Una publicación de The Colorado Trust
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Fotografía de Pornpak Khunatorn vía iStock

Educación

Conforme el calor aumenta en las escuelas, muchas no tienen aire acondicionado todavía

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Escuelas por todo Colorado iniciaron las clases del semestre de otoño a mediados de agosto, con temperaturas de 90 grados o más al mediodía en algunos lugares. Decenas de miles de estudiantes en escuelas públicas de Colorado asistieron a clases en edificios sin aire acondicionado en los salones, y con frecuencia, especialmente en edificios con muchas décadas de antigüedad, sin aire acondicionado en ninguna parte del edificio.

“Termino muchos días a finales del verano, principios del otoño y finales de la primavera checando constantemente la temperatura del día siguiente”, dice Trena Marsal, directora ejecutiva de administración de instalaciones en las Escuelas Públicas de Denver (DPS, por sus siglas en inglés).

Mira Van Dyke, una estudiante de 7º grado inscrita en una escuela pública de Denver, y su hermana Maeve, de 5º grado, siempre han ido a la escuela sin aire acondicionado, según dicen las niñas.

“Realmente hace mucho calor”, Mira dice. “Es difícil poner atención en la clase. En la mañana es mucho más fresco, pero en la tarde se pone muy caluroso otra vez”.

Mira dice que el calor hace que a veces se sienta “realmente cansada, y a veces hace más calor adentro que afuera, y las maestras igual esperan que pongas atención”. Las niñas y sus compañeros de clase tratan de refrescarse tomando agua con frecuencia y parándose frente a ventiladores.

Hay pocas dudas de que la temperatura del aire puede afectar la habilidad de aprender de los estudiantes. Un estudio realizado por investigadores en 2018 en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvard encontró que estudiantes que estaban viviendo en dormitorios sin aire acondicionado durante una ola de calor tuvieron un peor desempeño en una serie de pruebas cognitivas, en comparación con estudiantes que estaban viviendo en dormitorios con aire acondicionado.

Un documento de trabajo publicado en 2018 por la Oficina Nacional de Estudios Económicos (NBER, por sus siglas en inglés) explicó con detalle la urgencia y los beneficios del control climático en los salones de clase. Los investigadores encontraron que, en promedio, un aumento de un grado en la temperatura durante el año escolar resulta en una pérdida del 1 por ciento en el aprendizaje. Esto resulta en un daño hasta tres veces mayor en los estudiantes negros, hispanos o que viven en los códigos postales con ingresos más bajos.

“Históricamente, no se ha pensado en el aire acondicionado como un problema de equidad”, dice Jonathan Smith, PhD, un profesor adjunto de economía en la Universidad Estatal de Georgia y uno de los autores del estudio de la NBER.  “Nuestro informe mostró que esto está sucediendo ahora, en un momento en que se espera que el cambio climático cause calor extremo, y es más probable que los estudiantes de color asistan a escuelas sin aire acondicionado. Pudimos mostrar que la desigualdad física puede resultar en otras desigualdades.

“No puedo decir con seguridad lo que esto significa para la salud y el bienestar de estos estudiantes”, Smith agrega, “pero es lógico que sea algo preocupante”.

También se debe tomar en cuenta la justicia medioambiental.

“Para los estudiantes sin acceso a aire acondicionado en el hogar, no hay ningún descanso del calor en los días más calurosos”, dice Stephanie Malin, PhD, una socióloga medioambiental en la Universidad Estatal de Colorado.

Ya que la educación de kindergarten a 12º grado en el estado se maneja principalmente de forma descentralizada, no existe una lista integral de cuántas escuelas públicas en Colorado no tienen aire acondicionado, ya sea parcial o totalmente. Pero conversaciones con gerentes de instalaciones, integrantes de consejos escolares, académicos y consultores en todo el estado indican que el desafío es generalizado.

“Los días calurosos significan que necesitamos abrir ventanas por la noche y usar los sistemas de ventilación para sacar el aire caliente de los salones y meter aire nocturno fresco, lo cual ayuda a que los salones estén más frescos por la mañana”, dice Marsal de DPS. “Sin embargo, en días muy calurosos ese aire más fresco quizás solo dure hasta el mediodía. También colocamos ventiladores en pasillos y salones”.

Un proyecto de bonos valuado en $795 millones con cuatro años de duración que los votantes en Denver aprobaron en 2020 proporcionó fondos para aires acondicionados en 24 escuelas públicas de Denver, de las 55 que todavía no tenían aire acondicionado. A finales de agosto, el distrito había completado instalaciones en siete escuelas; otras ocho escuelas están pasando actualmente por renovaciones; y nueve más recibirán mejoras en los próximos dos años.

Esto significa que 31 escuelas de DPS seguirán sin tener aire acondicionado.

