Blair Parmeter dejó de ir a la escuela este invierno. El adolescente de 15 años había faltado a algunas de sus clases de noveno grado en Central High School en Grand Junction por enfermedad. También estaba enfrentando desafíos dividiendo su tiempo en los hogares de sus padres divorciados. En un momento, recuerda haber pensado: “¿Para qué me preocupo?” Sus calificaciones habían bajado mucho. No lograba ver cómo ponerse al día.
“Me atrasé cada vez más”, Parmeter dijo. “Estaba reprobando todo”.
Su médica familiar se enteró de sus desafíos y le sugirió un camino hacia adelante. Recomendó que Blair participara en el Lighthouse Project, un programa creado hace un año por la oficina del fiscal del 21er Distrito Judicial en colaboración con el Distrito Escolar 51 del Condado de Mesa y Colorado Mesa University.
El programa combina la histórica división de programas juveniles alternativos con un nuevo esfuerzo que busca identificar a los adolescentes en un punto decisivo en el sistema de justicia debido a sus circunstancias de vida. Estos incluyen adolescentes como Blair, quienes todavía no están involucrados con el sistema judicial, pero están faltando mucho a la escuela, algo que los estudios han demostrado puede ser un indicador de posibles desafíos en el futuro.
Alrededor de un cuarto de los estudiantes de high school en el Condado de Mesa y en todo el estado de Colorado se consideran crónicamente ausentes, lo cual significa que faltan a la escuela por lo menos un 10 por ciento de los días de enseñanza, según el Departamento de Educación de Colorado.
Para Parmeter, quien estaba faltando al 90 por ciento de sus clases, el Lighthouse Project creó una red de apoyo y un plan semanal que, en las tres primeras semanas, lo había sacado del sofá y alejado de largos días jugando videojuegos. Regresó a la escuela y ha mejorado la mayoría de sus calificaciones por encima del nivel aprobado. Parmeter tiene un objetivo de desempeñarse lo suficientemente bien como para entrar a clases de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y cursar estudios avanzados, con la meta final de convertirse en ingeniero o mecánico.
“El programa como que me forzó a ir a la escuela”, Parmeter dijo. “Se aseguró de que fuera productivo. Me hizo sentir que pertenecía”.
El programa se extendió a sus hermanos menores, Colton y Zeke, cuando empezaron a faltar a sus clases en la escuela media y primaria.
“Estamos tratando de crear un cambio sostenible en la familia entera”, explicó Jacque Berry, quien trabaja de doble turno como directora del Lighthouse Project y directora desde hace tiempo del programa juvenil alternativo para el 21er Distrito.
El nuevo sistema de apoyo para los Parmeter incluye de todo, desde tutoría después de la escuela a través del Riverside Education Center, hasta comunicación regular con maestros, administradores y consejeros escolares. Se han establecido expectativas para los niños, y los proveedores del Lighthouse Project ayudan a la familia para que ofrezca incentivos a los niños (como una noche de privilegios con el teléfono móvil) por su buena asistencia escolar o por mantener sus calificaciones altas.
Mentores en edad universitaria también son una parte importante del programa para los Parmeter y los otros 20 adolescentes actualmente inscritos en el Lighthouse Project. Berry obtuvo la participación de estudiantes de Colorado Mesa University cursando carreras en psicología, justicia criminal, consejería o trabajo social para que sean mentores. La universidad les paga usando dinero federal para programas de estudio-trabajo. Actualmente hay dos mentores activos y cinco que están recibiendo capacitación.
Kathy Ebel, la recientemente jubilada directora de aprendizaje socioemocional y del comportamiento para el Distrito Escolar 51, ayudó a establecer el sistema de mentoría y dijo que considera ese elemento como algo extremadamente importante.
“Los niños que nunca se han considerado como aptos para la universidad, llevarlos al campus les ayuda a observar diferentes futuros posibles para sí mismos”, Ebel dijo.
“Nuestra ayuda tiene mucho que ver con que asuman la responsabilidad”, dijo McKenzie Curtice, quien recientemente se graduó de Colorado Mesa University con un título en trabajo social y fue una de las primeras mentoras en el Lighthouse Project. “Identificar a estos niños antes que se metan en problemas es un proyecto con el cual realmente me identifiqué”.
Carolyn Naftanel, una estudiante de honores en la carrera de criminología en Colorado Mesa University, ahora trabaja como voluntaria en el Lighthouse Project y ha estado ofreciendo mentoría a los niños Parmeter. Dijo que sus esfuerzos para ayudar a que los niños disminuyan sus ausencias escolares incluyen servir de ejemplo y conectarlos con el campus universitario para que puedan imaginar un futuro en la educación avanzada.
