Una publicación de The Colorado Trust
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Chris Rasmussen, gerenta de cultivo en la Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares, cosecha hojas de espinaca en el invernadero de brotes de la granja el 3 de enero de 2025, en Bayfield, Colo. Fotografía de Corey Robinson / enviado especial de The Colorado Trust

Alimentos

Siempre es temporada de cultivo en el valle del río Pine

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Adentro del invernadero de brotes hay un estudio en verde.

Lechuga mantecosa, verdolaga de remolacha, minibrócoli, guisante dulce y cabezas de zanahorias ancestrales florecen en su vivienda cálida, protegidos contra el frío exterior.

A las 10 a. m. un viernes a principios de enero, la gerenta de cultivo Chris Rasmussen buscaba áfidos—insectos que chupan la savia. Al tocar la tierra y sentir las diversas hojas mientras evaluaba los cultivos, Rasmussen habló sobre los ratones persistentes que quieren comerse lo que ha producido. Compartió que el bok choy bebé, aunque es fácil de cultivar, es un producto en la lista de no plantar porque la comunidad prefiere cosas básicas como la espinaca.

Desde cualquier perspectiva, adentro del invernadero de brotes parecía ser julio o agosto, a pesar de que era el primer mes del año. Las bajas temperaturas de la mañana en Gem Village, a 18 millas al este de Durango y dos millas al oeste de Bayfield en el sudoeste de Colorado, marcaban 28 grados Fahrenheit. Pero eso era solo un pequeño fragmento de lo que sucedería en los próximos meses.

El invernadero de brotes es parte de la Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares, un pedazo de tierra de 10 acres detrás de la refaccionaria de tractores Kubota en Gem Village. La granja se ha estado preparando para una temporada de producción extendida a partir de este mes. El plan es producir verduras hasta finales del otoño usando un espacio interior en la casa invernadero triple de 9,000 pies cuadrados—tres invernaderos unidos con techos altos—y dos túneles bajos de 1,700 pies cuadrados afuera.

Las renovaciones de los edificios y la labor inicial para preparar la tierra en la granja de 10 acres son parte de un esfuerzo para transformar el valle del río Pine al aumentar la producción de alimentos frescos. En este caso, transformar significa restablecer. La granja será tanto una demostración del potencial de la tierra como una fuente significativa y constante de alimentos y verduras locales. La granja es un proyecto de Pine River Shares, la cual busca unir a la gente y los recursos en el valle para promover una comunidad saludable.

La Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares aparece en esta fotografía del 3 de enero de 2025, en Bayfield, Colo. La granja de 10 acres es parte de un esfuerzo para transformar el valle del río Pine al aumentar la producción de alimentos frescos. Fotografía de Corey Robinson / enviado especial de The Colorado Trust

El valle del río Pine—de alrededor de 275 millas cuadradas que se extienden 23 millas entre Vallecito al norte e Ignacio, en la reserva Ute del sur—fue en su momento una fuente abundante de alimentos. En las décadas de 1920 y 1930, según dijo la directora de Pine River Shares Pam Willhoite, poblaciones indígenas y colonos no indígenas vivían de la tierra. Conforme se construyeron autopistas y carreteras después de la Segunda Guerra Mundial, muchos residentes dejaron sus hogares y granjas para trabajar en la economía asalariada. Eso resultó en que hubiera menos huertos familiares, cultivos de cereales, lecherías y molinos.

La Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares es parte del proyecto Field2Fork, un plan para reconstruir el sistema alimentario en el valle del río Pine. El plan identifica acciones que las personas y comunidades pueden implementar para superar obstáculos en el acceso a alimentos asequibles y saludables y para aumentar la producción y el procesamiento de alimentos locales.

La oportunidad de comprar la granja llegó en 2022. A Willhoite le encantó la propiedad y le presentó la idea a su equipo. Después de largas negociaciones, vendedores generosos que apreciaban la visión de Pine River Shares redujeron el precio.

