Una helada mañana de 12 grados cuando las calles del pueblo de Gunnison resbalan debido a una tormenta de nieve decembrina, dos docenas de adultos mayores calientan en un gimnasio del Centro para adultos mayores de Gunnison (en inglés: Gunnison Senior Center).
Mientras se escucha la voz de Dolly Parton cantando “Jolene” a través del sistema de sonido, estiran bandas resistentes sobre sus cabezas y se doblan y mecen haciendo ejercicios para fortalecer las piernas. Todos aparentan estar en buena condición física debido a décadas de esquiar, andar en bicicleta de montaña y trabajar en esta comunidad aficionada a las actividades al aire libre. Todos parecen contentos de estar ahí. Algunos hasta cantan con la música.
Sin embargo, existe una motivación seria para ofrecer esta clase.
Envejecer genera desafíos para las personas en cualquier lugar, pero en el Condado de Gunnison en particular, los datos indican serias dificultades de salud mental—incluyendo una alta tasa de suicidio—entre las personas mayores.
El Condado de Gunnison no tiene algunos servicios que podrían facilitar la vida de los adultos mayores, incluyendo atención asequible y en persona para la salud mental, y la disponibilidad de personas que los cuiden en sus hogares, especialistas médicos, instalaciones para el cuidado de la memoria y opciones de vivienda para personas mayores que necesiten vender su vivienda principal.
Esos problemas salieron a la luz cuando el Centro para adultos mayores de Gunnison se asoció con la Universidad del Oeste de Colorado en 2023 para estudiar a las personas mayores del condado y algunos de los desafíos que los residentes enfrentan. El estudio coincidió con un aumento en los suicidios de personas mayores de 55 años en el condado—siete de esos suicidios en 2024, después de cuatro o menos anuales en la década anterior. Esto confirmó los hallazgos del estudio de que este grupo demográfico estaba enfrentando dificultades de salud mental.
Mientras el condado trata de resolver algunos de los problemas más graves para abordar esas necesidades, el Centro para adultos mayores se encarga de funcionar como un punto de conexión inmediato y un recurso para esa población. El centro ayuda con todo, desde los desafíos con el teléfono y la computadora hasta con las decisiones que las personas mayores deben tomar al final de sus vidas. Se ha convertido en un lugar donde los residentes de Gunnison en edad más avanzada se reúnen todos los días.
“Sí nos quedamos aislados aquí”, dijo Pam Hatcher, de 72 años de edad, mientras se abrigaba una mañana de diciembre después de terminar la clase de ejercicio a la que va dos veces por semana. “Esto me ha cambiado la vida. Realmente me ha ayudado mentalmente”.
Sally Thode, de 74 años, otra asistente regular de las clases, dijo que hacer ejercicio con otros adultos mayores la hace sentir menos desafiada con su edad.
“He sido muy activa toda mi vida. Era levantadora de pesas. Trabajé en un puesto al aire libre con la BLM [Agencia de Gestión de Tierras, por sus siglas en inglés], pero mientras más grande soy, menos puedo hacer”, Thode dijo. “Esta ha sido una excelente manera de hacer la transición a cosas que todavía puedo hacer, como nadar y hacer senderismo”.
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Gwen Pettit, una terapeuta física retirada, lidera la clase de “Boom muscular” de SilverSneakers en el Centro para adultos mayores de Gunnison en Gunnison, Colo. Pettit dijo que es el trabajo más divertido que ha tenido. La clase el 15 de enero de 2025 era más pequeña que la mayoría, con 18 participantes, ya que la temperatura había disminuido a 18 grados bajo cero con una sensación térmica de 40 grados bajo cero. Fotografía de John McEvoy / enviado especial de The Colorado Trust
Casi un tercio de la población en el Condado de Gunnison tiene 50 años o más, y la mitad de ese grupo tiene más de 65, según datos de la Oficina del Censo de EE. UU. Algunos adultos mayores han vivido en el Condado de Gunnison toda su vida. Algunos se criaron en ranchos en el área, mientras que otros llegaron a vivir ahí después de vacacionar en Gunnison o Crested Butte y decidir que el condado era un buen lugar para una jubilación activa, con su ambiente de pueblo pequeño, colinas nevadas y una plétora de senderos para hacer bicicleta de montaña y senderismo. Algunos se mudaron a un lugar que en su momento se consideraba económico para vivir cerca de hijos o nietos.
Esos mismos adultos mayores ahora enfrentan lo opuesto. El Condado de Gunnison abarca un territorio montañoso remoto donde el frío legendario, los crecientes costos de vida y los achaques inevitables de la edad avanzada pueden causar que sea un hogar difícil conforme la gente envejece.
No todos los integrantes de la comunidad se han repuesto totalmente de los efectos aisladores de la pandemia por COVID-19, la cual golpeó al Condado de Gunnison especialmente duro. Luego vinieron las dificultades de un cierre del puente en la carretera 50 que obstruyó el área durante la mitad de 2024. El cierre del puente significó que muchos residentes mayores no pudieron ir a sus citas médicas en Montrose, y la atención de las emergencias más graves se cortó.
