Una publicación de The Colorado Trust
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De izq. a der., Rachel Hughes, Tammy Sewell y Laurel Hughes procesan manzanas para deshidratarlas en el centro de distribución de Food Bank of the Rockies en la Ladera Occidental el viernes, 19 de julio de 2024, en Grand Junction, Colo. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Alimentos

La deshidratadora que ayuda a alimentar a la gente necesitada y prevenir que los alimentos se pudran

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Con su gorro de lentejuelas brillando bajo las luces fluorescentes y la caricatura de una rana en su delantal, Kathey Swisher es una imagen borrosa de actividad en la sala de deshidratación en el centro de distribución del Food Bank of the Rockies en la Ladera Occidental.

Es la primera semana de mayo, y Swisher dirige a voluntarios mientras cortan manzanas y ponen las rebanadas en bandejas de alambre que luego ponen en máquinas deshidratadoras del tamaño de una armario durante toda la noche. La fruta seca se embolsa y pone en mochilas y cajas con comida para entregarse a niños como un sustituto popular de dulces.

“¿No es el sabor tan apetecible?” Swisher, quien lidera las operaciones de deshidratación del banco de alimentos, exclama mientras un visitante mordisquea una manaza seca.

Los estudiantes de primaria de los Centros de Educación Riverside están de acuerdo. Recientemente enviaron una tarjeta al banco de alimentos para agradecerle al personal que llena sus mochilas.

“Gracias por las manzanas secas y todos los otros bocadillos… todo estuvo delicioso”, Robin escribió.

“¡Gracias por la deliciosa comida!” escribió Maddee usando seis marcadores de colores brillantes.

El banco de alimentos con sede en Grand Junction puede dar este paso adicional con las donaciones de comida que recibe—operando el único programa de deshidratación de un banco de alimentos en la red nacional de Feeding America—gracias a su ubicación en medio de la zona de algunas de los principales huertos en Colorado. Cuando hay una cosecha inusualmente abundante y más fruta de lo que el mercado demanda, los productores le donan o venden sus frutas y verduras al banco de alimentos con un gran descuento.

La fruta solo es parte de la exitosa misión del banco de alimentos para asegurar que casi un tercio de sus alimentos en el área de la Ladera Occidental que abarca 13 condados sean carnes, frutas y verduras producidos localmente. El Centro de Distribución de la Familia Etkin también puede surtirse de varias operaciones de verduras y ganado.

El alto porcentaje de alimentos frescos que se incluyen en cajas de distribución “nos ubica en la categoría más alta de los bancos de alimentos a nivel nacional”, dijo Sue Ellen Rodwick, directora del banco de alimentos.

También hace que el banco sea un comprador importante de alimentos locales y un socio en los esfuerzos para mantener un industria agrícola local saludable. El banco de alimentos se considera un cliente importante junto con escuelas, hospitales e instalaciones correccionales.

“Es un beneficio definitivo para nuestros productores. Enviamos pedidos a lugares como Whole Foods y Sprouts, pero esto nos da una manera local de vender más fruta”, dijo Debbie Dees, la gerente general de la operación empacadora de Rogers Mesa Fruit Co. en el Condado de Delta. “Aprecio lo que el banco de alimentos está haciendo. Están obteniendo fruta para las personas que quizás no puedan obtenerla de otra forma”.

Kathey Swisher, quien dirige las operaciones de deshidratación para el Food Bank of the Rockies en la Ladera Occidental, procesa manzanas para deshidratarlas el viernes, 19 de julio de 2024, en el centro de distribución del banco de alimentos en Grand Junction, Colo. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Janie VanWikle, una ganadera local, le ha vendido alrededor de 40,000 libras de carne de res con descuento al banco de alimentos en los últimos tres años.

“Estoy corriendo la voz de que puedes venderle al banco de alimentos”, Van Winkle dijo.

VanWinkle ahora lidera una nueva iniciativa llamada AgriWest que podría resultar en que más carne local termine en el banco de alimentos. AgriWest busca ayudar a mantener la sostenibilidad agrícola y apoyar los sistemas de seguridad alimentaria en el oeste de Colorado.

El banco de alimentos y los productores locales de alimentos por mucho tiempo han mantenido una relación simbiótica. Sin embargo, las colaboraciones se vieron impulsadas durante la pandemia de COVID-19 cuando el gobierno federal empezó a financiar el programa de Asistencia para Comprar Alimentos Locales.

