Una publicación de The Colorado Trust
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A principios de 2018, a solo siete semanas de haber dado a luz a sus gemelos, Ashley Miller tuvo una recaída y empezó a usar metanfetamina otra vez.

La recaída llegó después de un parto traumático por cesárea, durante el cual tuvieron que resucitar a uno de sus gemelos y después de regresar a una relación con un hombre que también tenía un trastorno con el uso de sustancias.

Usó metanfetamina alrededor de un mes e intentó retomar el tratamiento. Fue de uno a otro lugar, pero terminó regresando a su hogar en Colorado Springs, donde tuvo una sobredosis de heroína en un cuarto de hotel.

Un pariente llamó a los servicios de bienestar infantil, quienes sacaron a los gemelos de Miller de su cuidado.

“Cuando vinieron y se llevaron a mis hijos, realmente no sentí nada. Estaba drogada”, Miller dijo. “Y para serte honesta, necesitaba ayuda. Necesitaba algo.

“Estaba viviendo en un hotel. Estábamos tomando drogas. Ahí no era donde debía estar. Eso no era lo que quería. No era lo que me merecía”.

Cuando a Miller le quitaron a sus hijos, se reconectó con el Aspen Miracle Center en Westminster, Colorado, donde había recibido tratamiento durante su embarazo. Aspen la aceptó nuevamente en su programa.

Aspen Miracle Center es una instalación de tratamiento hospitalario en Westminster para pacientes con Medicaid que ofrece personal las 24 horas. Miller podía garantizarle a su trabajadora social del servicio de protección infantil en el Condado de El Paso que un integrante del personal estaría siempre presente para supervisar a sus gemelos. Logró reunirse con ellos cinco días después de que se los quitaran. En Aspen Miracle Center, con sus gemelos ahí, se desintoxicó y empezó a trabajar para mantenerse sobria nuevamente.

“No me he detenido desde entonces”, Miller dijo. “He estado trabajando igual de duro—tan pronto me desperté de la abstinencia o de recuperarme por haber estado despierta no sé cuántos días—solo he estado trabajando desde entonces”.

La historia de Miller es un contraste con aquellas de muchas personas embarazadas o en su período de posparto en Colorado y en todo el país. En Colorado, de 2016 a 2020, la segunda causa principal de muerte entre personas embarazadas o en el período de posparto fue la sobredosis accidental, según un informe publicado en 2023 por el Comité de Examinación de la Mortalidad Materna en Colorado. (La causa principal de muerte para este grupo demográfico durante el mismo período fue el suicido.) Hubo 174 muertes relacionadas con el embarazado durante los cuatro años, lo cual hace que Colorado tenga un proporción de 54.7 muertes asociadas con el embarazo por cada 100,000 nacimientos con vida.

A nivel nacional, la tasa de mortalidad materna ha estado aumentando continuamente. En 2021, la tasa era de 32.9 muertes por cada 100,000 nacimientos con vida.

Debido a estas diferentes metodologías, es difícil comparar las tasas estatales y nacionales. La tasa de mortalidad materna en Colorado se calcula en un período que incluye el embarazo y el primer año después de dar a luz. Los datos en Colorado también incluyen muertes que están tanto asociadas con el embarazo como relacionadas con el embarazo, lo cual significa que incluyen todas las muertes que ocurren durante el embarazo o durante el año después de que el embarazo termina.

En contraste, el Centro Nacional para Estadísticas de Salud solo considera las muertes durante el embarazo y en los seis meses después del parto. No incluye muertes “por causas accidentales o incidentales”, las cuales excluyen muertes por causas como la sobredosis accidental.

La mortalidad materna con frecuencia se considera una expresión de la salud comunitaria en general. Mientras que las tasas estatales y nacionales no se pueden comparar fácilmente, una cosa es obvia: la tasa de mortalidad materna está aumentando alrededor del país, haciendo que las personas que dan a luz enfrenten un mayor riesgo de muerte.

En Colorado y el resto del país, las personas de color, las personas que viven en la pobreza o en áreas rurales, aquellas sin estudios de high school o las personas mayores de 40 años se ven desproporcionadamente afectadas por la mortalidad materna. Abordar las altas tasas de mortalidad entre estos grupos de personas es un paso esencial para alcanzar la equidad en salud, según el informe del Comité de Examinación de la Mortalidad Materna.

