Cuando Peggy Locke compró su hogar de 804 pies cuadrados en el vecindario de Westwood en Denver hace 10 años más o menos, el pago mensual de su hipoteca—incluyendo el pago del préstamo, los impuestos sobre la propiedad y el seguro—era de alrededor de $500. Esa cantidad “era perfectamente pagable”, dijo Locke, una enfermera retirada que recibe beneficios de seguridad social además de una pequeña pensión de un antiguo empleador.
Sin embargo, con el aumento en los impuestos sobre la propiedad y el costo del seguro de su vivienda, sus pagos mensuales por la casa de 2 habitaciones y un baño incrementaron mucho con el tiempo. Ahora, Locke debe pagar alrededor de $900 al mes, un aumento de casi el 80 por ciento. En el mismo período de tiempo, el beneficio promedio del Seguro Social aumentó solo en un 52 por ciento, según datos de la Administración del Seguro Social.
Debido al aumento de los costos, “siento como que estoy en la universidad, cuidando cada centavo”, Locke dijo. Recientemente, ha tenido que comprar menos alimentos frescos y usar más alimentos enlatados o productos más viejos que saca del fondo de su congelador para preparar comidas.
“Sé dónde hay un banco de alimentos si realmente llego a la desesperación”, dijo.
En la economía actual inflacionaria, la atención suele enfocarse en los jóvenes que se sienten excluidos de la oportunidad de comprar una vivienda. Pero la historia de Locke representa una cantidad no contada de personas que han sido dueñas de su vivienda por mucho tiempo en Colorado y que enfrentan desafíos para mantener el status quo conforme los costos de tener una vivienda aumentan. Estos desafíos están afectando desproporcionadamente a adultos mayores con ingresos fijos, como Locke.
Un informe de 2025 del Centro Unido para Estudios de Vivienda en la Universidad de Harvard encontró que en 2023, casi el 28 por ciento de los propietarios de viviendas en Estados Unidos mayores de 65 años enfrentan una carga de costos (en inglés: cost-burdened, lo cual quiere decir que gastan más del 30 por ciento de sus ingresos en vivienda y servicios públicos, como electricidad y agua), un porcentaje mayor en comparación con el 24 por ciento en 2019. En ese mismo período, la cantidad total de hogares estadounidenses que enfrentaron una carga de costos de vivienda también aumentó, por un porcentaje menor: del 21 por ciento en 2019 a casi un 24 por ciento en 2023.
No es sorprendente que la carga sea especialmente pesada—y que esté creciendo a una tasa desproporcionadamente rápida—entre los adultos mayores con bajos ingresos. En 2023, el 69 por ciento de los propietarios mayores de 65 años con ingresos anuales de $30,000 o menos enfrentaba una carga de costos. Ese es un porcentaje mayor en comparación al 63 por ciento en 2019, según el informe.
Una de las ideas más equivocadas sobre el costo de ser dueño de una vivienda es que, después de cerrar el contrato, la parte más difícil se termina, dijo Linda Bell, una experta en préstamos hipotecarios y escritora principal para el sitio Bankrate de finanzas personales. En realidad, “es solo el comienzo”, dijo.
Una confluencia de factores está contribuyendo al aumento de los costos de tener una vivienda. Estos incluyen un seguro más costoso, impuestos más altos sobre la propiedad y costos más altos de energía y otros servicios públicos, además del precio creciente del mantenimiento y las reparaciones.
Un análisis de Bankrate en 2025 encontró que el costo promedio anual de ser dueño de y mantener un hogar unifamiliar en Colorado, excluyendo los pagos mensuales de la hipoteca, es de $25,766. Esto es un 20 por ciento más que el promedio nacional ($21,400). El informe identificó los costos del mantenimiento y la reparación como el factor que más contribuye a estos costos.
“Mucho de eso tiene que ver con las viviendas antiguas que tenemos”, Bell dijo. Muchos de los hogares tienen 20 a 30 años de antigüedad, y cuando tienes esas casas antiguas, cuesta más mantenerlas”, dijo, señalando reparaciones que agotan el presupuesto y que son inevitables con el tiempo, como reemplazar un techo o cambiar el sistema de aire acondicionado y calefacción.
Según datos de la Oficina del Censo, el hogar medio en Colorado tiene 38 años de antigüedad. Según el análisis de Bankrate, el costo promedio anual del mantenimiento y las reparaciones de un hogar es de cerca de $13,000—bastante más que el promedio nacional de alrededor de $8,800.