El esfuerzo tenía un objetivo dual. La demanda disminuyó por un tiempo debido a que los restaurantes cerraron y las personas no iban a comprar a las tiendas. La colaboración ayudó a mantener a flote a los negocios agrícolas en la Ladera Occidental durante un período en el que los granjeros y ganaderos estaban teniendo que matar ganado y arar debajo de sus cosechas. También se diseñó para abordar la inseguridad alimentaria entre las personas que perdieron repentinamente su trabajo durante la pandemia.

Aun cuando la pandemia menguó, la demanda de apoyo alimentario continuó. Rodwick, quien dirige el banco de alimentos, dijo que la demanda de alimentos en Grand Junction ha aumentado en un 50 por ciento desde 2019. Este año, el banco de alimentos espera distribuir alrededor de 12 millones de libras de comida. Sus carnes, frutas y verduras locales vienen de 26 productores de frutas y verduras, tres ganaderos y dos centrales alimentarias, las cuales sirven como sitios de distribución de numerosas cosechas.

En 2019, antes de la pandemia, el banco de alimentos obtenía 188,000 libras de productos locales de agricultores y ganaderos. El año pasado esa cantidad aumentó significativamente a 769,382 libras.

Alberto Ruiz, un trabajador en Talbott Farms, cosecha duraznos el jueves, 25 de julio de 2024, en Palisade, Colo. Talbott Farms, una operación que ha estado produciendo fruta por seis generaciones, con frecuencia se asocia con el Food Bank of the Rockies, como por ejemplo al ayudar a establecer su programa de deshidratación de alimentos. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Rodwick dijo que el banco de alimentos todavía necesita más fuentes saludables de proteína. Así fue como el centro se asoció con VanWinkle y la operación ganadera de su familia.

VanWinkle dijo que el banco de alimentos la llamó durante los cierres de COVID-19 y le preguntó si el centro podía comprar algo de carne de res, lo cual la sorprendió.

“Siempre pensé que toda era comida donada”, dijo.

El banco de alimentos ha estado ayudando a VanWinkle para que AgriWest empiece a funcionar, un esfuerzo que VanWinkle espera se convierta en un ejemplo para otras áreas agrícolas en el país.

“Consideramos al banco de alimentos como un socio para encontrar una solución que ayude a una industria que no se ha recuperado de COVID como otras industrias [lo han hecho]”, Rodwick dijo.

La iniciativa de AgriWest se financió con $262,500 del Cuerpo federal de Recuperación Económica a través de un subsidio para el Centro de Incubación Empresarial de Grand Junction.

VanWinkle dijo que la parte complicada de la iniciativa es orientarse por las dificultades de reunir los alimentos para venderlos y entregar los productos a grandes compradores locales como el banco de alimentos que podrían beneficiarse con alimentos cultivados y cosechados localmente.

Un ejemplo inicial del esfuerzo de AgriWest está a punto de probarse a través de la venta con descuento de carne molida de res a las escuelas del Distrito 51 en Grand Valley. Cuatro ranchos ganaderos, incluido el de VanWinkle, le venderán ganado al distrito que se procesará localmente y terminará en las bandejas de los almuerzos escolares.

“Es una cosa genial desarrollar estas relaciones localmente”, VanWinkle dijo.

A la vez que esfuerzos como el de AgriWest ofrecen una guía para hacer que las relaciones simbióticas entre ventas de alimentos locales y de la granja a los bancos de alimentos sean colaboraciones más continuas, el banco de alimentos se está preparando para una temporada de fruta abundante que terminará en sus refrigeradores y la sala de deshidratación. Los cultivos de fruta en su mayoría han sobrevivido una helada de primavera y varias tormentas irregulares de granizo.

“Si vemos que vamos a tener demasiado, le damos [al banco de alimentos] un precio superbajo”, dijo Charlie Talbott, uno de los dueños y el gerente de ventas de Talbott Farms, una productora de fruta que ha estado funcionando por seis generaciones en el área de Palisade.

Trabajadores agrícolas cosechan duraznos el jueves, 25 de julio de 2024, en Talbott Farms en Palisade, Colo. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Talbott, quien ha formado parte de la junta directiva del banco de alimentos, ha dicho que Talbott Farms ha donado y vendido fruta al banco de alimentos en el pasado. También se ha asociado para guardar comida. Cuando una helada dañó la mayoría de los cultivos de duraznos en 2020, la familia Talbott permitió que el banco de alimentos usara sus instalaciones de refrigeración casi vacías para guardar alimentos.

