Una publicación de The Colorado Trust
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Julie Reiskin, codirectora de la Coalición de Interdiscapacidades de Colorado, pausa su silla de ruedas en una calle de Denver para decidir cómo llegar a una parada de RTD el 20 de enero de 2023, el día después de que una tormenta de nieve pasara por la ciudad. Fotografías de Joe Mahoney / enviado especial de The Colorado Trust

Personas y lugares

Para los coloradenses con discapacidades, moverse por las aceras y calles cubiertas de nieve en Denver es peligroso y, con frecuencia, imposible

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Durante casi dos semanas después de una tormenta invernal a finales de diciembre que dejó siete pulgadas de nieve en las calles de Denver, cuando Julie Reiskin salía de su hogar en Milwaukee y 37th, tenía que hacer rodar su silla de ruedas en medio de calles traficadas y luego detenerse en la calle para llamar al autobús público.

Esa experiencia, dijo, fue “aterrorizante”. Y se debió a las reglas establecidas para quitar nieve en Denver.

“Muchas de las veces, las aceras se limpian de nieve, pero las rampas [en las esquinas] que nos permiten entrar y salir no [se limpian]”, explicó Reiskin, codirectora ejecutiva de la Coalición de Interdiscapacidades de Colorado (CCDC, por sus siglas en inglés), una agencia de servicios sociales que aboga a favor de los derechos de la gente con discapacidades. (CCDC es un beneficiario de The Colorado Trust.)

“Entonces nos vemos forzadas a rodar en la calle…y cuando las calles están llenas de hielo y nieve medio derretida, el único lugar donde podemos ir es en las calles más traficadas, y en el medio de la calle”.

La respuesta para quitar nieve en Denver fue muy criticada después de la tormenta de diciembre, cuando un continuo período frío combinado con que la ciudad no envió camionetas quitanieves a las calles laterales, resultó en montañas de nieve y hielo que duraron semanas. Como respuesta, la ciudad aumentó sus esfuerzos durante la tormenta del 17 y 18 de enero, enviando camionetas quitanieves más pequeñas para limpiar las calles residenciales. Sin embargo, debido a un sistema para limpiar las aceras que depende mucho de los propietarios de negocios y hogares privados para asegurar que las aceras y rampas sean accesibles, inevitablemente quedan áreas problemáticas.

Nieve y hielo congelados bloquean una rampa en la esquina de una calle el 10 de enero de 2023, casi dos semanas después de la última tormenta invernal.

Este problema no es nuevo en Denver, dijo Reiskin, quien ha vivido en la ciudad desde 1994. Y aunque las aceras y veredas sin limpiar y congeladas afectan a todos los peatones, presentan un desafío aún mayor para las personas que usan sillas de ruedas, andadores ortopédicos y otros aparatos de movilidad para pasar por las calles y aceras. En Denver, el 6.7 por ciento de los residentes menores de 65 años tienen una discapacidad, y el 12.2 por ciento son mayores de 65 años, según los datos censales más recientes.

Después de la tormenta a finales de diciembre, Chris Hinds, concejal de la ciudad de Denver para el 10º distrito y un residente que usa una silla de ruedas, tuvo que rodar por la calle en Broadway y Park Avenue West porque las rampas congeladas le impidieron usar las aceras.

“Todos debemos tener acceso equitativo para movernos por nuestra ciudad”, Hinds dijo.

En Denver, el Departamento de Transporte e Infraestructura (DOTI, por sus siglas en inglés) se encarga de limpiar la nieve de las calles, con 70 camiones quitanieves grandes y 36 camionetas más pequeñas para usar en las calles residenciales. “Denver responde a la mayoría de las tormentas de nieve usando todos los grandes camiones quitanieves en todas sus calles principales”, la directora de comunicaciones de DOTI, Nancy Kuhn, dijo por correo electrónico. Las calles principales se definen como la mayoría de las calles con líneas pintadas. Las camionetas pequeñas, Kuhn dijo, se envían a las calles residenciales “cuando la ciudad espera que caiga una cantidad significativa de nieve y las camionetas pequeñas pueden ser útiles abriendo un camino para que los motoristas lleguen a las calles principales”.

En cambio, la limpieza de las aceras es responsabilidad del dueño de la propiedad adyacente. Según las leyes de Denver, los propietarios deben quitar la nieve y el hielo de sus aceras, incluidas en las rampas adyacentes y paradas de autobuses que no le pertenecen al Distrito Regional de Transporte (RTD, por sus siglas en inglés), al igual que rampas si la residencia o negocio están ubicados en una esquina. RTD tiene la responsabilidad de quitar la nieve de sus casetas de autobuses, Kuhn dijo.

