Por Michael Booth
La transición de Colin Garfield de un “tipo normal que trabaja en IT” a “activista a favor del acceso” en Fort Collins en los últimos dos años incluye varios momentos reveladores, pero un par sobresalen.
Garfield siempre había sentido que el consumidor promedio de internet era vulnerable a los juegos corporativos de los proveedores con un monopolio o duopolio, ya sea porque pagaba precios en constante aumento o estaba sujeto a límites demoledores de datos. Luego escuchó hablar de familias en el Distrito Escolar de Poudre que llevan a sus hijos a McDonald’s para que hagan su tarea en línea, hasta que el restaurante de comida rápida cierra, porque es el mejor lugar con una conexión rápida y asequible a internet.
“La persona promedio no piensa que esto sucede en una ciudad donde vive mucha gente con estudios avanzados y bastante acaudalada”, Garfield dijo.
Carmen Scurato, vicepresidenta de políticas y abogada general con la Coalición Nacional de Medios Hispanos, un grupo que aboga por el trato y acceso justo a los medios públicos de comunicación, menciona la experiencia que más la afectó mientras viajaba por el país para hablar sobre la neutralidad en internet y el acceso público a internet de banda ancha.
La coalición estaba escuchando historias en Skid Row, el histórico vecindario ubicado al borde del centro en gentrificación de Los Ángeles; el vecindario sigue siendo una zona importante donde las personas sin hogar acampan. Una mujer sin hogar dijo que trató de hacer una cita por teléfono con un médico y le dijeron que la clínica solo aceptaba citas en línea a través de un portal para pacientes.
El consumidor con bajos recursos necesita acceso a internet de banda ancha, y sus proveedores de atención médica no deberían tener que pagarles más a los proveedores de servicio de internet (ISPs, por sus siglas en inglés) para ofrecer servicios a esos consumidores, dijo Scurato, una posibilidad marcada sin neutralidad en internet.
“Cuando tienes acceso a internet, puedes encontrar trabajo; puedes conectarte con instituciones educativas; es en donde los niños hacen su tarea; y, cada vez más, se está convirtiendo en la manera como te comunicas con tu proveedor de atención médica”, Scurato agregó.
“Si no hay acceso equitativo a internet, no vas a tener acceso a ciertas oportunidades”.
Una variedad cada vez más amplia de activistas cívicos, grupos de promoción y políticos se han unido en los últimos seis meses para promover la neutralidad en internet: el ideal de que los ISPs no deberían cobrar diferentes precios a proveedores de contenido y sitios web, o “regular” (medir, racionar o reducir la velocidad) el tráfico que no favorecen ya sea por razones comerciales o ideológicas. Los proveedores de atención médica, por ejemplo, ven cuántos archivos (incluidos, con frecuencia, archivos grandes con imágenes) y mensajes vitales se transmiten en línea actualmente y temen que un ISP avaricioso o sin escrúpulos demande que los proveedores paguen precios altos para poner o transmitir información en línea.
Los activistas políticos y sociales temen que una corporación ideológica cobre precios más altos o regule la velocidad y reduzca la velocidad o detenga la transmisión de información que alimenta sus movimientos. Facebook, por ejemplo, en donde muchos activistas con todo tipo de ideologías se reúnen y comunican, ahora está enfocándose en perfiles rusos falsos y “noticias falsas”, pero el contenido en el que las corporaciones se enfocan para filtrar, desacelerar o hasta censurar podría cambiar fácilmente, con pocos o ningún remedio(s) disponible(s) para los consumidores.
La neutralidad en internet había sido la ley nacional en Estados Unidos de 2015 hasta noviembre pasado, cuando un nuevo presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) nombrado por la presidencia de Trump anunció que la FCC buscaría revertir las normas. Más tarde, una mayoría de tres a dos integrantes del consejo de la FCC votó formalmente para rechazar las protecciones de neutralidad en internet establecidas en 2015, diciendo que las compañías no invertirían e innovarían bajo demasiadas regulaciones.
