Aspen Miracle Center está ubicado en una cuadra tranquila en Westminster, Colorado, en un edificio modesto que parece una enorme casa renovada. Adentro, personas embarazadas con trastornos por el uso de sustancias están trabajando para alcanzar la sobriedad en las semanas y meses antes de dar a luz.
Comparten habitaciones, cocinan comidas juntas, y participan en varias clases y terapia diseñadas para ayudarlas a dejar las drogas y el alcohol que estaban usando e iniciar un nuevo camino de sobriedad.
En el verano de 2017, Ashley Miller encontró su camino a Aspen Miracle Center cuando estaba embarazada de cerca de seis meses con sus gemelos. (Obtén más detalles en la primera historia de esta serie.)
“Lo hicieron como un hogar. No era como un centro de tratamiento”, dijo. Fue la primera vez que buscó tratamiento.
Las mujeres que ingresan al programa en Aspen Miracle Center usualmente permanecen ahí entre 60 y 90 días, aunque algunas se quedan más tiempo o regresan después de que sus bebés nacen. Aspen Miracle Center, administrado por Mile High Behavioral Health, es uno de siete programas que ofrecen tratamiento con internación en Colorado para personas embarazadas que pueden recibir Medicaid, llamados Conexiones especiales.
En Colorado, la sobredosis es la segunda causa principal de muerte entre personas embarazadas o en el período de posparto. Promotores comunitarios dicen que se necesitan más opciones de tratamiento para salvar las vidas de personas embarazadas, y cada uno de los siete centros tiene capacidad limitada para personas embarazadas y sus hijos. Aspen Miracle Center puede albergar a 16 adultos y a cualquiera de sus niños menores de 2 años.
Aspen Miracle Center con frecuencia mantiene una lista de espera porque hay muchas personas necesitadas y porque admitir a las personas en el programa tiene sus obstáculos. La mayoría de las pacientes aceptadas al programa de internación tienen alrededor de siete meses de embarazo, aunque algunas se conectan a tan solo unas semanas de estar embarazadas.
“Creo que las personas descubren que están embarazadas, tienen miedo, saben que su uso es problemático, y se comunican para [obtener] ayuda”, dijo Rewa Bailey, gerenta de programas en Aspen Miracle Center. “Sin embargo, el tirón de ese estilo de vida es bastante pesado y hacer algo diferente y nuevo da bastante miedo. Y con frecuencia, pasan meses antes que realmente pasen por la puerta”.
Las personas embarazadas con frecuencia temen que los proveedores de salud las reporten ante las agencias de bienestar infantil, y que resulte en que les saquen a sus niños. (Obtén más detalles en la segunda historia de esta serie.) Si superan ese temor y buscan tratamiento, las personas embarazadas quizás encuentren que los servicios que necesitan están fragmentados y es difícil tener acceso a ellos.
En octubre de 2022, la Oficina de la Casa Blanca de Políticas Nacionales para el Control de Drogas publicó un informe con detalles sobre los obstáculos culturales y sistémicos que enfrentan las personas embarazadas con trastornos por el uso de sustancias. Entre muchos ejemplos, las personas embarazadas con niños mayores con frecuencia tienen que conseguir cuidados infantiles de tiempo completo para buscar tratamiento. La estabilidad de su vivienda también puede estar en riesgo. Muchas personas embarazadas dudan en dejar a sus parejas u otros sistemas de apoyo para recibir tratamiento con internación.
Luego está el problema de la ubicación. De los siete programas de Conexiones especiales, seis están ubicados en la Ladera Frontal, y el séptimo está en Grand Junction—lo cual significa que, si hay espacio en un centro de tratamiento, las personas embarazadas en áreas rurales del estado quizás deban trasladarse grandes distancias para usar uno de los programas.
Bailey dijo que el primer paso para muchas personas que ingresan a Aspen Miracle Center es cubrir sus necesidades básicas. Eso incluye inscribirlas en Health First Colorado (el plan estatal de Medicaid) u otros programas estatales o federales para los que cumplan requisitos, conseguir cuidados infantiles para los niños que tengan, y luego desintoxicarse o iniciar un tratamiento con ayuda de medicamentos, dependiendo de la droga que estén usando.
Para las pacientes embarazadas con un trastorno por el uso de opioides, el tratamiento con ayuda de medicamentos se considera el método estándar según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. La buprenorfina o metadona se usan para evitar los síntomas de abstinencia y posibles complicaciones con el embarazo, como el parto prematuro, el sufrimiento fetal o la pérdida del embarazo. Los medicamentos se combinan con terapia del comportamiento y otros servicios.
Para las personas que no quieran o no puedan tener acceso a servicios de internación, hay clínicas que ofrecen tratamiento ambulatorio con ayuda de medicamentos alrededor del estado—pero, como se explicó en el informe de la Casa Blanca, las personas embarazadas tienen menos probabilidad de recibir tratamiento. En un experimento de campo realizado al azar, fue 17 por ciento menos probable que clínicas ambulatorias aceptaran a personas que posaron como mujeres embarazadas con un trastorno por el uso de sustancias para citas de tratamiento con ayuda de medicamentos, en comparación con mujeres idénticas no embarazadas. Las personas de color embarazadas, aquellas que viven en una comunidad rural o aquellas que no hablan inglés también tuvieron menos probabilidad de recibir tratamiento con ayuda de medicamentos durante el embarazo.
