más alto, y que el futuro educativo y los prospectos financieros de “estos bebés mejoran”.

Durante una campaña reciente en California para aumentar el salario mínimo, la organización Human Impact Partners publicó un informe que citaba una letanía de beneficios en la salud pública relacionados con mejores salarios. “Un salario más alto significa una mejor nutrición, más tiempo libre para hacer actividades físicas, y una reducción en el consumo de cigarros y la práctica de comportamientos riesgosos. Un ingreso más alto también significa tener más opciones y estabilidad en el seguro médico”, menciona el resumen del informe.

Los oponentes señalaron estudios más de acuerdo con su punto de vista—que los negocios que emplean porcentajes más altos de trabajadores que ganan salarios más bajos terminan, inevitablemente, recortando puestos u horas cuando el costo de los salarios aumenta. Ellos también dicen que el aumento en los costos laborales ya se está transfiriendo a los consumidores, y que los trabajadores que reciben salarios más bajos son exactamente quienes sufrirán más por el aumento de los precios en comida, gasolina, cuidados infantiles y otros productos básicos.

En febrero, un grupo de tres restaurantes de comida mexicana en Broomfield agregó un “cargo de servicio” del 10 por ciento “por la Enmienda 70” a la cuenta de cada mesa citando un aumento en los costos laborales de cerca del $185,000 que tuvo que transferir, por lo menos parcialmente, a sus clientes.

D&M Meats en Fruita inmediamente vio aumentar el precio de sus proveedores y tuvo que hacer lo mismo con sus clientes, Gillilan dijo. La empresa emplea siete personas en total, y después de recortar horas junto con el aumento del precio de la gasolina, las llantas y otras necesidades, Gillilan piensa que sus empleados estarán “peor de lo que estaban antes”.

Algunos empleadores que apoyan salarios más altos también están batallando integrar los salarios mínimos nuevos sin perjudicar a sus empleados. Heather Griffith es dueña de Young People’s Learning Center, el centro de cuidados infantiles más antiguo en el Condado de Larimer, ofreciendo servicios a 150 familias durante el año escolar y 250 durante el verano.

Griffith dijo que a todos sus empleados les paga por encima del salario mínimo, pero que cuando el mínimo aumenta, tienen que competir más duro con una gama más amplia de tiendas y restaurantes de comida rápida que también contratan personas para puestos elementales. El salario de sus empleados constituirá el 48 por ciento de sus costos este año; se había comprometido a aumentar los salarios un 5 por ciento durante los próximos tres años, pero también les dijo a los padres que tendría que aumentar las colegiaturas en un 5 por ciento.

Griffith ha organizado juntas de administradores de centros que ofrecen cuidados infantiles en el norte de Colorado para hablar sobre los costos y otros desafíos, y dijo: “Creo que muchos están de acuerdo con que este [aumento al salario mínimo] debía haber ocurrido hace tiempo. Creo que también existe una gran preocupación sobre si los padres van a poder pagar por los cuidados o tendrán que encontrar aquellos que operan sin licencia”.

Sin embargo, el estudio de CWC publicado en 2016 y otros estudios concluyeron que las mujeres que trabajan igual se benefician al aumentar sus salarios, aunque aumente moderadamente el costo de los cuidados infantiles.

“Sus salarios aumentarán más que el costo de los cuidados infantiles”, dijo Jack Strauss, PhD, presidente Miller de economía aplicada para la Universidad de Denver y autor adjunto del estudio. “Habrá más ganadores que perdedores aquí”.

Otras examinaciones del costo de los cuidados infantiles, incluyendo encuestas geográficas definitivas que llevó a cabo la Universidad de Colorado, muestran que áreas como Denver, Boulder y los complejos turísticos en las montañas ya tienen costos altos de cuidados infantiles y salarios altos, Strauss agregó. Los centros infantiles en otras regiones sentirían los efectos más inmediatos de los aumentos en salarios bajos, ya que ahí se paga el salario mínimo o cerca de él.

Análisis integrales de estudios económicos muestran que los aumentos graduales hasta llegar a $12, como Colorado lo está haciendo, no afectan el empleo, Strauss dijo. Con aumentos graduales, 30 veces más personas se benefician del aumento que las personas que se ven afectadas por la pérdida de su trabajo o reducciones en el número de horas, agregó.

Sin embargo, los empleadores y sus defensores dicen que las pérdidas laborales son inevitables en Colorado y ya están sucediendo.

La agencia Economics International Corp. de Eric Fruits llevó a cabo un estudio sobre la propuesta salarial en Colorado para la Mesa Redonda de Políticas con Sentido Común, evaluando que el estado tendrá hasta 90,000 menos puestos laborales en 2022 que si el salario mínimo no hubiera cambiado. Fruits define el programa de aumentos salariales de Colorado como “elevadito”, mientras que el de Oregón, en camino a un máximo de $14.75, y el de Seattle, con un objetivo de $15, como “elevados”.

Fruit reconoce que el empleo en Seattle ha continuado creciendo al mismo tiempo que aumenta el salario, pero destaca que aquí existe una pregunta económica imposible de contestar: “¿Qué habría pasado con el empleo si el salario no hubiera subido?”

“Los economistas discuten mucho sobre esto”, dijo Rich Jones, director de políticas e investigación en el Bell Policy Center, el cual ayudó a liderar la coalición principal que apoyó la Enmienda 70. “Pero nuestra conclusión es que el efecto es casi nulo” en el crecimiento laboral, agregó. Por ejemplo, dijo, estudios de áreas metropolitanas contiguas, en donde una aumentó el salario y la otra no, muestran que no hubo un impacto negativo en el empleo del área con un salario más alto.

En 2020, Jones dijo, cerca de 500,000 personas en Colorado se estarán beneficiando del aumento en salarios gracias a la enmienda y, aunque muchos asumen que los trabajos que pagan salarios bajos los hacen adolescentes en restaurantes de comida rápida, 142,000 de esas personas son padres de familia. “Ese es un gran número de niños afectados por los ingresos de sus padres”, Jones explicó.

La coalición que apoyó el aumento al salario mínimo en Colorado sigue estando unida después de las elecciones, dijo Michelle Webster, gerenta de análisis de políticas y presupuestos en el CCLP. Aunque se han fijado los aumentos salariales por varios años más, sigue habiendo otros objetivos.

En algunas partes de Colorado—incluyendo Denver, Boulder y algunas comunidades montañosas—la vivienda y otros servicios cuestan tanto que hasta el salario mínimo pendiente de $12 no es suficiente para vivir en esas áreas, Webster dijo. Sin embargo, en 1999 la legislatura bloqueó la habilidad de las comunidades locales de establecer un salario mínimo más alto que el del estado.

La coalición trabajará en la legislatura para establecer esa provisión a favor del control local, probablemente en 2018, Webster añadió.

“Todavía queda mucho por hacer a favor de los trabajadores que reciben salarios bajos”, concluyó.

Michael Booth

Escritor
Denver, Colo.

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