En enero de 2024, Pine River Shares adquirió la granja por $450,000. La organización sin fines de lucro recibió fondos de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense, los cuales cubrieron una tercera parte del costo. Donantes locales proporcionaron otros $150,000. Subsidios y las reservas de la organización completaron el último tercio. Se han recaudado fondos adicionales para apoyar 24 meses de los costos operativos en la granja y mejorar la infraestructura.

“Hay un increíble sentimiento comunal. Es único”, dijo Paul Pavich, un voluntario en la granja que recientemente se jubiló después de una carrera como profesor de inglés en Fort Lewis College en Durango. “Nunca antes había sentido este tipo de intensidad por un proyecto”.

Simon Miglinas, un adolescente de 14 años que asiste a la Escuela Media de Bayfield, también trabaja como voluntario y dijo que ve la necesidad en la comunidad. “Me gusta ayudar a las personas. Es el tipo de cosa que encontré que sería divertido”, dijo. “Me hace sentir como que realmente estoy haciendo algo para ayudar”.

Pam Willhoite, directora de Pine River Shares, ayuda a un voluntario a descargar bolsas con hojas el 3 de enero de 2025, en la granja comunitaria de alimentos en Bayfield, Colo. Fotografía de Corey Robinson / enviado especial de The Colorado Trust

Desde el comienzo de la pandemia por COVID-19, la cantidad de integrantes de la comunidad que usan los programas de apoyo alimentario de Pine River Shares ha aumentado de 700 personas al mes a 2,500. La organización, ahora en su 12º año de operación, funciona desde la Escuela Primaria de Bayfield, la cual se convirtió en una central para grupos comunitarios después de que los votantes aprobaran un bono para construir escuelas nuevas.

El personal de Pine River Shares y voluntarios administran un programa comunitario para compartir alimentos que ha estado operando por años. A través del programa se llenan mochilas con alimentos cada semana para que 200 estudiantes puedan llevar el equivalente de seis comidas a sus hogares. También operan una tienda de “freecycle” que ofrece a los residentes una fuente de ropa y utensilios domésticos gratis, entro otros esfuerzos para compartir recursos.

La adquisición de la granja y el osado plan de proporcionar alimentos frescos en el valle han resultado en una lista masiva de pendientes liderada por Rasmussen, una ecologista de ríos con un doctorado de la Universidad de Oregón.

La labor se ha intensificado este año. Diseñar los sistemas de irrigación externos e internos. Construir el almacenamiento de agua para los invernaderos durante las temporadas sin irrigación. Mejorar el nivel de los pisos de la casa invernadero triple para eliminar áreas donde el agua subterránea se filtra. Excavar un pozo para agua potable y agua de irrigación secundaria. Explorar opciones de subsidios para desarrollar un sistema solar. Mejorar las relaciones comerciales y colaboraciones con otros productores locales.

Rasmussen dijo que el primer año sirvió como una prueba de concepto. Equipos de voluntarios plantaron semillas, regaron, nutrieron, cosecharon y distribuyeron 5,000 libras de alimentos (tomate, pepino, pimiento, remolacha, rábano, brócoli, col, calabaza y lechuguillas) a integrantes de la comunidad. El equipo también aprendió lo que funciona. Mientras que la lechuga orejona es “absolutamente hermosa”, Rasmussen dijo, crece lentamente. En su lugar, el equipo de la granja aprendió a plantar espinaca o lechugas que crecen más rápido como la lechuga mantecosa.

Un brote de lechuga crece en enero adentro del invernadero de brotes, como aparece en esta fotografía, en la Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares en Bayfield, Colo. Fotografía de Corey Robinson / enviado especial de The Colorado Trust

Rasmussen no teme la posibilidad de cambiar a una operación más grande. Dijo que, en parte, eso se debe a que el sistema actual de producción alimentaria no tiene sentido.

“Tomamos agua de la cuenca del río Colorado y la mandamos hasta California para cultivar nuestras verduras; las ponemos en un camión, las enviamos hasta aquí otra vez, y las ponemos en nuestros supermercados—en papel celofán”, Rasmussen dijo. “Todo ese sistema es muy frágil. Ahora es conveniencia, pero si empiezas a examinar el sistema, es frágil. Eso es inseguridad para mí”.