“Estas son personas fuertes que quizás no pueden hacer lo que siempre han hecho en un área enfocada en las actividades al aire libre”, dijo Elizabeth Gillis, coordinadora del Centro para adultos mayores de Gunnison. “Construyeron este valle, pero ahora los empujan a un lado. Se han convertido en una menor prioridad que la generación más joven”.
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Elizabeth Gillis, coordinadora del Centro para adultos mayores de Gunnison, posa para una fotografía el 15 de enero de 2025, mientras toma un breve descanso con una bebida caliente entre tanto dirige actividades en el centro. Ese día, la temperatura fue de 20 grados bajo cero en Gunnison, Colo. Fotografía de John McEvoy / enviado especial de The Colorado Trust
El condado ha intentado aliviar esos problemas al destinar y agregar un espacio para adultos mayores en el Centro Comunitario de Gunnison. Ahora hay una cocina, un comedor, una sala acogedora para actividades y un gimnasio usado en horarios designados para esta población. El centro para adultos mayores también ofrece clases de arte y manualidades, juegos de bridge y Mah Jong, clubes de lectura y talleres sobre temas como leyes para la edad avanzada y decisiones al final de la vida.
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Un cartel ubicado en la entrada del Centro para adultos mayores de Gunnison les da la bienvenida a los invitados de las instalaciones y enumera próximas actividades y servicios, como se ve en esta fotografía del 15 de enero de 2025, en Gunnison, Colo. Fotografía de John McEvoy / enviado especial de The Colorado Trust
Pero la realidad del Condado de Gunnison es que gran parte de la vida se enfoca en la gente más joven. La Universidad del Oeste de Colorado en Gunnison y el centro de esquí de la montaña de Crested Butte, a media hora al norte, pusieron un énfasis en la juventud.
El condado no tiene opciones de instalaciones para el cuidado de la memoria y hay pocos recursos para la vivienda asistida. Tampoco hay muchos recursos para residentes mayores que quizás estén cuidando de sus parejas. Las 59 camas en el Centro de Vivienda para Ancianos del Valle de Gunnison son las únicas disponibles en una instalación local para adultos mayores que ya no pueden vivir en casa.
La mayoría de los esfuerzos de vivienda asequible en el condado se han enfocado en la clase trabajadora y aquellos criando familias. El precio promedio de una vivienda a finales del año pasado era cerca de $587,000, según un informe de vivienda de Zillow. Los costos de la vivienda en Gunnison son 13 por ciento más altos que el promedio nacional.
Los habitantes que buscan cambiarse a una vivienda más pequeña (hasta si son dueños de viviendas de un millón de dólares) o comprar viviendas más adecuadas para ellos conforme van envejeciendo deben enfrentar dinámicas del mercado en el que hay pocas viviendas disponibles y los precios han aumentado mucho.
Esa dicotomía malinterpretada de la vivienda ha creado algunos rencores entre generaciones.
“No hay mucha empatía por la gente mayor”, dijo Madison Gregurek, una exestudiante de posgrado en la Universidad del Oeste de Colorado quien, durante los últimos dos años, dedicó el proyecto de su maestría para explorar la salud mental de los adultos mayores en el Condado de Gunnison.
El estudio de Gregurek, completado en julio de 2024 con ayuda del Centro para adultos mayores de Gunnison y supervisado por el programa de posgrado de Salud Rural Comunitaria-Ciencias del Comportamiento en la Universidad del Oeste de Colorado, encontró que entre los 76 participantes de 55 a 96 años de edad, muchos sufrían de problemas de salud mental no tratados.
Cuando Gregurek encuestó inicialmente a adultos mayores sobre cómo veían su salud mental después de la pandemia, la respuesta más común (el 60 por ciento de los encuestados) fue “excelente” o “muy buena”. Sin embargo, muchos también admitieron en entrevistas que creían que la mala salud mental era solo una consecuencia del envejecimiento.
Gregurek supo que necesitaba explorar el tema aún más, y actualizó sus preguntas para enfocarse específicamente en indicadores de la salud mental. Estos incluyeron problemas para dormir, soledad, tristeza y ansiedad. Más de un tercio de los participantes admitieron tener problemas en esas áreas, comparado con el 20 por ciento de los adultos mayores a nivel nacional, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
A pesar de esas dificultades, la mayoría expresó vacilación en la búsqueda de servicios para la salud mental.
Datos de la oficina del médico forense en el condado muestran que siete de las 12 muertes por suicidio en el Condado de Gunnison en 2024 fueron de personas con 55 años de edad o más. El año pasado fue el peor año que Michael Barnes, el médico forense del Condado de Gunnison, ha documentado desde 2012.
“Las cosas como que se agrandan aquí”, Barnes dijo. “Las personas que vienen aquí a vivir estas vacaciones interminables descubren que realmente no es tan bueno como lo pintan”.