Parte del gran costo es debido al aumento de precio en la mano de obra, la inflación y los impuestos de importación que incrementan el precio de los materiales. Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., el salario semanal promedio para un trabajador de construcción en Colorado aumentó un 22 por ciento entre el primer trimestre de 2020 ($1,256) y el primer trimestre de 2024 ($1,529). El costo de los materiales ha aumentado de manera similar.
Courtney Nordling, gerenta de proyectos para el programa de reparaciones de viviendas en Habitat for Humanity of Metro Denver, dijo que los materiales de construcción cuestan el doble de lo que costaban hace una década. Por ejemplo, en 2014, “podíamos reemplazar una ventana por $140 por ventana”, dijo. “Ahora cuesta alrededor de $300”. Los materiales para revestir toda una casa solían costar alrededor de $1,000; ahora, cuestan alrededor de $2,000, agregó.
El programa de reparaciones de viviendas de la organización ayuda a los propietarios en la Ciudad y el Condado de Denver a completar reparaciones en el exterior si ganan 60 por ciento o menos de los ingresos medios en el área. Esto incluye reemplazar las ventanas, el revestimiento, el cerco, el techo y el trabajo en árboles.
Con más frecuencia, las personas que atienden a través del programa de reparaciones de viviendas son adultos mayores que viven con ingresos fijos. “El valor de su hogar quizás haya aumentado mucho, y son [ricos porque su casa vale mucho], pero se están manteniendo con Seguro Social”, dijo Burke Curtis, director de programas de preservación de hogares para Habitat for Humanity of Metro Denver.
Conforme los costos de tener un hogar aumentan, la necesidad de usar este programa, el cual se lanzó en 2021, “está presente ahí más que nunca”, Curtis dijo. Más de 200 personas están en la lista de espera para recibir ayuda con las reparaciones de su hogar, Nordling dijo.
Locke es una de las personas que han participado en ese programa. Recibió ayuda de Habitat for Humanity of Metro Denver en 2019 para mejorar el revestimiento de su hogar, instalar nuevas ventanas y pintar el exterior, y otra vez este año para instalar un cerco.
Sin el apoyo de Habitat for Humanity, “no hay forma de haberlo podido pagar yo, a menos que hubiera ganado la lotería”, Locke dijo.
Las reparaciones internas de un hogar en el área metropolitana de Denver no cuentan con un patrocinador altamente visible como Habitat for Humanity y presentan un desafío mayor. El baño de Locke no cuenta con elementos de accesibilidad como barras de seguridad, y el piso se estaba pudriendo. Locke dijo que tuvo que cubrir esos costos sacando un pago grande de una pensión que recibió de un antiguo empleador.
Mantener una vivienda es importante, en parte, debido a que problemas menores pueden crecer para convertirse en problemas más costosos. Pero para las personas con ingresos fijos, mantenerse al día con tareas menores puede ser difícil.
“Con el aumento en el costo de los materiales, es inevitable que hasta el mantenimiento básico sea difícil”, dijo Eric Wells, director de servicios de construcción para Pikes Peak Habitat for Humanity, la cual opera un programa similar de reparación de viviendas para propietarios en el Condado de El Paso.
Da el ejemplo de un filtro de aire para una calefacción: Si el filtro se tupe y no lo cambias porque uno nuevo cuesta más de lo que puedes pagar, eso puede dañar la calefacción y resultar en una reparación más costosa en el futuro.
Wells dijo que en el Condado de El Paso, “estamos recibiendo llamadas todos los días ahora” de personas que quieren ayuda financiera para hacer reparaciones en su hogar.
“Muchas de estas personas, especialmente algunos de los clientes mayores o discapacitados, se sienten solos, y no tienen necesariamente un grupo de apoyo que los puede ayudar para hacer algunas de las cosas pequeñas o ayudarlos a pagar por una o dos cosas”, dijo.
Desafortunadamente, debido al aumento en el costo de los materiales de construcción, “trabajar para financiar este programa está siendo difícil”, Wells dijo. En los últimos seis meses, debido a los impuestos de importación y la incertidumbre económica relacionada con ellos, aumentos de precio han afectado el cartón yeso (25%), los materiales aislantes (15%) y la madera (10%), según dijo Wells.
El segundo factor que contribuye más al aumento de los costos de tener una vivienda es el seguro.
“Estamos escuchando más y más sobre que el seguro está aumentando los costos de una vivienda”, dijo Brian Rossbert, director ejecutivo de Housing Colorado, una organización que trabaja en temas de vivienda asequible alrededor del estado. Según el análisis de Bankrate, la prima promedio de un seguro para el hogar en Colorado en 2025 fue de $3,194—la novena prima más alta en todo el país (excluyendo Nueva York, la cual no se incluyó en el informe debido a limitaciones de los datos).