Willhoite dijo que existe un problema de clase económica en zonas rurales de Estados Unidos. La demanda para los servicios de Pine River Shares, incluyendo los programas de alimentos compartidos y comida gratis, es prueba de que el valle necesita recuperar su habilidad de alimentarse a sí mismo. Los integrantes con bajos recursos en la comunidad que tienen dos o tres trabajos siguen sin poder cubrir los costos de la vivienda, los servicios públicos y el combustible, según dijo Willhoite, “por eso ofrecemos una cosa gratis: comida”.

La granja comunitaria está diseñada para demostrar que la inseguridad alimentaria puede abordarse.

“La cosa que más me emociona es cuando grupos de personas toman el control de sus vidas al identificar obstáculos para su bienestar, buscando las causas principales de esos obstáculos y desarrollando un análisis compartido que informe la acción colectiva para el cambio”, Willhoite dijo. “Ese es el modelo del éxito que Pine River Shares busca alcanzar con la Granja Comunitaria de Alimentos”.

La directora de Pine River Shares Pam Willhoite inspecciona tierra antigua usada en macetas para volver a usarla el 3 de enero de 2025, en la Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares en Bayfiled, Colo. Fotografía de Corey Robinson / enviado especial de The Colorado Trust

Heather Houk, especialista en horticultura y producción agrícola en el Condado de la Plata para la oficina de Extensión de la Universidad Estatal de Colorado, dijo que está “extremadamente impresionada” con la Granja Comunitaria de Alimentos Pine River Shares. Houk ha servido como consultora para Willhoite y Rasmussen con el fin de erradicar el virus del mosaico del tabaco en los espacios interiores de cultivo en la granja.

“Es definitivamente importante que tengamos espacios como Pine River Shares que están creando más maneras prósperas de poner alimentos, verduras y frutas frescas en las manos de las personas”, Houk dijo.

Houk, una consultora agrícola por 25 años, también ayudó a encontrar voluntarios, conectó a la granja comunitaria con jardineros maestros, y proporcionó apoyo técnico para mantener los invernaderos libres de patógenos.

“Siempre que hay un llamado, la comunidad contribuye y ayuda”, la voluntaria Kim Winsett dijo. “Sé que parte de eso es un proceso de aprendizaje, y eso pasa con todo lo que hagas, así que quizás haya algún traspié a lo largo del camino, pero aprendemos de él y seguimos avanzando. Nos adaptamos”.

La voluntaria Brittany Miller opera su granja de 35 acres con patos, gallinas y alpacas a 12 millas al norte de Gem Village. La granja incluye un gran domo de cultivo lleno de verduras. Miller vende huevos a la Despensa de Alimentos Grub Hub en Fort Lewis College, la cual proporciona alimentos gratis a estudiantes que enfrentan inseguridad alimentaria. Originaria de Oklahoma, Miller trabajó anteriormente mapeando contratos de compañías petroleras y gasíferas, y se mudó a Colorado durante la pandemia.

Con sus profundos conocimientos sobre las variedades de aves y criadores, Miller está ayudando a que la granja comunitaria desarrolle un programa de gallinas compartidas. Dijo que empezó a trabajar como voluntaria en la granja porque se siente nerviosa sobre cómo le irá a la economía en un futuro cercano.

“Sería bueno tener algo de capacidad aquí para proveer y cubrir las necesidades”, Miller dijo. “Si Chris [Rasmussen] se lo puede imaginar, puede hacer que suceda. Es una potencia”.

Willhoite dijo que la granja de alimentos aparenta ser como cualquier otro esfuerzo agrícola, pero es mucho más que eso.

“Estamos creando un nuevo sistema de producción comunitaria autónoma de alimentos”, dijo, “donde la comida y cualquier ganancia de la comida se queda en nuestra comunidad para beneficio de las personas que viven ahí”.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

Mark Stevens

Escritor independiente
Mancos, Colo.

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