Los propietarios de negocios tienen cuatro horas para quitar la nieve después de que la tormenta para, y los propietarios residenciales tienen 24 horas. Inspectores de la ciudad, supervisados por el departamento de Planeación y Desarrollo Comunitario, se encargan de que se cumpla con la limpieza de las aceras.

Por lo general, los inspectores dependen de los integrantes de la comunidad que llaman al 311 para presentar quejas. Si los residentes o negocios no responden a las advertencias de la ciudad, entonces pueden recibir una multa de hasta $150.

El protocolo actual para quitar nieve de las aceras “es como hemos operado por varios años”, dijo Amanda Weston, vocera para el departamento de Planeación y Desarrollo Comunitario. Dijo que el departamento está pensando en distribuir folletos en áreas particularmente transitadas para educar a los propietarios sobre la ley.

Entre el 28 de diciembre de 2022 y el 12 de enero de 2023, debido a las siete pulgadas de nieve que cayeron, la ciudad recibió 2,479 quejas sobre aceras no limpiadas, según Weston. Solo 35 propiedades no cumplieron después de recibir advertencias de los inspectores y, por lo tanto, recibieron una multa de $150.

“Lo que descubrimos es que, una vez que las personas saben, y cuando les informamos de que tienen un área problemática que necesitan limpiar, el porcentaje de quienes cumplen es extremadamente alto”, dijo.

En lo relacionado con cuán rápido los inspectores responden a las quejas, “son bastante buenos para llegar ahí de manera oportuna”, Weston dijo. Pero porque los residentes tienen 24 horas para quitar la nieve de sus aceras después de una tormenta, además del retraso entre que termina ese período de 24 horas y que el inspector se aparece—además de otras 24 horas para limpiar cualquier área señalada durante la inspección—las aceras y rampas pueden quedarse con nieve por varios días.

Por otra parte, “lo único que se necesita es que un solo propietario no limpie [la nieve]”, dijo Jill Locantore, directora ejecutiva de Denver Streets Partnership, una coalición de organizaciones comunitarias que abogan por calles favorables para los peatones en Denver. “Si el resto de la cuadra está bellamente limpia y sin nieve, pero los últimos 10 o 20 pies son un desastre, eso puede causar que una persona en una silla de ruedas no pueda pasar y presenta un peligro para cualquiera que esté caminando y se tropiece y caiga”.

Además, las áreas alrededor de las paradas de autobuses—las cuales, como mencionamos, a veces son responsabilidad del dueño de la propiedad adyacente y no de RTD—pueden ser particularmente problemáticas.

“Lo observas con frecuencia en Colorado y 26th, por allá—limpian la acera, pero no limpian el camino a la parada del autobús”, Reiskin dijo. “Así que hay un camino en la acera, y si realmente quieres subirte al autobús en una silla de ruedas, no puedes”.

Montañas de nieve y hielo rodean una parada de autobús en una zona central de Denver el 10 de enero de 2023.

Una mañana a principios de enero, Jonathon Stalls, fundador de Pedestrian Dignity, una red de personas que abogan a favor de la movilidad peatonal, señaló una capa alta y gruesa de hielo irregular que se formó después de la tormenta de diciembre en la parada del autobús en Colorado Boulevard entre la Sexta y la Séptima Avenida. Stalls, quien documentó la situación y la compartió en TikTok, explicó que el montón de hielo se formó debido a que los camiones quitanieves empujan la nieve de las calles a las aceras. Además, la gran cantidad de personas que van y vienen de la parada de autobús hacen que la nieve se compacte, convirtiéndola en hielo. Las temperaturas justo arriba del punto de congelamiento durante el día y bajo cero por la noche contribuyen aún más al problema.

“Si estás en una silla motorizada o silla de ruedas, no podrás tomar el autobús o tendrás que estar literalmente en la calle”, Stalls dijo. “Pero si eres [una persona con suficientes capacidades físicas] para navegar por el hielo, debes pasar por encima de esta colina de hielo empujado para subirte al autobús”.

Las normas actuales de Denver para quitar la nieve “vinieron de una mentalidad anticuada de que la cosa más importante es asistir a la gente que maneja para que llegue a donde necesidad llegar”, Locantore dijo, “en lugar de pensar más holísticamente sobre, ‘necesitamos ayudar a la gente a que llegue a donde necesita llegar, y [esa gente] usará una variedad de maneras para llegar ahí—ya sea en transporte público o caminando o en bicicleta.

“Manejar es parte de la mezcla. Pero no debe ser el único factor que se considere para ver cómo estamos implementando normas para quitar la nieve”.

Un peatón intenta abrirse camino en una calle cubierta de nieve en Denver el 10 de enero de 2023. Nieve y hielo permanecieron en las calles residenciales por semanas después de la tormenta invernal a finales de diciembre.