En la última década, en particular, hospitales, legisladores y organizaciones comunitarias en Colorado han trabajado para abordar el aumento en la tasa de mortalidad materna debido a problemas de salud mental y del comportamiento, incluida la sobredosis. Estos cambios han tenido un efecto positivo, pero esos mismos grupos señalan que todavía quedan muchas mejoras por hacer.

Durante la mayor parte del Siglo XX, la mortalidad materna se redujo rápidamente por todo el mundo. La implementación de mejores servicios de maternidad, los procedimientos quirúrgicos más seguros y los antibióticos, entre muchos otros factores, llevaron a mejores resultados para las personas embarazadas y en el período de posparto.

En 1933, la proporción de muertes por nacimientos con vida en Estados Unidos era de 619 por cada 100,000, según The Commonwealth Fund. La cifra disminuyó durante la década de los 1960 a 37 por cada 100,000, y después disminuyó aún más, a alrededor de nueve muertes por cada 100,000 en los años 1990.

Luego, en 1997, la tendencia empezó a moverse en la dirección opuesta en EE. UU. Para 2017, la mortalidad materna seguía disminuyendo alrededor del mundo excepto en dos países: Estados Unidos y la República Dominicana, según la Organización Mundial de la Salud. La proporción en 2021 de muertes por nacimientos con vida en este país se está acercando a la proporción observada hace más de 60 años.

Entre 2007 y 2016, las causas principales de muerte entre las personas embarazadas y en período de posparto incluían infecciones, sangrado grave y condiciones cardíacas. En 2016, todo eso empezó a cambiar: dos de las causas principales de muerte ahora están relacionadas con la salud mental y del comportamiento, incluyendo el suicidio y la sobredosis accidental relacionada con el trastorno por uso de sustancias.

“Como una proveedora obstétrica, fue impactante para mí que realmente fueran los problemas de salud del comportamiento, como el uso de sustancias y la ansiedad y depresión”, dijo Amber Johnson, una partera enfermera certificada y asesora para mejorar la calidad en la Colaborativa de Atención Perinatal de Calidad en Colorado. “Para mí, y creo que para muchos profesionales clínicos, ese fue como un punto crucial en el que nos dimos cuenta de que no son las cosas en las que nos capacitaron clásicamente como proveedores obstétricos, como la hemorragia y la hipertensión y la infección”.

Capacitar a los proveedores obstétricos es un paso hacia la creación de mejores resultados entre pacientes con trastornos en el uso de sustancias. El programa de la Sobredosis Materna Importa Plus (MOMs+, por sus siglas en inglés) se lanzó en 10 hospitales con salas de parto a principios de este año. El programa busca ayudar a los hospitales para que proporcionen acceso equitativo al tratamiento y a la recuperación de pacientes con trastornos en el uso de sustancias. También ofrece a los hospitales naloxona gratis, un medicamento contra la sobredosis que salva vidas, para distribuirlo entre las familias en las que la persona embarazada o alguien más en el hogar enfrente un riesgo de sobredosis por opioides.

La iniciativa permite que los proveedores inicien el tratamiento con ayuda de medicamentos (como el uso de buprenorfina o metadona para tratar el trastorno por uso de opioides) mientras la persona embarazada está en el hospital para dar a luz o por otra razón. Este método modifica el antiguo modelo de proporcionarles a los pacientes una lista de recursos para que se guíen solos y aprovecha los períodos cruciales de atención para poner a los pacientes en un plan de tratamiento.

Para Miller, una intervención más temprana pudo haber cambiado la trayectoria de su adicción mucho antes que tuviera a sus gemelos. Empezó a usar metanfetamina en 2009 cuando tenía 22 años. En ese entonces ya era madre de dos niños pequeños—al primero lo tuvo cuando tenía 16 años y estaba viviendo en un hogar grupal, y al segundo lo tuvo a los 19. Ahora, ambos niños viven con sus papás.

La mamá de Miller enfrentó desafíos con el abuso de sustancias cuando Miller era niña. Su interés en probar la metanfetamina por primera vez estuvo relacionado con que su madre la usara.