El 16 de mayo, el Senado de Estados Unidos pasó una resolución con 52 a 47 votos pidiendo que se suspendiera la revocación de la neutralidad en internet, con tres republicanos apoyando a los senadores demócratas. No se espera que la Cámara de representantes apruebe la resolución ni que esta reciba el apoyo del presidente Trump. Hasta el día en que se publicó este artículo, la FCC sigue planeando acabar con la neutralidad en internet el 11 de junio.
Quienes se oponen a la neutralidad en internet también sostienen que las reglas resuelven un problema inexistente, ya que ninguna corporación estaba expresando públicamente querer o tener la intención de regular su servicio de internet. Los activistas a favor de la neutralidad se burlan de eso, citando listas de ejemplos en los que los proveedores trataron de regular contenido o les cobran más a competidores o productores que transmiten mucha información.
Grupos cívicos se han unido en Colorado y a lo largo del país para restablecer las reglas de neutralidad en internet. Condados y ciudades, con Fort Collins siendo una de las más grandes, votaron para implementar proyectos municipales de internet de banda ancha en Colorado, tanto para acelerar la llegada de servicios más rápidos en áreas remotas como para proteger la neutralidad en internet en sus propias comunidades.
En marzo, más de 20 alcaldes, incluidos dos de Colorado, se unieron a promesas de neutralidad en internet liderados por el alcalde Bill de Blasio de Nueva York. Los estados, incluido Colorado, debatieron varias correcciones legislativas para la neutralidad en internet, aunque hasta los que la apoyan no están seguros de que esas correcciones saldrían victoriosas si se desafiaran en una corte. Esto es así debido a que el tráfico de internet cruza fronteras estatales y porque existen protecciones constitucionales para el comercio interestatal.
El aumento del activismo cívico relacionado con la oportunidad de y libertad para navegar por internet ha energizado a personas como Garfield, quien nunca pensó que se convertiría en un defensor público.
“Es despertarte y darte cuenta de que se están tomando decisiones por [los ciudadanos] sin su opinión ni control, y finalmente está haciendo que las personas se asusten por el daño a largo plazo que podría causar”, Garfield dijo.
Para grupos como la Coalición Nacional de Medios Hispanos, Scurato dijo, la propagación de sus ideas, sus planes y su progreso ahora son inseparables del servicio moderno de internet.
“Tantos movimientos que empezaron en línea se han convertido en conversaciones nacionales sobre el racismo, el acoso sexual”, Scurato dijo. “Black Lives Matter, #MeToo… gran parte de eso existe en línea, y si ese acceso equitativo no existe, estos movimientos dejarán de existir”.
Grupos de activistas más establecidos están aprovechando la energía local para promover protecciones estatales y locales de internet y para urgir a las cortes federales o al Congreso para que revoquen la decisión de la FCC.
“Tiene mucho que ver con el acceso equitativo a internet”, dijo Caroline Fry de Colorado Common Cause, una organización izquierdista que promueve el aumento de la responsabilidad gubernamental.
Fry mencionó ciertos temores de las personas que viven en áreas rurales de Colorado, donde todavía existe el porcentaje más alto de habitantes sin acceso a servicios de internet de alta velocidad asequibles o confiables. Muchos funcionarios y líderes de desarrollo económico rurales comparan la necesidad por internet de banda ancha con la necesidad de conexiones básicas a la electricidad en los años 1930: un servicio público esencial para todos los habitantes.
“Nos manejamos bajo la suposición de que, para que todos en Estados Unidos puedan participar totalmente en la sociedad, tenemos que poder conectarnos los unos con los otros y saber qué está pasando en nuestras comunidades”, Fry dijo. “Por eso nos apasiona este tema”.
Fry y otros mencionaron que las conexiones por internet ahora son esenciales tanto para los habitantes de zonas urbanas como para los de áreas rurales, desde todo lo relacionado con el comercio, la búsqueda de trabajo, la tarea, las solicitudes para universidades, la agricultura, el turismo y hasta las citas y los servicios médicos.
Un análisis publicado en 2018 por el Pew Research Center encontró que el 11 por ciento de los adultos en EE. UU. todavía no usan internet, y que esta diferencia se relaciona mucho con el nivel de estudios alcanzado y el nivel de ingresos, dos de los determinantes sociales de la salud más significativos.