“En el futuro, quiero trabajar en [programas alternativos] para adolescentes”, Naftanel dijo. “Los beneficios de este programa son difíciles de describir. El tiempo que inviertes en estos niños te permite darte cuenta del gran potencial que tienen”.
El Lighthouse Project, el cual creció de ser solo un concepto a convertirse en una organización hecha y derecha a principios de 2022, surgió de una conversación durante una caminata por las montañas cuando la pandemia de COVID-19 estaba en su peor punto en 2020. Los caminantes eran Dan Rubenstein, fiscal del 21er Distrito Judicial, y su esposa, Stephanie Rubenstein, una abogada y exjueza de la corte distrital.
En cuestión de la intervención juvenil, “llegas demasiado tarde”, Stephanie recuerda haberle dicho a Dan mientras caminaban por un popular sendero local hablando sobre los detalles de la justicia juvenil. “Cerca de dos años demasiado tarde”.
Stephanie, quien había trabajado como jueza por cerca de 12 años, observó que algunos de los niños en su lista de casos probablemente podrían haber sido orientados para tomar mejores decisiones y evitar verse involucrados con el sistema judicial si los hubieran ayudado antes. Convenció a Dan para que examinara el problema de forma diferente, lo cual significó que debía ampliar su enfoque del enjuiciamiento a la prevención. Desde que empezó a trabajar como subfiscal en la oficina del fiscal de distrito en 1996, su trabajo siempre se había enfocado en el enjuiciamiento, dijo.
“¿Por qué no puedo cambiar la forma como hago mi trabajo y acercarme a ellos antes?” Dan dijo que se preguntó a sí mismo después de que su esposa despertara su interés.
Examinó la experiencia del programa juvenil alternativo del distrito, un programa obligatorio del estado, conforme empezó a pensar nuevamente en cómo los programas alternativos podían ser más proactivos. Primero se comunicó con Trish Mahre, una de sus subfiscales quien también formaba parte en ese entonces del consejo escolar. Desde su perspectiva dual, Mahre estuvo de acuerdo con que se podía hacer más, antes.
El Distrito 51 cuenta con altas tasas de pobreza y eso, junto con enfrentar la discriminación racial y falta de hogar, o criarse en cuidados temporales, puede crear estrés que los niños no están preparados para manejar. La mayoría de los estudiantes del distrito que terminan involucrados con la justicia vienen de hogares cuyos ingresos están en o por debajo de la línea de pobreza, según datos del distrito. Alrededor de la mitad de los estudiantes en el distrito reúnen requisitos para recibir almuerzos gratis o a precio reducido. Algunos de los estudiantes en el distrito que terminan en el sistema de la corte juvenil no tienen vivienda, aunque no se sabe bien cuántos actualmente. Más del 60 por ciento de los niños son de hogares con padres divorciados, separados o muertos. Algunos sufren discriminación racial o debido a su identidad de género.
El aprendizaje virtual durante los cierres en la pandemia empeoró los problemas de absentismo escolar después de que las escuelas regresaran al aprendizaje presencial. Algunos estudiantes solo no creían que fuera necesario regresar a clases.
Dan Rubinstein se puso en contacto con Colorado Mesa University desde el principio a través de un amigo, el presidente de la universidad John Marshall, con lo que describe como “una idea descabellada”. Marshall inmediatamente aceptó participar y se comprometió a proporcionar estudiantes de Colorado Mesa como mentores y a ofrecer espacio en el campus para el proyecto.
Otros contribuidores clave de programas educativos, juveniles y de atención para la salud se usaron para ayudar con la planeación, y el proyecto se puso en marcha. El esfuerzo se nombró “Lighthouse Project” (en español: Proyecto Faro) porque sus fundadores querían que fuera “un lugar para la seguridad y orientación”, Berry dijo.
Berry dijo que el proyecto apenas está empezando, en su primer año, a cuantificar todas las variables que contribuyen a que los niños falten a la escuela. Esos datos ayudarán a encaminar los recursos del proyecto hacia donde se necesiten en el futuro.
Los datos hasta ahora muestran que 18 de los 23 estudiantes que están participando en el proyecto viven en varios hogares o con alguien que no es uno de sus padres. La misma cantidad está viviendo en hogares con ingresos en o por debajo de la línea de pobreza. Diez de los participantes tienen uso generacional de sustancias en sus hogares. Cinco tienen padres con problemas identificables de salud mental.