“Solo quería saber más de [la metanfetamina]. Tenía mucha curiosidad de saber por qué mi madre la eligió en vez de a mí”, dijo.

Miller continuó criando a sus dos hijos mientras su uso de la metanfetamina persistió.

“Igual iba a buscar a mis hijos a la escuela. Formaba parte de la [organización de padres y maestros]. La usaba más como una herramienta”, dijo. “Eso no significa que no estaba mucho tiempo en el baño—pasé mucho tiempo en el baño. A mis hijos quizás los descuidé, no estoy segura, pero igual estuve ahí, y ellos estaban ahí”.

Se casó y se embarazó nuevamente con su tercer hijo cuando tenía 25 años. (Los gemelos son su cuarto y quinto hijo.) Logró mantener la sobriedad durante el embarazo, pero recayó justo después de dar a luz. Algo cambió para ella. Lo describe como una crisis de un cuarto de vida.

“Empecé a pensar: ‘¿por qué pasó eso con mis padres? ¿Por qué estuve en el sistema? ¿Por qué mi mamá usó drogas? ¿Por qué mi papá fue violento?’” Miller se preguntó.

“Estaba destruida. Era una persona fracturada. Mirando ahora hacia el pasado, probablemente estaba lidiando con esas cosas con las herramientas que tenía disponibles”.

Dejó a su pareja cuando su tercer hijo tenía como ocho meses.

“Mi vida era una espiral. Estaba viviendo con este novio. Estaba huyendo de él todo el tiempo porque estaba controlando todo a su alrededor con heroína. … Siempre tenía que regresar porque él era un traficante de heroína, así que siempre la tenía”, Miller dijo. “Cuando [empecé a usar] heroína, ahí fue que no tuve nada”. Mientras usaba metanfetamina, dijo, “todavía seguía un horario, todavía tenía a mis hijos—pero la heroína, antes de darme cuenta, cinco años se me fueron. Fue una locura”.

Una estadía en la cárcel por posesión y robo resultó que acabara en tratamiento obligada por la corte, lo cual dice era necesario porque aprendió mucho y empezó a entender mejor su adicción.  Sin embargo, tuvo que dejar el centro de tratamiento después de intentar suicidarse; el centro dijo que no tenía opciones para el tratamiento de la salud mental apropiadas para ella.

Logró mantener la sobriedad por más de un año. Luego, se embarazó con sus gemelos. Recayó después de enterarse, y cerca de cuando estaba a mitad de su embarazo, encontró Aspen Miracle Center.

Durante el período de tiempo en el que Miller usó sustancias, después mantuvo la sobriedad y luego recayó, las muertes por sobredosis en Colorado y EE. UU. aumentaron continuamente. Entre 2019 y 2021, las muertes por sobredosis aumentaron en más del 70 por ciento, según datos estatales y federales, y las muertes por sobredosis en Colorado aumentaron en un ritmo mayor que el promedio nacional.

Para Miller, quien ahora vive y trabaja en Denver, donde tiene la custodia de sus gemelos, la diferencia ha sido su tiempo en Aspen Miracle Center. Conoció a personas con las que se identificó y de quienes pudo depender, y quienes entendieron por lo que estaba pasando. Aprendió las habilidades necesarias para elegir a sus hijos por encima de su relación con el exnovio y otras personas en su vida que usan sustancias. Miller dijo que también ha empezado a descubrir cómo romper el ciclo generacional en el que nació.

“Crecí con mi papá”, dijo. “Mi mamá estaba [usando] sustancias. Mis hijos se criaron con sus papás, y yo usé sustancias. Así que seguí el patrón generacional, y ahora puedo elegir hacer algo diferente con mis hijos pequeños”.

Los gemelos de Miller, Elias y Osias, ahora tienen 6 años de edad. Fotografía de Joe Mahoney / enviado especial de The Colorado Trust

Traducido por Alejandra X. Castañeda

2ª parte de la serie: Colorado cambió su definición de abuso infantil y lanzó “planes de atención segura”. El impacto no es claro.

3ª parte de la serie: Los centros de rehabilitación para tratar el uso de sustancias pueden salvar la vida de personas embarazadas, pero no hay suficientes

Claire Cleveland

Escritora independiente
Denver, Colo.

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