Además del temor y los peligros de tener que rodar en medio de calles traficadas, las personas que usan sillas de ruedas también tienen que enfrentar la realidad de que las ruedas se atoren en calles, aceras y rampas con nieve. Cuando las temperaturas son bajas, “si te atoras y no hay nadie alrededor y tienes que esperar a que alguien pase, eso puede ser muy peligroso”, Reiskin dijo.

Efectivamente, después de una tormenta invernal en noviembre de 2019, Hinds, el concejal de la ciudad, se quedó atorado en la nieve por 45 minutos mientras trataba de regresar a su hogar después de una reunión del concejo. Pasó dos días hospitalizado debido a las complicaciones médicas resultantes.

Además, las personas que usan sillas de ruedas motorizadas se arriesgan a que estas se dañen o se queden atoradas si pasan rodando por grandes charcos de agua, los cuales suelen formarse en las rampas de las esquinas cuando la nieve y el hielo se derriten. “He escuchado de gente cuyas baterías [de las sillas de ruedas] dejaron de funcionar porque se hundieron en agua, y luego se quedaron ahí con una batería descompuesta”, Locantore dijo.

Las malas condiciones en las calles y aceras también pueden causar que algunas personas con discapacidades se queden atrapadas en sus hogares. Después de la tormenta invernal en diciembre, Phyllis Mack, quien usa una silla motorizada, no salió de su apartamento en Ruby Hill por siete días consecutivos. Mack, de 75 años, con frecuencia usa el transporte público para moverse por la ciudad, y aunque las aceras frente a su edificio se limpiaron después de la tormenta, la calle siguió con nieve, así que no podía llegar a la parada del autobús.

Mack llamó al 311 y le dijeron que alguien limpiaría la calle. “Pero nadie vino”, dijo.

“Solo quisiera que vinieran y quitaran la nieve de la calle para que podamos salir y no nos quedemos atrapados en nuestros apartamentos”, dijo Mack, quien vive en Walsh Manor, un edificio de vivienda pública para adultos mayores y personas con discapacidades.

Phyllis Mack en el vestíbulo de Walsh Manor el 20 de enero de 2023.

Jaime Lewis, un habitante de Denver que tiene 64 años y también usa una silla de ruedas, se identifica con esos sentimientos de aislamiento.

“Usualmente estoy bien por como dos días adentro, y luego empiezo a ponerme ansioso”, dijo Lewis, el asesor de transporte público para CCDC. Después de la tormenta de diciembre, Lewis se quedó en su apartamento en el Golden Triangle por cuatro días, debido a aceras y rampas que no se habían limpiado e impedían que pudiera pasar. Notó que su depresión “como que aumentó” debido a eso.

“Vivo en un edificio de apartamentos que realmente no tiene servicios—no hay un gimnasio, no hay vestíbulo, realmente no hay nada, así que somos yo y Zoom. Y eso es todo, así que la situación se pone pesada bastante rápido”, Lewis dijo.

No poder salir de casa también puede limitar la habilidad de las personas de obtener comida. Cuando ir al supermercado o al banco de alimentos es imposible, la gente quizás pida una entrega de comida rápida a domicilio, Reiskin dijo.

“Quizás pidan una pizza y coman eso por tres días”, dijo. “Quizás sea, bueno, ¿es un problema tan grande? Bueno, si eres casi diabético, sí, probablemente sea un gran problema si así es como estás comiendo”.

Reportar aceras, rampas y paradas de autobuses donde no se ha quitado la nieve puede ser una experiencia frustrante e ineficaz, Reiskin dijo, quien calcula que ha presentado más de 100 quejas a lo largo de los años. Parte de la frustración es con la herramienta digital PocketGov que Denver usa, la cual requiere que los usuarios ingresen un domicilio específico con sus quejas.

“Bueno, la mayoría de las paradas de autobuses no tienen un domicilio exacto”, Reiskin dijo. Y para otros sitios, como puentes o una cuadra completa en la ciudad, puede ser difícil saber cuál es el domicilio correcto, especialmente si alguien en una silla de ruedas no puede físicamente llegar ahí debido a la nieve. La última vez que Reiskin intentó enviar una queja usando PocketGov, cuando escribió el domicilio el sistema respondió que no existía.

“Estaba parada justo al lado, así que sí existía”, dijo. Luego trató de usar la funcionalidad de “Mi ubicación” para que el domicilio apareciera automáticamente. No tuvo éxito, así que el sistema le pidió que proporcionara una intersección. “Ingresé una intersección y luego [el sistema respondió] que no era lo suficientemente específica”, dijo.