Talbott Farms también ha trabajado con el banco de alimentos para ayudar a lanzar su programa de deshidratación. Los Talbott tienen amplia experiencia con la deshidratación porque la compañía ha promocionado su fruta seca como uno de sus productos que agregan valor, Talbott dijo.

La fruta cosechada la temporada pasada demostró lo que una cosecha abundante e instalaciones más amplias para procesarla pueden significar para el banco de alimentos. Productores cosecharon más manzanas de lo que el mercado demandó. Algunas de esas manzanas se consideraron segundas o terceras, es decir, que no eran las esferas resplandecientes y perfectas que los supermercados buscan para sus repisas. La fruta más pequeña, deforme o ligeramente magullada se donó al banco de alimentos.

Las mejores manzanas se pusieron en cajas de alimentos para distribuirlas. El resto se enviaron a la sala de deshidratación con olor a fruta, donde voluntarios han estado secando manzanas y plátanos desde enero.

Rachel Hughes acomoda las rebanadas de manzanas para deshidratarla en el centro de distribución del Food Bank of the Rockies en la Ladera Occidental el viernes, 19 de julio de 2024, en Grand Junction, Colo. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Los plátanos, los cuales se convierten en discos ligeramente chiclosos y dulces cuando se secan, no se cultivan en la Ladera Occidental; son productos sobrantes de los supermercados en el área. Los voluntarios que deshidrataron una montaña de plátanos y un montón de manzanas ahora se están preparando para seguir con duraznos, ciruelas, nectarinas y peras locales.

Hasta ahora este año, ya deshidrataron 5,419 libras de fruta y produjeron 15,000 paquetes de fruta seca. Estas cantidades superan con mucho las 8,000 libras de fruta que pasaron por la sala de deshidratación el año pasado.

Además de crear bocadillos para los niños, otro aspecto del programa de deshidratación es reducir el desperdicio—un esfuerzo que ha disminuido el desperdicio de alimentos a menos del 2 por ciento. Swisher se dedica seriamente a esa misión de reducir el desperdicio. Cuando hay demasiada fruta para secarla en rebanadas, Swisher congela los pedazos en una mezcla parecida a una ensalada de fruta, la hace puré en licuadoras y la convierte en rollos de fruta seca—otro bocadillo popular.

Hasta el “desperdicio” no se desperdicia en el banco de alimentos. Cualquier fruta que está demasiado pasada para deshidratarla se pone en la composta y se distribuye entre varias granjas con cochinos cerca del banco de alimentos. A las migajas que terminan en la sala de deshidratación también se las usa con un buen fin: se colocan en los comederos para pájaros en el patio del banco de alimentos.

Los empleados y voluntarios del Food Bank of the Rockies en la Ladera Occidental usan máquinas deshidratadoras, fotografiadas el viernes, 19 de julio de 2024, para secar fruta donada en el centro de distribución en Grand Junction, Colo. Fotografía de Barton Glasser / enviado especial de The Colorado Trust

Swisher, quien se crio en un hogar rural cercano con una gran huerta, dijo que podría reducir el desperdicio aún más. Planea algún día agregar verduras a la sala de deshidratación. Ha deshidratado de todo, desde diente de león hasta tomate en la cocina de su hogar a lo largo de los años y piensa que puede preparar mezclas empacadas para hacer sopas con verduras secas.

Adentro de la sala de deshidratación, cajas de fruta seca en bolsas de celofán se acumulan a lo largo de una pared en cubetas etiquetadas con las palabras “asistencia contra el hambre”.

Después de que se pone la fruta seca en bolsas, estas se acomodan sobre plataformas de madera y se dividen en 800 mochilas que se distribuyen a niños en escuelas y centros de distribución cada semana.

Rodwick dijo que sabe que la fruta seca es bienvenida porque cuando el programa de deshidratación tuvo que ponerse en pausa durante la pandemia, los clientes del banco de alimentos preguntaban cuándo estaría disponible otra vez. Los niños lo extrañaban.

“Todos deben tener comida local”, Rodwick said. “Estando en medio de esta región y teniendo tanta abundancia, podemos ayudar con eso”.

Traducido por Alejandra X. Castañeda

Nancy Lofholm

Periodista independiente
Grand Junction, Colo.

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