Cuando Miller llegó por primera vez a Aspen Miracle Center, ya se había desintoxicado de la metanfetamina, la cual usualmente no requiere desintoxicación médica ni tratamiento con ayuda de medicamentos. Participó en clases de terapia grupal e individualizada y trabajó con una gerente de casos.
El objetivo en Aspen Miracle Center es que cada familia se conecte con recursos para la salud del comportamiento después de 60 a 90 días de tratamiento. Luego, Bailey y su equipo trabajan para ayudar a las personas que se gradúan del programa para que encuentren vivienda estable.
“Es bastante inusual que señoras vengan ya teniendo vivienda. La mayoría de las señras están sin vivienda, durmiendo en un sofá y otro, viviendo con familia, lo que sea”, Bailey dijo. “Tratamos de trabajar con ellas para que encuentren una opción más segura que la [situación] de la cual vinieron”.
La vivienda también es un componente esencial para mantener la custodia infantil después del parto. Para Jaid Redmon-Greene, quien estuvo sin vivienda durante el embarazo de su primer hijo en 2021, encontrar una vivienda estable fue un requisito que la trabajadora social de los servicios de bienestar infantil impuso para recuperarlo del sistema de custodia temporal y para asegurar que pudiera mantener la custodia de su segundo hijo.
Después de meses de vivir en un hotel, obtuvo vivienda a través de un cupón de la Sección 8 y se mudó a su apartamento en abril de 2023.
“Este es un espacio realmente agradable. Elegí aquí porque tiene una puerta de seguridad enfrente [que me hizo sentir] muy segura”, dijo Redmon-Greene, quien pasó tiempo en Aspen Miracle Center y Nuevas Direcciones para Familias, un centro de tratamiento que gestiona Valley Hope. “Nadie entra caminando de las calles aquí. Es lindo”.
Miller probó varios centros de tratamiento antes de Aspen Miracle Center. Uno fue Nuevas Direcciones para Familias y otro fue The Haven, pero a Miller no le gustó el programa de tratamiento. Fue a Arapahoe House, en aquel entonces el proveedor más grande en el estado de tratamiento por uso de alcohol y drogas, pero solo estuvo ahí alrededor de un mes antes que las instalaciones cerraran abruptamente en 2018.
El tratamiento exitoso la primera vez es algo que muchos no logran. “Los períodos de tiempo de estos sistemas no se alinean con la recuperación temprana. Esta es una enfermedad crónica mental con recaídas que no solo desaparece inmediatamente”, Bailey dijo. “Si estás viniendo de una situación sin vivienda y no tienes recursos y no tienes apoyo y no tienes familia, y no tienes un lugar seguro para ir y se espera que alcances la sobriedad, la estabilidad y una vivienda segura en 12 meses—eso es mucho”.
Miller pasó los próximos nueve meses en Aspen Miracle Center con sus gemelos antes de finalmente irse para que otras personas pudieran tomar su lugar. Consiguió un espacio en Joshua Station, un programa de internación de dos años para familias con niños. Ahí, Miller logró obtener su título universitario, trabajar y cuidar a sus gemelos.
“Aspen Center me preparó para la independencia. Joshua Station me dio la independencia, o por lo menos la promovió”, dijo. “Ahora, estoy aquí el día de hoy, capaz de ser totalmente independiente”.
Bailey trabaja con clientes para que encuentren vivienda transicional como Joshua Station u opciones más permanentes. Sin embargo, dijo que es uno de los pasos más desafiantes para poder dar de alta a las pacientes de Aspen Miracle Center. Solo un par de esos programas de vivienda transicional aceptan niños, y muchos de los programas están afiliados a organizaciones religiosas, las cuales no son una buena opción para algunas personas.
En la actualidad, Miller está trabajando para comprar una casa a través del programa de Habitat for Humanity. Terminó su título universitario de cuatro años y obtuvo una maestría en atención clínica para la salud del comportamiento con un énfasis en la terapia para la adicción. Trabaja con el Consejo de la Oficina de Colorado de Padres Respondedores como contratista independiente. Creó su propia compañía de responsabilidad limitada, Generational Healing, para abogar a favor de los padres de familia en el sistema de bienestar infantil.
“Los llego a conocer, y muchos de mis clientes me describen como una amiga porque me aparezco por ellos, y soy una persona segura para ellos y puedo hacer eso por ellos”, Miller dijo. “Amo a mis clientes”.
Observa similitudes entre su experiencia y la de sus clientes. No cree que sacarles sus hijos a las familias ayude en la mayoría de los casos. En lugar de eso, fomenta el trauma que se convierte en algo generacional.
“Se criaron en el sistema, o se criaron con padres que usaron sustancias, o se criaron con violencia en el hogar”, dijo, “y luego lo hacen otra vez porque eso es lo que conocen”.
Traducido por Alejandra X. Castañeda
1ª parte de la serie: Mientras la epidemia de los opioides empeora en Colorado, personas mueren durante el embarazo y posparto
2ª parte de la serie: Colorado cambió su definición de abuso infantil y lanzó “planes de atención segura”. El impacto no es claro.