“Alrededor de uno de cada tres adultos (o el 35 por ciento) sin un diploma de high school no usa internet, pero ese porcentaje disminuye conforme el nivel de estudios aumenta. Los adultos que viven en hogares con ingresos anuales de menos de $30,000 tienen mucha mayor probabilidad que los adultos más acaudalados de no usar internet”, según el informe de Pew. Además, la investigación encontró que los habitantes de zonas rurales en EE. UU. tienen “dos veces más la probabilidad” de nunca conectarse a internet que los habitantes urbanos y suburbanos.
“[El acceso a] internet de banda ancha y la neutralidad en internet son básicamente cuestiones de salud”, dijo Jessica Nguyen, especialista en colaboraciones comunitarias con el Center for Health Progress en Denver. (La organización es beneficiaria de The Colorado Trust.) “Permiten conectarse con la educación, la comunicación, las oportunidades laborales. Es telemedicina, es telesalud, conectarse con proveedores.
“Ya existe una diferencia digital”, Nguyen agregó. “La gente con más dinero, y me temo que esto se asocia estrechamente con el grupo racial, tiene mejor acceso al mundo”. Permitir que los proveedores de servicios [de internet] les cobren a ciertos creadores de contenido más por velocidades más rápidas o mejor acceso solo aumentaría ese abismo financiero, dijo.
Ya es común que los proveedores les cobren más a los consumidores por velocidades más rápidas. El problema con los debates sobre la neutralidad en internet tiene que ver con los ISPs cobrándoles más a ciertos proveedores de contenido que a otros, ya sea a aquellos que usan mucho contenido como Netflix, a servicios vitales como los médicos, o a un sitio web político controversial, por el acceso a la red de transmisión.
De las dos cosas que más les preocupan a los activistas (bloquear o regular contenido con base en la ideología y cobrarles más a los creadores de contenido para que sus sitios web se carguen más rápido), algunos expertos dicen que esta última es mucho más realista. Sin embargo, también desconfían de recientes ejemplos donde corporaciones grandes supuestamente manipularon contenido ideológico. Aunque Sinclair Broadcasting controla estaciones locales de TV en lugar de internet, con frecuencia la mencionan como ejemplo por supuestamente dictar contenido derechista en las noticias no solo en TV, sino también en internet.
Pero los ISPs se han quejado mucho más, según dicen quienes apoyan la neutralidad en internet, sobre el ancho de banda que se usa para transmitir contenido popular como el de Spotify y Netflix.
“Si eres Netflix y Spotify, vas a querer una línea rápida, y estarás dispuesto a pagar casi cualquier cantidad de dinero por ella”, dijo Stephen Blum, presidente de Tellus Venture Associates en California, una agencia especializada en ayudar a comunidades a desarrollar nuevo servicio de internet. He ahí donde la inequidad para otros se presenta: “Como administrador de un sitio web que no tiene una línea rápida para tu audiencia, tendrás que encontrar otras formas de informarle sobre lo que estás haciendo. No es el Armagedón, pero tampoco es algo bueno”.
El intenso debate sobre la neutralidad en internet desde el pasado otoño ha impulsado los esfuerzos locales en Colorado para obtener recursos de banda ancha controlados por los residentes, a través de lagunas jurídicas en las leyes de comunicaciones. En 2005, Colorado prohibió que los gobiernos locales construyeran sus propias redes de internet, pero les permitió rechazar esa restricción a través de una votación local.
En otoño de 2017, 19 ciudades y condados adicionales en Colorado votaron para tener control municipal sobre internet de banda ancha, en total sumando 116. Fort Collins (con una población de 161,000) se unió de gran forma el pasado mes de noviembre, y votó para ordenarle al Consejo de la Ciudad que creara un sistema de internet de alta velocidad controlado localmente con $150 millones en bonos; se espera que el servicio empiece a funcionar entre 2019 y 2021 para la mayoría de los clientes.
