Cuando Theresa Pittman de 69 años de edad vio un folleto en la entrada de su edificio de apartamentos en el vecindario de Montbello en Denver sobre un programa gratis para que las personas mayores envejezcan en su hogar, anotó la información para no olvidarla. No sabía qué esperar, pero estaba dispuesta a intentar cualquier cosa para que sus tareas diarias fueran más fáciles.
Después de que Pittman se inscribiera en el programa, una enfermera y una terapeuta ocupacional fueron a su hogar un par de semanas más tarde para platicar sobre sus metas. Para Pittman, sentarse y pararse del inodoro se estaba convirtiendo en algo más desafiante, igual que levantar cosas del piso y dormir bien durante la noche.
El equipo pidió un inodoro más alto y accesible, al igual que una agarradera para levantar cosas del piso. Está haciendo estiramientos diarios para aliviar su dolor de espalda, lo cual también ha mejorado su habilidad de dormir.
“Es lindo tener a alguien con quien hablar y resolver problemas”, dijo. “Realmente escucharon.”
El programa nacional CAPABLE—que la Asociación de Enfermeros Visitantes de Colorado trajo en 2017 en colaboración con Habitat for Humanity of Metro Denver—conecta a adultos mayores que reúnen requisitos con un enfermero, un terapeuta ocupacional y un experto en construcción para ayudarlos a encontrar maneras de mejorar su calidad de vida y mantener su independencia. El programa fue establecido por investigadores en la Facultad de Enfermería Johns Hopkins en 2017. En Colorado, el programa desde entonces se ha expandido a Colorado Springs y Pueblo, y pronto se llevará a Fort Collins.
En 2022, la Asociación de Enfermeros Visitantes de Colorado lanzó un programa piloto con la ayuda de un subsidio de $2.3 millones del Departamento de Políticas y Financiamiento de los Cuidados de Salud de Colorado para inscribir a pacientes de Medicaid en el programa. Los fondos expandieron la cantidad de visitas a domicilio en casi un 55 por ciento. En 2023, el equipo realizó 1,716 visitas a domicilio, un aumento en comparación con 940 en 2022, según Colleen Morton, una enfermera registrada y la gerenta de programas de CAPABLE.
Morton espera que el programa piloto ayude a preparar el camino para que CAPABLE se convierta en un beneficio permanente de clientes con Medicaid. “Para ser sostenible, necesitamos fondos sostenibles”, dijo.
Morton ha estado trabajando para correr la voz al organizar presentaciones educativas en colaboración con las autoridades de vivienda. El programa también recibe clientes a través de trabajadores sociales, gerentes de caso y otras organizaciones sin fines de lucro.
“Realmente ha sido ‘todos a cubierta’ para este programa”, Morton agregó. “Queremos que tenga éxito”.
Cómo funciona
Para reunir requisitos, una persona debe tener por lo menos 65 años de edad, vivir al o por debajo del 80 por ciento de los ingresos medios en el área, y tener dificultades para desempeñar por lo menos una actividad que afecte su calidad de vida, como bañarse, usar el inodoro o cocinar. En Colorado, el participante promedio tiene 80 años de edad y recibe un ingreso fijo de $2,000 al mes, según el sitio web del programa.
El programa incluye 10 visitas a domicilio—cuatro con un enfermero y seis con un terapeuta ocupacional que ayuda a desarrollar los planes para modificar el hogar que el equipo de construcción de Habitat for Humanity of Metro Denver completará. Modificaciones comunes incluyen instalar barras de apoyo, mejorar la iluminación, reparar pisos o cambiar los picaportes de las puertas.
Con frecuencia, el equipo tiene que emplear la creatividad. Algunas modificaciones han incluido reemplazar aspiradoras pesadas con unas más ligeras para reducir el peso, o encontrar soluciones para que los clientes conserven su energía física, como que laven la ropa a lo largo de tres días en lugar de que laven varias tandas el mismo día. El equipo instaló estante en un hogar para que las cosas no estuvieran en el suelo y así reducir la probabilidad de tropezarse. A veces, puede ser algo tan simple como comprarle al cliente un tapete acojinado para que se pare cuando cocina y aliviar el dolor de espalda, o limpiar las rieles de una puerta corrediza para que se abra más fácilmente.
