Una publicación de The Colorado Trust
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Un edificio de apartamentos en Denver el 17 de marzo de 2020. Quienes ayudan a víctimas de violencia doméstica temen que el aislamiento por la pandemia de COVID-19 resulte en riesgos singulares para personas que viven con sus abusadores. Fotografía de Joe Mahoney / enviado especial de The Colorado Trust

Violencia

Para las víctimas de violencia doméstica, el coronavirus aumenta el peligro y disminuye los servicios

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El aislamiento conlleva riesgos para la salud de todos nosotros. Pero para las personas que viven con sus abusadores, los peligros pueden ser inmediatos.

Abby Hansen trabaja como directora de servicios de consejería y defensa en SafeHouse Denver, una organización que administra un refugio de emergencia y ofrece otros servicios para sobrevivientes de violencia doméstica y sus familias. Hansen dijo que “el temor y la ansiedad” han aumentado entre sus clientes desde que las escuelas y tiendas se cerraron en Colorado y se advirtió a las personas que deben permanecer en casa y se distanciarse de sus amigos y vecinos para evitar propagar el nuevo coronavirus.

“Cuando la gente se ve obligada a permanecer en casa, cuando la casa ya es una situación peligrosa, el abusador tiene acceso a la víctima. Eso es lo que nos preocupa”, Hansen dijo.

“La violencia doméstica probablemente empeore y la gente que es abusiva probablemente manipule estas recomendaciones de aislarse y distanciarse socialmente para aislar aún más a sus víctimas”, dijo Amy Miller, directora ejecutiva de Violence Free Colorado. Esta coalición estatal de grupos aboga a favor de, y ofrece servicios a, sobrevivientes de violencia en una pareja íntima. El abuso infantil, el abuso de los ancianos y el abuso de animales probablemente también aumenten, señaló.

Al mismo tiempo que la economía se detiene casi totalmente, el golpe financiero solo está agregando presiones en el hogar.

“Hay clientes que trabajan en la industria restaurantera y a quienes las despidieron”, Hansen dijo. “La necesidad de obtener cuidados infantiles añadió más estrés en sus hogares”.

Las necesidades básicas no se pueden cubrir.

“Estamos escuchando [de] muchas personas que no encuentran alimentos”, dijo la semana pasada Margaret Abrams, directora ejecutiva de Rose Andom Center, un centro de recursos para víctimas de violencia doméstica en Denver. “Ayer, pusimos a dos personas en un Lyft para que fueran de su casa al banco de alimentos. No tenían comida ni ninguna forma de obtenerla”.

Para las personas que están viviendo en relaciones abusivas, la pandemia también cambió sus cálculos sobre cuándo irse y cómo hacerlo.

“Sabemos de personas que recientemente huyeron de una relación abusiva y que ahora están pensando: ‘¿Cómo sobrevivo financieramente?’” Abrams dijo. “De repente tienen dudas como: ‘¿Lograré que esto funcione de ahora en adelante?’”

Las organizaciones no lucrativas que proporcionan servicios a víctimas de violencia doméstica están acostumbradas a lidiar con crisis e improvisar soluciones en situaciones difíciles, Miller dijo. Ahora están aprovechando esa resiliencia ya que las circunstancias las están forzando a ser flexibles.

Los esfuerzos para disminuir la propagación de COVID-19 significan que grupos que proporcionan refugios, servicios de asesoría y otros servicios se han visto obligados a modificar o limitar algunos de sus servicios más vitales. Por ejemplo, ahora hablan con sus clientes por teléfono en lugar de en persona, tuvieron que cancelar las sesiones de asesoría en grupo y organizar las órdenes de protección por teléfono en lugar de en una oficina.

Estas soluciones no son perfectas, Hansen dijo: “Para algunas personas que solían venir mientras sus parejas estaban trabajando, ya no es seguro [hablar por teléfono]”.