Weston dijo que ha escuchado de problemas tratando de ingresar domicilios en PocketGov, pero sugirió que la gente llame al 311 y hable con un agente directamente como una posible solución a este problema.

Sin embargo, hasta cuando los usuarios pueden enviar una queja usando un domicilio exacto, eso no siempre resuelve el problema. Algunos propietarios son infractores una y otra vez. Por ejemplo, CCDC tiene una oficina en South Colorado Boulevard con East Louisiana Avenue, y CCDC reportaba a un negocio cercano varias veces cada año por no limpiar su acera adyacente. “Era imposible que llegáramos a la parada de autobús”, Reiskin dijo. No sabe bien qué hizo la ciudad como respuesta a sus quejas, pero la situación “nunca cambió, así que no hay avance”.

Reiskin ha tenido que rodar con su silla de ruedas en medio de calles traficadas como Colorado Boulevard y York Avenue en el pasado cuando no puede usar las aceras y rampas en las esquinas debido a la nieve.

Se han implementado recientes esfuerzos para mejorar la movilidad peatonal en Denver. Por ejemplo, en las elecciones de noviembre 2022, los votantes aprobaron la Ordenanza 307, conocida como Denver se merece aceras, la cual financia la construcción y reparación de las aceras en toda la ciudad. Y Mack, quien vive en Walsh Manor, recientemente ayudó a liderar esfuerzos para usar $400,000 de los fondos para el programa de presupuesto participativo en la ampliación y el arreglo de las aceras en su vecindario. Pero, en relación con quitar la nieve, se necesita poner más énfasis en la limpieza de aceras, rampas y paradas de autobuses, según dijeron quienes abogan a favor de los peatones.

“Es nuestra postura en CCDC que la Ley de Estadounidenses con Discapacidades obliga a los gobiernos locales a mantener estructuras accesibles”, Reiskin dijo. “Así que cuando la ciudad ignora que se cumpla [con la limpieza de nieve en las aceras], no está cumpliendo con el mantenimiento de una estructura accesible”.

Weston, con el departamento de CPD, señaló que hay más de 3,000 millas de aceras en la Ciudad y el Condado de Denver. Por lo tanto, “no podemos ser tan proactivos como estoy segura todos, incluido el departamento, quisieran que fuéramos para hacer que se quite la nieve de las aceras”.

Kuhn, la vocera de DOTI, dijo que la ciudad está interesada en hablar sobre cómo mejorar las normas para quitar nieve pero que, para los cambios a gran escala, se necesita dinero que la ciudad no tiene en estos momentos, en parte debido a las limitaciones de los recursos por la pandemia de COVID-19. “Hay muchas oportunidades en los próximos ciclos del presupuesto para reiniciar las pláticas sobre la expansión del nivel de servicio que la administración y los funcionarios electos quieren financiar”, dijo.

A lo largo de los años, Reiskin ha hablado numerosas veces con la ciudad sobre el problema del servicio inadecuado para quitar la nieve, dijo. ¿Cuál es la respuesta típica? “Siempre hablan de la boca para afuera, siempre nos otorgan una reunión, y nos dan, francamente, excusas y quizás algunas promesas”, dijo.

Ciertamente, el problema de quitar la nieve en toda la ciudad es grande, complicado y probablemente algo que no puede arreglarse rápidamente.

“No es que solo podemos demandar que la ciudad acepte total responsabilidad por quitar la nieve de cada una de las aceras en la ciudad sin una fuente masiva de fondos para que suceda”, Locantore dijo. “Pero así como la ciudad no quita la nieve de toda y cada calle cuando nieva, y usa un razonamiento y una justificación para hacerlo, puede haber una decisión de que la ciudad se encargue de quitar la nieve en ciertos sitios de alta prioridad peatonal”.

Por ejemplo: la ciudad ya se encarga de quitar nieve en las aceras de los parques, Locantore señaló. Le gustaría ver que la ciudad ampliara ese servicio.

Mientras tanto, Stalls anima a la comunidad para que reporte problemas por el 311 y PocketGov, a pesar de sus defectos. La gente también puede enviar videos de aceras y calles que no se han limpiado para que se publiquen en las redes sociales de Pedestrian Dignity y ayuden a despertar conciencia. Más allá de eso, Stalls anima a que las personas inviten a funcionarios electos para que vivan directamente los desafíos del peatón, y que aquellos con discapacidades documenten sus experiencias tratando de moverse en condiciones peligrosas.

“Hay una enorme brecha entre la mayoría de la población que toma decisiones importantes sobre el transporte…y la experiencia de vida de alguien tratando de cruzar Alameda con un andador del supermercado a su apartamento”, dijo.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

Jenny McCoy

Periodista independiente
Boulder, Colo.

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