Datos reunidos por Freddie Mac encontraron que entre 2018 y 2023, las primas anuales promedio de sus prestatarios aumentaron el 40 por ciento, a un ritmo mucho más rápido que la inflación.
En Colorado, el aumento en la prevalencia de eventos catastróficos como el granizo, las inundaciones y los incendios forestales han hecho que los precios del seguro aumenten, dijo por correo electrónico Matt Lynn, vocero de la Autoridad de la Vivienda y Finanzas de Colorado (CHFA, por sus siglas en inglés). CHFA es una organización que financia viviendas asequibles alrededor del estado.
Desafortunadamente, los dueños de viviendas no tienen control sobre estos factores, Rossbert dijo, lo que causa dificultades para armar un presupuesto y planear con base en ellos.
Los impuestos sobre la propiedad son otro factor difícil de anticipar y que aumentan los costos de tener una vivienda. “Hay un límite en lo que puedes planear” cuando eres dueño de un hogar, Bell dijo. “Podrías decir: ‘Bueno, sí, voy a planear en caso de que los impuestos de mi propiedad aumenten, pero quizás aumenten exponencialmente conforme aumenta el valor de tu hogar”. Eso es lo que le ha sucedido a muchos dueños de viviendas en Colorado.
La revocación de la Enmienda Gallagher en 2020, la cual había limitado la parte de los impuestos sobre la propiedad que los propietarios pagaban, resultó en que las facturas por esos impuestos aumentaran más del 30 por ciento para muchos propietarios en años recientes, Denverite explicó en un reportaje. Reducciones temporales han disminuido la carga, pero la tasa de valoración impositiva sobre una propiedad en el estado aumentará nuevamente en 2026, lo que causará un incremento en las facturas el próximo año, hasta para hogares cuyo valor no haya subido.
Los impuestos sobre la propiedad se pueden ver influenciados por muchos factores, incluyendo la disponibilidad de viviendas y su demanda, especialmente para personas con medianos ingresos. Otros factores, como los salarios que no se han mantenido a la par con la inflación, o la construcción de nuevas viviendas enfocadas en atraer a personas que ganan más dinero, pueden causar que los propietarios estén sujetos a costos adicionales, especialmente aquellos propietarios con ingresos fijos.
Colorado ha intentado disminuir la carga para algunos grupos de propietarios. Las personas mayores de 65 pueden solicitar la exención de impuestos sobre una propiedad ocupada, la cual reduce las facturas impositivas para adultos mayores y veteranos con una discapacidad. Para otras personas que enfrenten desafíos con los costos de ser dueños de una vivienda, Lynn señala la línea de ayuda contra la ejecución hipotecaria de Colorado Housing Connects, operada por la organización sin fines de lucro Brothers Redevelopment con sede en Denver. La línea telefónica, patrocinada también por CHFA, conecta a los propietarios con recursos para evitar la ejecución hipotecaria. Lynn también sugiere que propietarios en problemas consulten una lista de agencias aprobadas por HUD que ofrecen asesoría con la vivienda en Colorado.
Además, Bell anima a los propietarios de viviendas para que consideren un puñado de medidas bajo su control:
- Apelar la valoración de los impuestos sobre su propiedad con la esperanza de que reduzca los impuestos que deben pagar
- Explorar cómo ahorrar en servicio públicos a través de jardines solares comunitarios o el Programa de Asistencia con la Energía para personas con bajos ingresos
- Comparar precios de proveedores de TV por cable, internet y teléfono; estos con frecuencia son negociables
- Pedirle a un agente de seguros que les proporcione diferentes cotizaciones para el seguro de la vivienda, con deducibles más altos o combinando pólizas para el hogar y el automóvil que con frecuencia ofrecen ahorros en total
- Establecer una cuenta con ahorros de emergencia que puedan cubrir gastos durante por lo menos seis meses, para pagar por costos inesperados cuando surjan.
Sin embargo los expertos reconocen que las medidas individuales solo ayudan hasta cierto punto. “Necesitamos más estrategias de preservación para mantener a las personas en su situación de vivienda”, Rossbert dijo.
A pesar de los crecientes costos de tener una vivienda, Locke, quien nació y se crio en Denver, espera pasar el resto de su vida en su residencia actual. Los padres de Locke compraron la casa en 1972; en 1979, Locke se pasó a vivir ahí después de que ambos fallecieran y les dejaran la casa a sus tres hijos.
Hace como una década, Locke compró las partes de sus hermanos para convertirse en la única dueña de la propiedad. Y aunque no es perfecta, para ella, es su hogar.
“Me gustaría quedarme aquí”, dijo. “No tengo ningún deseo de mudarme”.
Traducido por Alejandra X. Castañeda