Jessica Eckhardt, directora del programa de posgrado de Salud Rural Comunitaria-Ciencias del Comportamiento en la Universidad del Oeste de Colorado, señaló que el estudio de salud mental mostró que entre los participantes que admitieron enfrentar desafíos de salud mental, el 35 por ciento dijeron que no se sentían cómodos hablando de eso con otros.
“Creo que es una cosa generacional”, Eckhardt dijo. “No quieren agobiar a otros con cosas negativas”.
Por eso el Centro para adultos mayores de Gunnison ofrece actividades para conectar a la población mayor. Además de las populares clases para hacer ejercicio que incluyen esquiar al estilo nórdico y caminar con raquetas de nieve en el invierno, el centro ofrece comidas tres veces por semana en sus instalaciones o de entrega a domicilio.
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El menú de la semana para las personas mayores aparece en esta fotografía del miércoles, 15 de enero de 2025, en el Centro para adultos mayores de Gunnison en Gunnison, Colo. Fotografía de John McEvoy / enviado especial de The Colorado Trust
Gillis dijo que las comidas a domicilio, preparadas y entregadas voluntariamente por otras personas mayores, se han convertido en una manera de que algunos residentes mayores tengan una interacción confiable con otras personas. Para algunos, es su única conexión social.
En un almuerzo en diciembre para adultos mayores, Joy y George Besse, quienes viven en un rancho familiar en el área, cenaron pollo al horno y panecillos mientras conversaban con amigos sobre los méritos de las fusiones de supermercados y la diferencia entre carne molida comprada en la tienda o molida en casa justo antes de prepararla.
El puente de la carretera 50 que estuvo cerrado el año pasado fue “terrible—peor que COVID”, Joy, de 86 años, dijo. “Te hacía sentir muy aislado. Perdimos nuestra independencia”.
Joy y George, de 85 años de edad, no lograron que trabajadores de Montrose vinieran a limpiar su pozo, y no pudieron ir a las citas de George Besse en el hospital de Montrose para que calibraran su aparato para respirar durante la noche.
Lamentarse con otros en el centro para adultos mayores ayudó, Joy dijo. Muchos estaban en situaciones similares.
Vicki Somrak, de 76 años de edad, y su esposo por 59 años, Shammy, de 84 años de edad, nacieron y se criaron esquiando en Crested Butte. Siempre se han considerado personas fuertes de las montañas, Vicki dijo.
“No sé lo que haría sin este centro. Estuve en el hospital hace dos semanas debido a una cadera fracturada”, dijo.
Ahora, en lugar de tirarse por las pistas de esquí, camina alrededor del gimnasio con un andador y un grupo de amigos con los que platica.
Gillis, la coordinadora del centro, dijo que trabaja todos los días para seguir ofreciendo esta oportunidad y espera que otros pueblos montañosos adopten el enfoque de Gunnison en el bienestar de las personas mayores. Dijo que se debe valorar a los adultos mayores dondequiera que estén—algo de lo cual se ha dado cuenta aún más desde que se hizo cargo del Centro para adultos mayores, el cual se agregó al Centro Comunitario de Gunnison hace tres años.
El centro recibe fondos a través de subsidios de fundaciones privadas y con las membresías para el Centro Recreativo de Gunnison y el Centro de adultos mayores. Planes suplementarios de Medicare pagan por muchas de las membresías. El centro también cobra un pequeño cargo por algunas de las clases y por las comidas. El Distrito Recreativo Metropolitano del Condado de Gunnison también contribuye para los programas al aire libre.
Don Hirsch, un residente por años del Valle de Gunnison, creó un fondo el año pasado para respaldar los servicios que se ofrecen a las personas mayores en el valle. Hirsch donó $10,000 y especificó que, después de su muerte, el resto de sus bienes se distribuirán entre programas que ayuden a la población mayor del valle.
Personas en la parte norte del valle también están trabajando para expandir el esfuerzo a Crested Butte. Actualmente hay un movimiento para ubicar otro centro para personas mayores ahí, a 28 millas del Centro para adultos mayores de Gunnison.
“Mi perspectiva ha cambiado totalmente”, Gillis dijo. “He aprendido que lo que realmente necesitamos es ayudar a las personas para que envejezcan en su lugar—y que envejezcan con alegría”.
Joy Besse está de acuerdo con que las personas mayores no deben tener que irse de un lugar tan bello como el Valle de Gunnison porque no tienen suficiente dinero para quedarse o ya no pueden cortar leña, esquiar baches, hacer senderismo en los picos más altos o andar en bicicleta por la cordillera como lo hacían antes. Dijo que ella y George están decididos a quedarse en su hogar del rancho al este de Gunnison con la ayuda de los programas del centro para adultos mayores.
“A este momento en la vida, no me voy a ningún lado excepto hacia el este”, Joy dijo.
Ahí es donde ella y George compraron una sepultura y ya grabaron una lápida con sus dos nombres. Están preparados, pero planean seguir viviendo en el Condado de Gunnison hasta entonces.
Traducido por Alejandra X. Castañeda