Fondos federales que el distrito escolar recibió debido a la pandemia por COVID-19—parte de casi $200 billones en todo el país—para mejoras en la ventilación se están usando para actualizar controles neumáticos a controles y sensores digitales en las escuelas. Marsal dice que las mejoras permiten obtener más datos sobre la temperatura interior; recibir alertas más rápidas sobre aumentos en la temperatura; y, tomar decisiones más veloces para implementar esfuerzos adicionales que refresquen los ambientes, o hasta para dejar que los estudiantes salgan más temprano de la escuela porque hace demasiado calor para estudiar.

“Los fondos relacionados con COVID no solo estaban disponibles para agregar aire acondicionado, pero se podían usar si las escuelas estaban instalando nuevos sistemas de HVAC o actualizándolos”, explica Josh Higgins, director de mantenimiento del distrito escolar de Eaton y vicepresidente de la Asociación de Gerentes de Centrales Escolares en Colorado.

Robert Lawson, director ejecutivo de instalaciones y construcción para el Distrito Escolar 60 de Pueblo, dice que el distrito ha usado alrededor de $28 millones de fondos federales conectados con la pandemia para abordar problemas en la calidad del aire en cuatro escuelas, incluida la instalación de sistemas de aire acondicionado y filtración. Con los nuevos fondos, el distrito pudo comprar “algunos de los mejores sistemas de HVAC disponibles”, Lawson dice. Ahora tres escuelas en el distrito no tienen aire acondicionado, aunque se usarán otros tipos de fondos para que dos de ellas agreguen aire acondicionado el próximo año.

Hasta con los fondos inesperados conectados con la pandemia, muchos distritos todavía tienen escuelas sin aire acondicionado. Aunque un bono anterior proporcionó fondos para que las cinco escuelas de Eaton tuvieran aire acondicionado, Higgins dice que 20 de las 53 escuelas en el distrito en el que trabajó anteriormente, en la cercana Fort Collins, siguen sin tener aire acondicionado.

Múltiples representantes de las escuelas y expertos entrevistados para esta historia calculan que decenas de miles de estudiantes en escuelas públicas de Colorado ahora enfrentan un calor abrasador durante aproximadamente 40 días de escuela (más del 20 por ciento de los días que pasan en el salón en muchos calendarios escolares) al final de la primavera y a principios del verano y otoño, al igual que en las sesiones de verano.

Por supuesto, la falta de aire acondicionado en las escuelas no se limita a Colorado. Un estudio de 2020 realizado por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE. UU. (GAO, por sus siglas en inglés) calculó que cerca de la mitad de las escuelas en el país necesitan actualizar o reemplazar sus sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC, por sus siglas en inglés).

Los costos para instalar un nuevo sistema de aire acondicionado pueden sumar desde $5 millones en escuelas primarias, la cantidad que recientemente costó instalar un aire acondicionado en una escuela de 50,000 pies cuadrados en Pueblo, según Lawson. En una high school, los costos pueden ser de hasta $15 millones, ya que suelen tener más salones y espacio. Además, “los edificios más antiguos con frecuencia necesitan que se elimine el asbestos, lo cual puede aumentar el costo”, Lawson dice.

Las “mejoras” que algunas escuelas realizaron usando los fondos de la pandemia pueden ser engañosas. Algunas escuelas eligieron mejorar sus sistemas de enfriamiento solo con nuevos ventiladores o filtros, pero sin aire acondicionado, dice Paul Chinowsky, PhD, un profesor de ingeniería civil en la Universidad de Colorado en Boulder y exdirector del programa de diseño medioambiental de la universidad. Pero ni ventiladores ni filtros “resultan en una diferencia marcada en el enfriamiento”, dice.

Hasta con fondos disponibles, algunos consejos escolares siguen considerando el aire acondicionado como un lujo y no apoyan los gastos para lo que consideran solo un par de días calurosos al año, según Chinowsky. “Nuestros estudios muestran que con las temperaturas en aumento, lo que era solo un par de días cuando los integrantes de los consejos eran estudiantes podrían ser meses completos en que los estudiantes estarán en la escuela—mayo junio, agosto, septiembre—en cinco años”, dice.

Los costos también pueden sumar más allá de la instalación y modernización de los sistemas, según el informe de la GAO, el cual encontró que solo modernizar las tuberías y el material aislante puede costar hasta $1 millón por escuela; sin realizar esas mejoras en el sistema de HVAC al mismo tiempo, las escuelas arriesgan que empeore la calidad del aire y se forme moho debido a problemas de humedad y condensación. Y mientras que los fondos federales han ayudado a que algunas escuelas obtengan aire acondicionado antes de lo previsto, Chinowsky dice que muchas escuelas no han incluido los costos por el mantenimiento y la reparación del sistema. Por eso, si y cuando esos sistemas se descompongan, “estaremos de vuelta donde empezamos en relación con el calor y sus impactos”.

Los edificios de las escuelas por lo general existen por 60 años antes de reemplazarlos, según un informe realizado en 1999 por el Centro Nacional de Estadísticas Educativas; algunas escuelas públicas en Colorado son más antiguas que eso. (Higgins dice que una escuela en su distrito se construyó en 1928, y solo tuvo aire acondicionado por primera vez este año.) Es poco probable que las escuelas construidas décadas atrás tengan aire acondicionado, ya que el año escolar solía empezar después en el año calendario y las temperaturas promedio eran más frías.

