Raymond Baker, un integrante de la Tribu Indígena Ute del Sur, fue contratado en 2020 por la oficina de la Secretaría del Estado de Colorado para ser el primer coordinador que registre y eduque a los votantes tribales en el estado. Fue un papel temporal que empezó justo un par de semanas antes de las elecciones.
Baker sabía lo difícil que era darle información a su comunidad debido a su ubicación rural, así que estaba emocionado de ayudar a distribuir información electoral imparcial y actualizada a las dos naciones tribales reconocidas federalmente en Colorado, los Ute del Sur y los Ute de la Montaña Ute. (Ambas son beneficiarias de The Colorado Trust.)
“Esa transmisión constante de información hace falta”, Baker dijo. “La conciencia es muy fuerte en mí mismo para asegurar que distribuyamos la información de forma oportuna, en lo cual parecemos fracasar bastante bien”.
No era la primera vez que Baker, de 59 años de edad, desempeñaba un puesto de voluntario. Como persona retirada, pasa gran parte de su tiempo trabajando con el Club de Niños y Niñas de la Tribu Ute del Sur y la Asociación de Deportes Adaptados, entre otras organizaciones. Pero esta labor a nivel estatal le parecía particularmente valiosa.
“Creo que votar es muy importante”, dijo Baker, quien formó parte de la Marina de EE. UU. durante 30 años. “Es nuestra responsabilidad darles [a las personas] la mejor información que tenemos para que puedan tomar la mejor decisión sobre quién quieren que sea su representante, ya sea en el estado, el condado o para [los Estados Unidos]”.
Como muchas comunidades rurales, la Tribu Ute del Sur con frecuencia enfrenta desafíos para obtener información debido en parte a su ubicación geográfica, condiciones socioeconómicas y acceso a la tecnología. Según el Instituto de Salud de Colorado (también un beneficiario de The Colorado Trust), el 12 por ciento de los hogares en la esquina sudoeste del estado—la cual incluye el Condado de La Plata, donde la mayor parte de la reserva del Ute del Sur se encuentra ubicada—no tienen acceso a internet de banda ancha.
El correo postal puede enfrentar retrasos importantes. Las copias impresas de The Southern Ute Drum, el periódico bisemanal de la tribu, a veces llegan a los suscriptores hasta una semana después de publicarse. El ritmo lento de la entrega es una broma constante en la comunidad. (Para abordar los retrasos, el periódico publica ediciones electrónicas virtuales en su sitio web.). Otro factor que complica la situación es la cercanía de Ignacio (donde la sede de la tribu está ubicada) a Nuevo México, lo cual significa que las noticias televisivas se transmiten casi totalmente desde Albuquerque.
“No recibimos ninguna noticia de Colorado”, dijo Tiffany Lee, secretaria y registradora del Condado de la Plata, quien depende más de la radio y del sitio web del condado para compartir información. “No tener [acceso a] TV de Denver crea una diferencia. …Eso es un desafío”. Con frecuencia residentes en el condado cuestionan por qué un candidato en particular no aparece en la boleta electoral, y Lee tiene que explicarles que esa persona es candidata a un puesto en Nuevo México.
Baker inició su papel el mes antes de las elecciones de 2020 con pocos recursos. Sin embargo, la oficia de la secretaría del estado celebró sus esfuerzos como un éxito importante. Según sus datos, el número de personas que votaron durante las elecciones generales de 2020 aumentó en un 24 por ciento en las tierras tribales de la Tribu Ute del Sur y casi en un 14 por ciento en la tribu Ute de la Montaña Ute, en comparación con las elecciones de 2016.
El puesto de coordinador de Baker existió durante menos de un mes en 2020, concluyendo justo después de las elecciones. No se ha vuelto a anunciar.
Colorado ha progresado bastante en sus esfuerzos para ampliar oportunidades de votar—esfuerzos que han continuado durante este ciclo electoral. El año pasado, el estado aprobó legislación que permite el registro automático de votantes en naciones tribales, la primera en el país. La oficina de la secretaría del estado anunció en mayo que un subsidio de hasta $20,000 estaría disponible para ambas tribus reconocidas a nivel federal para que implementen programas que aumenten el acceso a la votación.