La higiene en el inodoro con frecuencia es una meta principal. “No se habla suficiente de eso”, dijo Amanda Goodman, una terapeuta ocupacional con 18 años de experiencia que trabaja en el programa CAPABLE. “Solo poder tener un espacio para que las personas sean honestas y realmente compartan esas cosas íntimas, y saber que pueden confiar en mí con eso… es maravilloso”.
Goodman recientemente recibió un mensaje electrónico de un excliente que decía: “Cada vez que me siento en el trono, ¡pienso en ti!” (“Le conseguimos un bidet”, Goodman dijo riéndose entre dientes.)
Goodman sabe que sus clientes con frecuencia enfrentan dificultades con cosas con las cuales no puede hacer nada al respecto.
“No vamos a venir aquí y resolverlo todo”, dijo. “Entendemos que [hay] algunas cosas que quizás no podamos mejorar mucho, pero aunque sea un poco sería mejor”.
El efecto de CAPABLE en la vivienda asequible
Linna Shu, la investigadora principal asociada en el Centro de Políticas Financieras para la Vivienda en el Instituto Urbano, dijo que el programa CAPABLE y otros como él son esenciales para aumentar las opciones de vivienda asequible para los adultos mayores, ya que muchos de ellos no tienen otro opción más que envejecer en su hogar.
“Con frecuencia las personas hablan sobre que tenemos que [construir] más comunidades de retiro, pero eso tampoco es asequible”, Shu dijo. “Si te fijas en los cargos mensuales o los cargos anuales, son mucho más altos que los niveles de ingresos de la mayoría de las personas mayores, especialmente las personas mayores de color”.
En Estados Unidos, más de uno de cada seis estadounidenses, o 55.7 millones de personas, tienen por lo menos 65 años de edad, un aumento del 38 por ciento desde 2010, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. Y tres cuartos de aquellas personas de 50 años de edad o más prefieren permanecer en sus hogares el mayor tiempo posible. Sin embargo, una falta de opciones de vivienda asequible que cubran las necesidades de los adultos mayores con dificultades de movilidad o discapacidades es un obstáculo importante. Muchos adultos mayores viven con ingresos fijos, lo que les deja poca flexibilidad para hacer renovaciones o modificaciones en sus hogares.
Shu siente optimismo sobre el uso de Medicaid para suplementar el programa CAPABLE y que sea económico para los participantes.
“Esa es una idea muy interesante, y quizás una manera de hacer que se pueda ampliar”, Shu dijo. Pero ciertamente no sería una solución única, agregó. Se necesita hacer más a nivel político federal y regional para aumentar la cantidad de viviendas disponibles para personas mayores y preservar las unidades existentes.
Empoderando a los clientes
Durante una sesión informativa en su edificio de apartamentos, Delia Aguilar, de 57 años de edad y quien vive en una comunidad basada en ingresos para adultos mayores en Centennial, se enteró del programa de forma similar que Pittman.
Su problema principal era poder sentarse cómodamente en su mesa del comedor y sus dificultades para entrar y salir de la ducha y sentarse y pararse del inodoro. El equipo de CAPABLE instaló barras de apoyo cerca del inodoro, en la ducha y al lado de la tina de baño, al igual que unas alfombras antiderrapantes en el piso y afuera de la tina.
“Odiaba meterme ahí”, Aguilar dijo de su tina de baño. “Y puedo decirte [que la diferencia] es como el día y la noche”.
Antes que el equipo de CAPABLE la ayudara, Aguilar dijo que había estado esperando más de 18 meses para que la gerencia del edificio se encargara de estas modificaciones.