Abrams dijo que algunas de sus clientes no tienen teléfonos móviles. Rose Andom Center tiene algunos que puede darles, pero no son muchos.

The Gathering Place es un centro de servicios sociales en Denver para mujeres, niños y personas transgénero que están viviendo en la pobreza y sin hogar. Muchos de ellos también han sufrido violencia en la pareja íntima. Heather Beck, vicepresidenta de programas y servicios, dice que la organización suspendió casi todos sus servicios más esenciales, como de alimentos, pañales y duchas. Su equipo usual de voluntarios, muchos de ellos en edad avanzada, están quedándose en casa.

Los refugios, que con frecuencia son espacios donde se vive en comunidad, acarrean sus propios riesgos en un momento en el que las autoridades de salud recomiendan distanciarse socialmente. En el refugio de emergencia de SafeHouse Denver, “podemos hablar con residentes sobre la importancia del distanciamiento social”, pero es difícil hacer que se cumpla cualquier mandato, Hansen dijo.

“No estamos aceptando nuevos clientes”, Hansen dijo. “Estamos enfocándonos en las personas que ya tenemos para así prevenir que entre una infección en nuestro espacio”.

Los refugios no pueden obligar a que sus clientes compartan información médica, dijo Miller, de Violence Free Colorado.

La coalición estatal proporcionó indicaciones a sus integrantes para que mejoraran sus procesos de limpieza, dejaran de albergar varias familias en una sola habitación (algo común en los refugios) y encontraran habitaciones de hotel o motel para ahí poner a personas con síntomas indicativos del coronavirus. Miller piensa que muchos proveedores de servicios buscarán obtener vales para moteles, al igual que fondos estatales de emergencia para víctimas de crímenes que necesiten cubrir gastos adicionales.

Archivos del Departamento de Policía de Denver indican que el volumen de llamadas por violencia doméstica es similar al de hace un año. Entre el 12 y el 18 de marzo, el departamento recibió 34 llamadas diarias en promedio por violencia doméstica, en comparación con 41 llamadas durante la misma semana del año pasado.

Las interrupciones causadas por el coronavirus, incluido el mandato de permanecer en el hogar que el alcalde Michael Hancock impuso el lunes, 23 de marzo, no interfieren con la habilidad del departamento de responder a llamadas relacionadas con la violencia doméstica, dijo el teniente Adam Hernandez, encargado de supervisar las unidades de crímenes graves, incluida la violencia doméstica. “Somos capaces de trabajar desde casa de alguna forma, haciendo nuestras investigaciones, contactando a las víctimas, entrevistándolas. Es un poco diferente pero igual somos eficaces”.

La unidad de violencia doméstica del departamento, la cual opera desde Rose Andom Center, sigue abierta y funcionando, señaló.

Lo que a Abrams le preocupa es qué pasará de ahora en adelante.

“Cuando este tipo de crisis surgen, y no es que hayamos tenido una crisis como esta antes, muchas víctimas intentan resguardarse y sobrevivirlo”, Abrams dijo. “Mi temor es que en una o dos semanas, vamos a escuchar de casos muy graves que empeoraron. La tentación de muchas víctimas es esperar a que esto pase y no dar ningún paso hasta que las cosas realmente lleguen a un punto en el que la única opción es huir.

“Creo que veremos ni escucharemos de peores situaciones”.

Violence Free Colorado proporciona una lista de programas dedicados a la violencia doméstica por condado en Colorado. La lista es útil para personas que buscan obtener ayuda y recursos porque están en una situación abusiva o para aquellas que quieren hacer una donación. La coalición también creó una fuente de recursos para organizaciones no lucrativas que están atendiendo a clientes durante la pandemia de COVID-19.

Las personas que necesiten ayuda también pueden llamar a la línea Nacional contra la Violencia Doméstica al 1-800-799-SAFE (7233) o visitar su sitio web para chatear en español con un asesor.

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