Colorado también ofrece ayuda con el idioma para los votantes a través de una línea telefónica multilingüe y permite que una persona deposite hasta 10 boletas electorales recibidas por correo.
Técnicamente, las personas indoamericanas han tenido el derecho de votar por 100 años desde que se aprobó la Ley federal de Ciudadanía India en junio de 1924. Sin embargo, en realidad, su derecho al voto dependía de leyes estatales. En Colorado, las personas indoamericanas que vivían en tierras tribales no tuvieron derechos garantizados para votar hasta 1970—cinco años después de que se aprobara la Ley nacional de Derechos de Votación.
Desde entonces, el racismo y otras barreras sistémicas han continuado afectando el número de personas indígenas que votan. Aproximadamente un tercio de votantes indígenas no están registrados para votar. Muchas personas indígenas que viven en reservas no tienen domicilios típicos residenciales o no cuentan con identificaciones reconocidas, cercanía a centros de registro para votantes ni acceso a internet para descargar formularios de registro. (Colorado acepta tarjetas de membresía tribal como una identificación válida.)
Muchas viven lejos de centros para votar y buzones para depositar boletas, y la entrega del correo postal—y, por lo tanto, el voto por correo—sigue siendo poco confiable en ciertas áreas. Las personas indígenas han reportado hostilidad cuando visitan centros de votación, según lo ha documentado el Fondo de Derechos Indoamericanos (NARF, por sus siglas en inglés). En otros estados, los esfuerzos para reprimir la votación—como las restricciones del registro el día de las elecciones o para entregar boletas en nombre de otros—persisten.
“Son estos factores combinados, los cuales son realmente singulares para las comunidades indígenas y se suman para imponer barreras significativas”, dijo Allison Neswood, una abogada con NARF, un despacho legal sin fines de lucro en Boulder que trabaja a beneficio de las tribus y personas indígenas. “Las personas indígenas, debido a la historia de maltrato, tienen mayor probabilidad de enfrentar pobreza o inseguridad económica, así que eso causa que todas estas barreras sean aún más difíciles de superar”.
Como resultado, NARF encontró que a nivel nacional, “la cantidad de personas indoamericanas que votaron en los seis ciclos de elecciones tuvieron un promedio del 37.2 por ciento—una enorme [diferencia de] 20.5 puntos porcentuales menos que la cantidad de personas blancas no hispanas que votaron”, y la diferencia creció entre 2012 y 2022. En Colorado, datos del Censo de EE. UU. también demuestran una brecha racial en la cantidad de personas que votan. En 2022, la cantidad de personas negras, hispanas, asiáticoestadounidenses e indígenas que reúnen requisitos para votar y votaron representaron un 18.7 por ciento menos que las personas blancas no hispanas que votaron en el estado.
Ni las oficinas electorales estatales ni de los condados dan seguimiento a la cantidad de personas que votan según su grupo racial o étnico. Además, no todos los integrantes de una tribu viven en una reserva indígena, aunque los integrantes no tribales pueden vivir en una, así que datos más específicos además de lo que el Censo de EE. UU. reúne es imposible de analizar. Tampoco queda claro precisamente cómo la oficina de la Secretaría del Estado de Colorado determinó sus estadísticas de personas que votaron en 2020, y la secretaria del estado Jena Griswold se negó a comentar.
“En Colorado, tenemos una cantidad interesante de leyes que están tratando de rectificar algunas de estas barreras sistémicas para el voto indígena que no observamos en otros estados ahora”, dijo Christina Stanton, una profesora clínica adjunta en la Facultad de Leyes de la Universidad de Colorado donde también se desempeña como directora de la Clínica Legal Indoamericana.
En 2019, extensas reformas electorales se aprobaron en Colorado, incluyendo dos cambios que afectaron a las comunidad indígenas: los concejos tribales puede solicitar centros de votación en tierras tribales y los residentes indígenas pueden usar las sedes de sus tribus u otros domicilios aprobados por las tribus cuando se registran para votar.
