En la primavera de 2020, cuando los residentes preocupados por la pandemia de COVID-19 estaban resguardados en sus hogares alejados de sus amigos, vecinos y actividades normales, Russ Forrest, administrador de la ciudad de Gunnison tuvo una idea aparentemente imposible en ese momento: “Oigan, ¡vamos a divertirnos!”
Llamó a un pequeño grupo de líderes creativos y enfocados en la comunidad para implementar su propuesta. Estuvieron de acuerdo con él en que COVID-19 no debía ser la única cosa propagándose por su ciudad. Así que decidieron propagar alegría.
El esfuerzo todavía causa que los residentes de Gunnison bailen en las calles.
Propagar alegría y, en el proceso, fortalecer las conexiones comunitarias ha sido la misión continua y en expansión del Proyecto de Resiliencia en Gunnison. A través de este proyecto, los representantes del departamento de Parques y Actividades Recreativas, la Cámara de Comercio del Condado de Gunnison y la Fundación Comunitaria del Valle de Gunnison han encontrado formas de fortalecer ideas “divertidas” nacidas durante la pandemia en este poblado ganadero y universitario de la Ladera Occidental, un poblado que usualmente recibe más atención por sus temperaturas frías que por su espíritu comunitario singular.
Eventos divertidos siguen organizándose por todas las calles residenciales con bandas locales estilo flautista de Hamelin que tocan música encima de remolques de plataforma plana. Los residentes salen a sus jardines y calles para animarlas y bailar, o para seguir a la banda en sus bicicletas y patinetas.
La diversión se está propagando con convivios que reúnen a los vecinos para que compartan sus platillos favoritos mientras los niños gastan su energía brincando en castillos inflables. Un huerto comunitario está colaborando con un grupo de inmigrantes para demostrar y comer alimentos saludables. Grupos étnicos comparten sus culturas durante eventos en el centro de la ciudad.
Los residentes de la ciudad han demostrado su atención con los adultos mayores y apoyo para el personal de emergencias a través de esfuerzos organizados para recolectar y entregar cientos de paquetes con piezas de arte hechas a mano y mensajes alentadores.
La alegría ha aparecido en carteles para jardines y negocios con grandes corazones rojos y un mensaje que dice “Que estés bien” tanto en español como en inglés (“Be Well”), o carteles que dicen “Bienvenido” en 35 idiomas diferentes. Ha brillado en la luz de miles de luminarias en bolsas de papel, un evento que se ha convertido en una nueva tradición durante las festividades de invierno.
“Les dije que lo hicieran tan divertido como pudieran. Hagan lo que puedan para poner sonrisas en las caras de las personas. Reafirmen que los vecinos cuidan de los vecinos, y las comunidades ayudan a las comunidades”, Forrest dijo. “Se pusieron muy creativos con eso”.
El Proyecto de Resiliencia este año empezó pagando por eventos para fortalecer a la comunidad con “microsubsidios”. Los subsidios, de hasta $400 por solicitud, están distribuyéndose entre personas, vecindarios, asociaciones de propietarios, negocios y organizaciones sin fines de lucro.
Ginny Baylor, una supervisora en el departamento de Parques y Actividades Recreativas de Gunnison y una de las fuerzas promotoras del Proyecto de Resiliencia, dijo que espera que el programa de microsubsidios se convierta en un elemento continuo en el presupuesto de la ciudad.
“Las conexiones son necesarias para las comunidades resilientes”, Baylor dijo sobre el objetivo de los fondos.
Los microsubsidios financiados por la ciudad han pagado por un picnic para celebrar el 40º aniversario de Six Points, una agencia sin fines de lucro que proporciona capacitación para personas con discapacidades intelectuales y lesiones cerebrales traumáticas. Otro subsidio pagó por una cena en el huerto comunitario de Mountain Roots Food Project, organizado en colaboración con Inmigrantes Unidos de Gunnison. Una parte del subsidio se usó para comprar una mesa de picnic y una sombrilla para que los jardineros tuvieran un lugar con sombra para sentarse junto al huerto. Los participantes recibieron plantas pequeñas para sembrar en los huertos de sus hogares.
Inmigrantes que hablan español les enseñaron a los jardineros de Mountain Roots que el quelite es una hierba comestible, y también los animaron a plantar verdolaga.
El Proyecto de Resiliencia y sus eventos y proyectos resultantes son “algo especial y singular en Gunnison. Es maravilloso conocer a la gente a nivel más personal”, dijo Izzy Rosenstein, directora de Mountain Roots, quien trabajó en Gunnison este último año y medio a través del programa federal AmeriCorps.
Una asociación de propietarios de viviendas usó un microsubsidio para organizar una fiesta en la calle este verano. Otro vecindario cercano planea organizar una en septiembre. Esa fiesta incluirá música de una banda con integrantes cora de la comunidad. Los coras pertenecen a una comunidad indígena originaria de una zona montañosa en Nayarit, México. Gunnison cuenta con la población más grande de coras en el país.
Antes del Proyecto de Resiliencia, los coras se habían mantenido mayormente apartados de otros en sus vecindarios de casas rodantes. La banda musical de los coras ahora es un elemento popular y buscado en la comunidad ya que fue la estrella de una caravana musical este verano.
Las caravanas musicales formaron parte inicial del Proyecto de Resiliencia, inspirado en varios eventos comunitarios que animaron las calles de Gunnison hace una década. En ese entonces, la fundación comunitaria estaba financiando fiestas de vecindarios que a veces incluían música. Los eventos estaban diseñados para reafirmar el espíritu comunitario en vecindarios durante una época muy diferente para Gunnison: sin pandemia, sin crisis de vivienda asequible y con una fuerza laboral abundante. Era una época en la que Gunnison estaba sufriendo más de desafíos económicos.