El consejo y el alcalde también se han comprometido a neutralizar el sistema de internet propiedad de la ciudad, con planes para incluir eso en las leyes de la ciudad conforme el sistema se construye. “Es controlar tu propio destino como ciudad, como comunidad”, dijo Garfield, el activista local.
El renovado esfuerzo para mejorar la “milla media” y la “última milla” del servicio de internet de banda ancha en Colorado podría acelerar las iniciativas estatales para garantizar el rápido acceso a 100 por ciento de las zonas rurales en Colorado en 2020. El cálculo más reciente dijo que cerca del 23 por ciento de los residentes no tenían acceso, o entre 125,000 y 160,000 hogares.
Muchas comunidades están usando fondos estatales y federales para extender cables de fibra óptica en sus áreas de servicio; algunas de esas luego utilizan o se asocian con ISPs privados para construir servicio móvil en la “última milla” a hogares particulares y negocios.
El interés ha aumentado, dijo Nate Walowitz, director regional del programa de banda ancha con la organización Northwest Colorado Council of Governments, porque las comunidades marginadas se cansaron de esperar para que la industria privada completara la red. Con nuevos fondos de subsidios y un entusiasmo rejuvenecido, ahora es el momento, dijo. Las iniciativas de expansión están en diferentes etapas en Breckenridge, Meeker, Rangely, Red Cliff y el Condado de Rio Blanco.
Las comunidades rurales en Colorado “saben que si pierden esta oportunidad, han visto a los mileniales crecer, irse y nunca regresar, además de tratar de atraer a una población nueva”, Walowitz dijo.
Las pláticas sobre la neutralidad en internet raramente no tardar en aparecer cuando surgen preguntas sobre la construcción del sistema de banda ancha, Walowitz agregó.
“Hasta en comunidades en las que el electorado suele ser más conservador, claramente entienden el valor de tener varias opciones de proveedores, y en Colorado existe un gran sentido del orgullo y de la independencia”, dijo. “Muchas de estas áreas han vivido con proveedores satelitales con límites en planes de datos, límites en la velocidad; un servicio de internet abierto y competitivo, y el acceso a él, es muy valioso para ellas”.
Walowitz dijo que ha urgido a los gobiernos locales con los que trabaja para que adopten un lenguaje similar al del estado de Montana, el cual dice que los ISPs con contratos estatales deben cumplir la neutralidad en internet. Este año, una propuesta similar a nivel estatal en Colorado se extinguió en un comité legislativo controlado por republicanos.
CenturyLink es un ISP importante en muchas partes de Colorado, y en algunas áreas rurales del estado tiene pocos competidores. La compañía dijo en una declaración que respeta los derechos de los gobiernos locales de votar a favor de esfuerzos para ofrecer servicios de banda ancha controlados por los habitantes, pero también quiere continuar las colaboraciones público-privadas que CenturyLink ha usado en comunidades para acelerar la construcción de los sistemas de internet.
Con respecto a la neutralidad en internet, CenturyLink dijo: “Los consumidores y negocios buscan una experiencia de internet predecible y sin mayores interrupciones. Para que eso suceda, cada mensaje de correo electrónico, aplicación y video no debe estar sujeto a múltiples jurisdicciones estatales. Desde el punto de vista político, el tráfico en internet es inherentemente interestatal por naturaleza y, por lo tanto, se administra mejor a nivel federal”.
Con relación a eso, los activistas están de acuerdo: quieren proteger la neutralidad en internet a nivel federal. Están demandando a la FCC para que revoque su decisión, al mismo tiempo que buscan aumentar el apoyo en el Congreso para anular legislativamente a la FCC.
“Nuestra generación necesita la neutralidad en internet si vamos a tener cualquier probabilidad de triunfar y asegurar que la gente disfrute de las mismas oportunidades”, dijo Zach Amdursky, un asistente de médico en Denver que ha ayudado a organizar demostraciones locales para apoyar la neutralidad en internet. “Quizás reduzcan la velocidad de cualquier [contenido] con ‘#MeToo’, o no podamos ver [contenido de] otros movimientos sobre el salario de mujeres o la igualdad para los pobres. La única forma como nuestra generación hace cualquier cosa es a través de un hashtag.”