Todo eso ha cambiado. Según un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica publicado en 2022, las temperaturas promedio en Colorado han aumentado cerca de 2.5°F desde el comienzo del Siglo XX. Seis de los ocho años más calurosos registrados en Colorado ocurrieron desde 2012. Además, más allá de la tendencia general de temperaturas promedio más altas, la cantidad de días muy calientes ha sido superior al promedio desde el año 2000.

Chinowsky dice que la temperatura optima en un salón usualmente es de 72 grados, “pero especialmente en el este de Colorado, no hay manera de hacer eso sin aire acondicionado en días calurosos”.

El año pasado, informaron al consejo en el Distrito Escolar de Thompson en Loveland que proporcionar aire acondicionado en cada escuela que no lo tenía en el distrito costaría $8 millones, algo imposible para el distrito que tiene, máximo, $1 millón cada año para todos los proyectos de infraestructura, según Todd Piccone, el director de operaciones del distrito escolar. Piccone y otros dicen que, generalmente, las únicas opciones de fondos son subsidios y emisiones de bonos, los cuales recaudan fondos al aumentar los impuestos sobre la propiedad.

El mantenimiento también es costoso. El año pasado, un informe del Centro para la Integridad Climática encontró que “conforme las temperaturas aumentan, también aumentan los costos de las operaciones y el mantenimiento, un proceso que seguirá sucediendo por mucho tiempo mientras el clima siga calentándose”. El informe también encontró que Colorado es uno de 10 estados que, para 2025, enfrentarán más de un $1 billón cada uno en costos de equipo nuevo para el enfriamiento.

Para abordar las inquietudes de viabilidad a largo plazo, el Distrito Escolar del Valle de Boulder combinó una auditoría energética y medidas de sostenibilidad para cada escuela que agregó aire acondicionado, dice Mandy Redfield, una gerenta de proyectos para el distrito. Redfield menciona a Broomfield Heights Middle School como una historia exitosa: La escuela agregó aire acondicionado en 2016, y una auditoria energética posterior encontró que el uso y los costos de energía disminuyeron después de la instalación del aire acondicionado, al agregar varias medidas de eficiencia energética, como más material aislante en el techo, nuevas ventanas, mejores luces y otras modernizaciones como parte de una renovación integral.

Los líderes escolares y legisladores necesitan “sutileza para vender” la idea del aire acondicionado, dice el representante de un distrito escolar. Por ejemplo, tener acceso a información de otros distritos que recientemente hayan agregado aire acondicionado y observan menos ausencias entre los maestros y estudiantes “es el tipo de información necesaria para impulsar estos objetivos”.

Cincuenta y dos de los 56 edificios escolares en el Valle de Boulder ahora tienen aire acondicionado, incluidas siete escuelas que lo recibieron en 2021. (Las escuelas sin aire acondicionado están ubicadas en lugares más elevados y no se calientan tanto.) En estudios realizados para la campaña de bonos en 2014 que financió las mejoras de HVAC, encuestas sobre las temperaturas en los salones continuamente reflejaron resultados de 80 grados o más.

Mientras que el Distrito Escolar de Thompson todavía no sabe cómo pagará por la instalación de aire acondicionado en todas sus escuelas, ahora sabe que la instalación improvisada no funciona. El año pasado, el distrito puso unidades de aire acondicionado en algunos salones de clase, pero los datos reunidos por el distrito encontraron que no enfriaron eficazmente los espacios.

Muchas otras escuelas también han encontrado que las alternativas al aire acondicionado central con frecuencia no ayudan. Abrir las ventanas por la noche para que salga el aire caliente, para que por lo menos las clases de la mañana sean más cómodas, es una estrategia común, dice Barb Clementi, integrante del consejo y expresidenta del consejo del Distrito Escolar 60 de Pueblo.

“Pero eso no funciona en escuelas en… vecindarios donde hay robos, vandalismo o la seguridad es motivo de preocupación si las ventanas se dejan abiertas por la noche, o cuando el humo por incendios forestales es demasiado denso para dejar las ventanas abiertas”, Clementi agrega.

Amie Baca-Oehlert, presidenta de la Asociación de Educación en Colorado, dice que el problema está empezando a recibir más atención conforme las temperaturas siguen aumentando y el semestre escolar de otoño empieza antes en algunos distritos. La pandemia también hizo que el tema recibiera más atención entre algunos distritos, Baca-Oehlert dice, especialmente en edificios de escuelas con ventanas que no se abren o que cuentan con sistemas anticuados para la ventilación de aire.

“No estoy segura cuántas personas afuera de las escuelas saben lo mal financiadas que están las escuelas”, Baca-Oehlert dice. Muchas escuelas, dice, simplemente no tienen fondos para instalar aire acondicionado: “Tienen que hacer lo mejor que pueden con ventiladores y estaciones [para tomar] agua”.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

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