Maryo Ewell, directora de impacto comunitario en la Fundación Comunitaria del Valle de Gunnison, recordó la diversión de esas reuniones comunitarias iniciales y pensó que ofrecían un formato perfecto para organizar eventos durante la pandemia.
“Hay bastantes datos que demuestran que las relaciones entre vecinos son fundamentales en comunidades sanas y resilientes”, Ewell dijo. “Sin embargo, a veces se necesita una crisis para que reconozcamos que la clave son las personas, nosotros y la gente que vive al lado. El momento era simplemente adecuado para esto”.
Ricardo Esqueda, un trabajador de alcance comunitario con la ciudad de Gunnison, dijo que las “noches de caravanas” musicales que empezaron en 2020 han traído alegría a muchas personas en este poblado de 7,000 residentes.
“Ves a personas muy contentas cuando salen y se ponen a bailar frente a sus hogares”, dijo.
Y, como Ewell compartió: “Un amigo solía decir, ‘la comunidad que baila junta se arriesgará junta’.”
Además de las caravanas musicales, a principios de 2020, el Proyecto de Resiliencia empezó un esfuerzo de “cariño en jardines”. El proyecto vendió los carteles de “Que estés bien” con un espacio para escribir un mensaje personal. Baylor pidió 100 de los carteles de $4, pensando inicialmente que tendría suficientes. El proyecto terminó vendiendo 250. Algunos de ellos todavía están instalados en jardines.
“Fueron un gran éxito”, dijo.
Otros esfuerzos iniciales incluyeron plantar petunias para personas que vivían en hogares de ancianos. Tres podcasts inspiradores e informativos se crearon para que los residentes locales los escucharan mientras caminaban o esquiaban. Se produjo un diario en papel satinado que sirvió como si fuera un anuario comunitario.
Se enviaron paquetes de “conexión comunitaria” a los adultos mayores, trabajadores esenciales y choferes de entregas. Incluyeron piezas de arte y tarjetas hechas a mano, además de poemas. Las solicitudes para contribuir a esos paquetes resultaron en 370 contribuciones por correo electrónico en tres semanas. Los paquetes se distribuyeron cada viernes y algunos se exhibieron localmente en supermercados y otros negocios esenciales que estuvieron abiertos durante los primeros cierres de la pandemia.
El Proyecto de Resiliencia vendió 7,000 luminarias en noviembre de 2020. La cantidad de solicitudes de paquetes con velas, bolsas de papel y arena superó por mucho la cantidad que los organizadores del proyecto esperaban recibir cuando les pidieron a los integrantes de la comunidad que intercambiaran “el regalo de la luz”. Alrededor de 800 de las luminarias se donaron a maestros, voluntarios de servicios durante la pandemia y “héroes comunitarios”. Las luces bordearon el centro, los parques y vecindarios y los jardines residenciales.
Se implementarán más esfuerzos con el Proyecto de Resiliencia. Una celebración intercultural formará parte del evento musical Mid Week on Main que se organizará en colaboración con Western Colorado University. Habrá comida y música internacionales, y una proclamación sobre la importancia de las diferentes culturas en la comunidad se leerá en varios idiomas hablados en Gunnison: español, cora, húngaro, francés y poptí, un idioma indígena de Guatemala. A finales de este mes, se celebrará una fiesta en el centro para darles la bienvenida a los estudiantes universitarios que llegan a Gunnison.
La comunidad colombiana de Gunnison, un grupo que ahora suma alrededor de 50 personas, solicitó y recibió un subsidio para organizar una celebración este verano en honor al día de la independencia colombiana. Realizado el 12 de agosto, el evento sirvió para mostrarle al resto de la comunidad los elementos singulares de la cultura colombiana.
“Queremos que la gente nos entienda mejor”, dijo Mayte Burton, una colombiana que ha vivido en Gunnison por siete años.
Todo esto ha propagado ideas alegres más allá de los límites de la ciudad de Gunnison y, recientemente, atrajo algo de atención nacional. Gunnison fue seleccionada para ser una de un puñado de comunidades rurales que participan en la iniciativa nacional Welcoming America, la cual trabaja para promover las conexiones entre vecinos en comunidades con un número notable de inmigrantes. El evento multicultural en septiembre celebrará eso.
Forrest dijo que recientemente se reunió con el jefe de policía y el jefe de bomberos para hablar sobre cómo prepararse para otras futuras emergencias, ya sea otra ola grave de la pandemia, un incendio o una inundación. Una cosa que le pidieron a Forrest fue que continuara los esfuerzos del Proyecto de Resiliencia.
“Dijeron: ‘Redoblen [los esfuerzos]. Sigan haciéndolo’’’, Forrest dijo.
“Sintieron que el Proyecto de Resiliencia era un concepto para seguir desarrollando en el futuro y alcanzar ese apoyo institucional e individual. Fundamentalmente, necesitamos que los vecinos apoyen a los vecinos [y] que los vecindarios apoyen a la comunidad en general a la hora de la verdad”.
Esqueda está de acuerdo con que es importante que el enfoque en la alegría y las conexiones comunitarias continúe.
“Hemos pasado por tiempos duros, y a veces siento que las personas todavía tienen dificultades con eso”, Esqueda dijo. “Me alegra que podamos crear espacios para que las personas se sientan nuevamente felices con la vida”.
Traducido por Alejandra X. Castañeda