El Distrito 51 aborda el absentismo a menor nivel con cinco promotores de asistencia que tienen cerca de 400 casos cada uno. Los tres oficiales de absentismo en el distrito, quienes se encargan de los casos más graves de ausencias escolares, comparten una lista de casos de alrededor de 4,000 estudiantes. Elena Lhatka, una promotora de asistencia con el Distrito 51 y también una defensora de víctimas con el Departamento de Policía de Grand Junction, dijo que el Lighthouse Project le ofrece más herramientas para trabajar con los niños que faltan a la escuela.
“Hasta ahora, ha sido maravilloso”, dijo del Lighthouse Project. “Había sido difícil encontrar un programa anteriormente que aceptara a toda la familia bajo un solo gerente [de caso]. Y, se hicieron cargo tan rápidamente. Cada día que faltas a la escuela es crucial en estos casos, porque cada día es otro día que te estás retrasando”.
Lhatka dijo que los problemas con la asistencia escolar en la familia Parmeter podrían haber resultado en cargos penales por absentismo excesivo, si el Lighthouse Project no se hubiera involucrado y abordado los problemas a nivel familiar.
El Lighthouse Project está diseñado para personalizar programas que aborden todas las razones por las que un estudiante puede estar faltando a la escuela. Esa ayuda incluye tratamiento para la adicción, manejo de la ira, consejería por la pérdida de un ser querido y terapia familiar. Con frecuencia, sin cambios en la dinámica familiar, el absentismo continúa, Berry dijo: “La aceptación de los padres es clave”.
Sam Atkins, un ingeniero para la Ciudad de Fruita, dijo que aprendió nuevas formas de abordar los problemas de absentismo cuando el abogado familiar de su exesposa guio a su hijo de 15 años, quien no estaba yendo a la escuela porque no le interesaba, para que fuera al Lighthouse Project. Los proveedores de servicios del proyecto exploraron los intereses de su hijo y aprendieron que le gustaba cocinar, así que lo guiaron a un programa culinario del distrito escolar. Durante parte de cada día escolar, el adolescente trabaja en una cafetería del distrito donde sus proveedores del Lighthouse Project y su familia se reúnen con regularidad para hablar sobre su progreso.
“Ha sido muy bueno para él, y eso significa que ahora está yendo a la escuela”. Atkins dijo. “Antes, tenía una rutina de no querer ir”.
K.C. Miller, la mamá de Blair Parmeter, dijo que ahora mantiene un tablero en casa para darle seguimiento a la asistencia de sus hijos y también cualquier recompensa que quizás se hayan ganado.
“Creo que Blair hubiera fracasado completamente” sin el Lighthouse Project, dijo.
El proyecto estableció oficinas en el centro de bienestar para estudiantes de Colorado Mesa University, donde actualmente hay seis empleados del Lighthouse Project, tres pasantes y cinco mentores universitarios en diminutas oficinas.
Berry, cuya oficina es del tamaño de un closet vestidor, dijo que espera que en el futuro tengan un espacio más grande en el campus y establezcan una oficina secundaria en Clifton, una comunidad entre Grand Junction y Palisade. El Lighthouse Project obtuvo un impulso reciente para desempeñar su tarea con una donación de $100,000 del Fondo de la Familia de Mike y Kay Ferris.
Berry dijo que logró destacar el Lighthouse Project ante el resto del estado durante una conferencia de programas juveniles alternativos en Colorado Mesa University el pasado mes de junio. La conferencia atrajo a 125 representantes de distritos judiciales de todo el estado para recibir capacitación. Dijo que el grupo ha seguido organizando reuniones virtuales para hablar sobre diversas tácticas contra el absentismo escolar.
“Quería que vieran lo que estamos haciendo y compartir lo que estamos haciendo”, Berry dijo. “Fue una oportunidad para compartir lo que está funcionando y lo que quizás no está funcionando, a la vez que vamos más allá de ‘poner una curita’ en un adolescente con problemas y hacer que mire hacia el futuro”.
Dan Rubinstein dijo que comparte esa esperanza con miras a futuro para el programa.
“Es muy importante para mí que no nos enfoquemos en la razón por la que estos niños llegaron a donde están”, dijo. “Quiero enfocarme positivamente en cómo ir hacia adelante para poder ver un futuro más amplio para ellos”.
Blair Parmeter reconoce que hasta con su progreso, todavía le falta mucho. Por ahora, siente que el Lighthouse Project ha sido un éxito para él. Puede mirar hacia un futuro que incluye estudiar.
“Ha salido todo bastante bien hasta ahora”, dijo. “Me ha mostrado que puedo hacer esto”.
Traducido por Alejandra X. Castañeda