El Condado de La Plata ahora tiene seis buzones para depositar boletas electorales, principalmente ubicados en Durango. Uno está en el supermercado Farmers Fresh Market en la calle principal de Ignacio y otro está en la biblioteca en Bayfield, a 10 millas del pueblo.
En 2020, Lee, la secretaria del condado, trabajó con el concejo tribal para que se estableciera un centro de servicios para votantes y de votación en el Centro Cultural y Museo de Ute del Sur. “Es un excelente sitio”, Lee dijo. “Excelente estacionamiento, excelente acceso”.
El lugar—donde también se ofrecen servicios para registrar a votantes y de cambio de domicilio—estuvo abierto por cuatro días durante las elecciones de medio ciclo en 2022 y se abrirá nuevamente en noviembre.
La Tribu Ute de la Montaña Ute también ha observado un mayor acceso. Un buzón para depositar boletas electorales abierto las 24 horas está disponible en la sede de la tribu y cinco sitios adicionales en el Condado de Montezuma, donde la reserva está ubicada. Un centro de votación está abierto por dos días en tierras tribales, con cuatro sitios más en el condado. Kim Percell, la secretaría y registradora del Condado de Montezuma, usa el canal televisivo de circuito cerrado de las tribus para compartir información electoral. “Nuestros desafíos para entregar boletas también es una discusión en todo el condado”, escribió en un mensaje electrónico.
“Sí nos gusta poner atención en Colorado, por supuesto, porque las tribus están ahí, pero también porque creemos que nos ayuda a responder a la narrativa de que no es que las personas indígenas no estén interesadas en votar o no quieran votar”, Neswood dijo. “Es que estas barreras están establecidas, y si se proporciona un fuerte acceso, las personas indígenas se presentarán y harán que se escuchen sus voces y realmente les importa hacer eso”.
Mejorar el acceso al voto es un esfuerzo continuo, y el progreso puede ser lento. Iniciativas recientes, como el registro automático de votantes en naciones tribales—una política que tres estados más adoptaron desde entonces—se diseñaron con sugerencias de las tribus, pero todavía no se han implementado. Debido a que el programa requiere que las tribus le entreguen listas de integrantes al gobierno estatal, representantes dicen que es poco probable que las tribus participen.
“Todavía existe una desconfianza generalizada de los gobiernos no indígenas”, dijo Peter Ortego, abogado general de la Tribu Ute de la Montaña Ute. Pero, agregó, integrantes tribales sí observan que “el Estado de Colorado está realizando esfuerzos genuinos para tratar de aumentar la votación entre los indoamericanos y los integrantes tribales específicamente aquí en el sur de Colorado. Creo que la tribu aprecia esos esfuerzos”.
La Tribu Indígena Ute del Sur consiguió más de $40 millones en subsidios para ampliar la infraestructura de internet de banda ancha en la reserva. Cuando se complete a finales de 2025, internet de alta velocidad estará disponible en el 85 por ciento de los hogares en la reserva y el 95 por ciento de los hogares de todos los integrantes de la tribu. (The Colorado Trust figura entre quienes financian el proyecto.) Pero los integrantes Ute de la Montaña Ute todavía no tienen acceso a internet de banda ancha. “La información disponible a través de internet sería muy muy difícil de accesar para algunos de los integrantes de la tribu”, Ortego dijo.
“Animo a los candidatos: no dependan de los medios de comunicación para informar a los integrantes tribales sobre lo que son sus puestos, a favor de qué se están postulando, quiénes son”, Ortego agregó. “Reúnanse con la tribu. Organicen para reunirse con el concejo tribal. Organicen tener una reunión o foro públicos. Para empezar, muchos de esos recursos que usualmente estarían disponibles en un entorno urbano usualmente no están disponibles en entornos rurales, y son aún más difíciles [de encontrar] en reservas indígenas”.
Traducido por Alejandra X. Castañeda