El equipo proporcionó artículos para aumentar la comodidad y movilidad de Aguilar, incluyendo un asiento acojinado para el inodoro, una almohada para sentarse en la mesa del comedor, y barras de apoyo para ayudarla a levantarse de y acostarse en la cama. También agregaron luces automáticas en el baño para que, si Aguilar se levanta en medio de la noche, no se tropiece en la oscuridad. Y el terapeuta ocupacional hasta ayudó a Aguilar con la configuración de su computadora—una tarea con la que había estado teniendo dificultades por meses.
Al final de todo, el programa la ayudó a sentirse motivada y menos desalentada.
“Sigo impresionada”, agregó. “Fueron ángeles”.
Goodman, la terapeuta ocupacional, dijo que su prioridad principal es empoderar a los participantes.
“Nuestro objetivo en general es que yo los guíe y asesore para que a ellos mismos se les ocurran las soluciones”, Goodman dijo, “así cuando ese futuro problema surja, ya no se sientan atorados. Sientan que tienen la autosuficiencia y el empoderamiento para enfrentar ese desafío”.
Con frecuencia, una persona ha estado haciendo una tarea de la misma forma por tanto tiempo que tener un par de ojos nuevos ayuda. “No se dan cuenta de que hay otras opciones ahí porque han vivido en esta casa por tanto tiempo”, Goodman dijo. “¿Por qué pensarían en cambiar los picaportes de las puertas?”
Después de que los clientes terminan el programa de 10 visitas, les piden que contesten una encuesta. Con frecuencia los clientes escriben que les gustaría que el programa durara más.
“Disfrutaron tener a alguien con quien hablar y realmente compartir cómo se sienten”, Goodman dijo, agregando que a veces es difícil que las personas se abran con sus familias porque no quieren preocuparlas o sentir que son una carga.
Para Morton y Goodman, uno de los aspectos más desafiantes del programa es convencer a un cliente de que admita que está enfrentando más dificultades para realizar algunas de sus tareas diarias.
“No pueden ser los hijos de alguien quienes digan: ‘Mi padre no puede hacer esto’”, Morton resaltó. “[La persona] tiene que admitir que es algo con lo que está empezando a tener dificultades”.
Morton dijo que para muchas personas eso es más fácil decir que hacer, especialmente si temen que eso signifique que ya no pueden vivir independientemente—lo cual va en contra del objetivo del programa. Esto hace que sea aún más importante fortalecer la confianza, dijo.
“Para algunas personas, tan solo no es el momento correcto”, para participar en el programa, dijo. “No están mentalmente preparadas, con la mentalidad de dar un paso adelante”.
Si ese es el caso, les da su número de teléfono y les dice que la llamen si algo cambia. Cuando la llaman, Goodman se siente muy feliz. “Esa también es una situación ideal, porque eso significa que ellos lo están iniciando, ¿correcto? Están demostrando algo de iniciativa… para tratar de hacer cambios”, agregó.
La mejor parte de su trabajo, Goodman dijo, es ver que las caras de sus clientes se iluminen con sorpresa cuando les pregunta si han notado alguna mejora desde su última visita.
“Por eso todavía veo a personas”, dijo. “Por eso les digo a todos: ‘No me sacarán de esta profesión’”.
Un beneficio inesperado del programa ha sido que los participantes socialicen y salgan más a la comunidad después de completar el programa, el cual mejora su salud mental, Goodman dijo. “Sentían que podían entrar y salir nuevamente de su hogar sin peligro, lo cual fue considerable”.
Desde que Aguilar se graduó del programa este verano, ha invitado a más amigos a jugar cartas y comer. Con la nueva mesa de la cocina y un inodoro más accesible, sus amigos se sienten más cómodos visitándola, Aguilar dijo.
“La calidad [de vida] ha aumentado considerablemente”, Aguilar dijo. “Doy gracias a Dios por ponerlos en mi vida”.
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Traducido por Alejandra X. Castañeda